La exposición al ozono en los primeros dos años de vida aumenta el riesgo de asma infantil, revela estudio

Respirar aire contaminado por ozono en la primera infancia puede tener consecuencias respiratorias duraderas.
La exposición al ozono en los primeros dos años de vida aumenta el riesgo de asma infantil, revela estudio
Los niños con mayor exposición al ozono en sus primeros dos años presentaron un 30% más de probabilidades de tener asma a los 4 años. Ilustración artística: DALL-E / Edgary R.

Los primeros dos años de vida representan una ventana crítica para el desarrollo inmunitario y pulmonar. Un nuevo estudio revela que la exposición al ozono durante este período se asocia con mayor riesgo de asma y sibilancias entre los 4 y 6 años. El hallazgo cobra relevancia incluso en ciudades donde los niveles de ozono se consideran bajos.

El estudio, publicado en JAMA Network Open en abril de 2025, fue liderado por investigadores de la Universidad de Washington. Analizaron datos de 1.188 niños de seis ciudades estadounidenses que participaron en el consorcio ECHO-PATHWAYS. La investigación evaluó la exposición al ozono desde el nacimiento hasta los dos años y su relación con diagnósticos posteriores de asma y sibilancias.

Un aumento de solo 2 partes por billón (ppb) de ozono se asoció con un 31% más de probabilidades de asma a los 4 años. También se observó un incremento del 30% en el riesgo de sibilancias. Estos efectos no se mantuvieron en la etapa escolar, sugiriendo que el daño respiratorio inducido por el ozono podría ser más agudo en la infancia temprana.

Problemas respiratorios
La mezcla de ozono con otros contaminantes agravó los efectos sobre la salud respiratoria infantil. Ilustración artística: DALL-E / Edgary R.

El ozono: un contaminante común con efectos persistentes en la infancia

El ozono troposférico es el contaminante atmosférico que con más frecuencia supera los límites permitidos en lugares como EE. UU. Aunque se asocia con crisis asmáticas agudas, su efecto a largo plazo sobre la salud infantil ha sido menos explorado.

Este nuevo estudio arroja evidencia sólida sobre su impacto durante una etapa crítica del desarrollo.

Entre los 0 y 2 años, los pulmones y el sistema inmunitario del niño están en pleno crecimiento. El estudio utilizó modelos espaciales de alta precisión para estimar los niveles de ozono en los domicilios de los participantes durante este período. Incluso en ciudades con niveles promedio bajos (26,1 ppb), el ozono mostró un efecto perjudicial claro.

Los investigadores también consideraron la exposición combinada a otros contaminantes como el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas finas (PM2.5). Al analizar estas mezclas, el ozono siguió siendo el principal factor vinculado a los síntomas respiratorios.

Asma y sibilancias antes de los 6 años: una etapa vulnerable al entorno ambiental

A los 4 a 6 años, un 12,3% de los niños tenía asma y un 15,8% presentaba sibilancias. La información fue reportada por los cuidadores mediante encuestas validadas.

Estos síntomas fueron significativamente más comunes entre los niños con mayor exposición al ozono en la primera infancia.

La asociación se mantuvo incluso tras ajustar por variables como nivel socioeconómico, tabaquismo pasivo, antecedentes de asma materna y crianza con mascotas. El efecto del ozono fue especialmente claro cuando se analizó de forma conjunta con otros contaminantes. La relación se mantuvo lineal hasta niveles de 28 ppb.

En cambio, a los 8 o 9 años no se observó una asociación significativa entre exposición temprana al ozono y asma diagnosticada. Esto podría explicarse por factores como la maduración pulmonar, cambios diagnósticos o exposiciones ambientales posteriores.

La exposición al ozono en los primeros dos años de vida aumenta el riesgo de asma infantil, revela estudio
La exposición al ozono en la primera infancia podría alterar el desarrollo inmunitario y pulmonar, aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias. Ilustración artística: DALL-E / Edgary R.

Exposición al ozono y mezcla de contaminantes: un riesgo acumulativo

El estudio también exploró la interacción entre el ozono, el NO2 y las partículas finas (PM2.5). Usando un modelo estadístico bayesiano (BKMR), se analizó cómo estas sustancias se combinan y potencian su efecto en la salud infantil.

Los resultados mostraron que el ozono aumentaba el riesgo de asma, incluso cuando los niveles de los otros contaminantes estaban en valores medianos. La relación fue más marcada cuando el PM2.5 se encontraba por encima de la media, lo que sugiere una interacción sinérgica entre estos.

Este análisis refuerza la importancia de considerar los efectos de las mezclas contaminantes y no solo de sustancias individuales. También aporta evidencia para revisar los límites actuales de exposición regulados por las agencias ambientales.

Implicaciones para la salud pública infantil y regulaciones ambientales

El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes entre los niños. Identificar factores de riesgo prevenibles durante la infancia temprana es clave para reducir esta carga.

Este estudio demuestra que incluso una exposición "moderada" al ozono puede tener consecuencias respiratorias importantes. La falta de asociación en edades más avanzadas no resta importancia a los efectos observados en los primeros años de vida. 

Estas alteraciones pueden generar costos sanitarios, ausentismo escolar y afectación de la calidad de vida.

Los autores proponen que las regulaciones ambientales consideren no solo los efectos a corto plazo del ozono, sino también sus impactos acumulativos en el tiempo. El hallazgo también subraya la necesidad de políticas de salud pública orientadas a la prevención ambiental desde la etapa perinatal.

La exposición al ozono en los primeros dos años de vida aumenta el riesgo de asma infantil, revela estudio
El riesgo respiratorio infantil aumenta incluso con niveles bajos de ozono ambiental, según muestra el estudio. Ilustración artística: DALL-E / Edgary Rodríguez R.

Una evidencia más sobre la vulnerabilidad de la infancia a la contaminación

El estudio es uno de los pocos que analiza la exposición al ozono durante los primeros dos años de vida con medidas espaciales precisas. Además, utiliza cohortes diversas en seis regiones del país, lo que refuerza la validez de sus conclusiones.

Aunque no se realizaron mediciones personales ni en interiores, el modelo empleado permite estimar con alta precisión la exposición ambiental, lo que lo convierte en una herramienta valiosa para estudios epidemiológicos. El uso de encuestas validadas y el seguimiento a mediano plazo aportan solidez a los resultados.

Finalmente, el estudio invita a seguir investigando el rol del ozono y otros contaminantes en el desarrollo respiratorio infantil.

Comprender los mecanismos biológicos involucrados y las etapas más críticas de exposición permitirá diseñar mejores estrategias de prevención para proteger la salud de los niños desde sus primeros días de vida.

Referencias

  • Dearborn LC, Hazlehurst MF, Sherris AR, et al. Early-Life Ozone Exposure and Asthma and Wheeze in Children. JAMA Netw Open. (2025). doi:10.1001/jamanetworkopen.2025.4121

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