¿Podría una dieta rica en carbohidratos refinados durante el tercer trimestre afectar el estado emocional de tu bebé? Un nuevo estudio sugiere que sí. Investigadores descubrieron que los alimentos con alto índice glucémico consumidos en esta etapa clave del embarazo se asocian con mayor tristeza e irritabilidad en bebés de seis meses, marcando una posible huella temprana en su salud emocional.
Un equipo de investigadores del Oregon Health & Science University evaluó cómo la calidad de la dieta materna durante el embarazo impacta el desarrollo emocional de los bebés. El foco fue el índice glucémico (IG), un indicador que mide qué tan rápido los alimentos elevan los niveles de glucosa en sangre después de una comida.
Elizabeth Wood, autora principal de estudio y profesora asistente de psiquiatría en la Escuela de Medicina de OHSU explico que "estos hallazgos destacan oportunidades para mejorar la nutrición durante el embarazo y mejorar los resultados de la descendencia al proporcionar objetivos dietéticos específicos que pueden marcar la diferencia en la salud conductual infantil".
Una conexión entre el azúcar en sangre y el estado emocional del bebé
Los investigadores observaron que un IG más alto en el tercer trimestre estaba vinculado a mayor tristeza e irritabilidad en los bebés a los seis meses. Estas emociones se evaluaron mediante observación directa en laboratorio y reportes de los cuidadores, y forman parte de lo que se conoce como "afectividad negativa", una característica temperamental relacionada con el riesgo de futuros trastornos psicológicos.
La muestra incluyó 302 embarazos únicos con seguimiento desde el segundo trimestre hasta los seis meses de vida del bebé.
Las participantes completaron registros alimentarios, se sometieron a análisis de sangre y estudios de composición corporal, y sus hijos fueron evaluados mediante pruebas estandarizadas de comportamiento infantil.

El tercer trimestre: una ventana crítica para el desarrollo cerebral
Aunque el estudio también evaluó datos del segundo trimestre, solo el IG alto en el tercer trimestre se asoció de manera significativa con mayor tristeza y malestar en los bebés.
Este hallazgo sugiere que existe una etapa especialmente sensible durante la gestación en la que la dieta materna puede tener efectos programadores sobre el cerebro en desarrollo.
Durante el tercer trimestre, el cerebro fetal experimenta una intensa actividad metabólica, incluyendo procesos como la sinaptogénesis y la refinación de redes neuronales. El exceso de glucosa en sangre materna, provocado por una dieta rica en carbohidratos refinados, podría interferir en estas etapas clave.
Además, los investigadores no encontraron vínculos significativos entre la adiposidad materna o la resistencia a la insulina en el tercer trimestre con la afectividad negativa del bebé, lo que refuerza que la calidad de los alimentos, más que el estado metabólico general, sería un factor determinante en este período.
Cómo se midieron las emociones del bebé
Para capturar un panorama completo del temperamento infantil, los investigadores emplearon dos métodos complementarios. Por un lado, utilizaron la "Still Face Paradigm", una prueba observacional que evalúa cómo reacciona el bebé cuando su cuidador mantiene una expresión neutra durante unos minutos.
Por otro, se aplicó el cuestionario estandarizado IBQ-R, donde los cuidadores reportaron comportamientos asociados a tristeza y miedo.
Los bebés cuyas madres consumieron alimentos con mayor IG en el tercer trimestre mostraron más señales de tristeza y malestar tanto en laboratorio como en el hogar. Este patrón no se observó con la misma fuerza cuando se evaluaron los datos del segundo trimestre.
En contraste, la resistencia a la insulina en el segundo trimestre sí se relacionó con un aumento de conductas de miedo reportadas por los cuidadores, lo que sugiere que distintos aspectos del temperamento infantil pueden verse influenciados por factores metabólicos en diferentes momentos del embarazo.
El índice glucémico como marcador de calidad dietética
El índice glucémico se calcula según la capacidad de los alimentos para elevar la glucosa sanguínea en comparación con la glucosa pura. Los alimentos con IG alto, como cereales procesados, galletas y pan blanco, provocan picos rápidos de azúcar. En cambio, frutas, legumbres y granos integrales tienen IG bajo y elevan la glucosa de manera más gradual.
En el estudio, se recopilaron seis recordatorios dietarios de 24 horas (tres en cada trimestre) realizados por nutricionistas capacitadas. Este enfoque permitió calcular promedios fiables del IG de la dieta en cada etapa del embarazo.
Los investigadores señalan que el IG refleja la calidad del carbohidrato más allá de la cantidad consumida. De hecho, los análisis complementarios del estudio revelaron que el índice de carga glucémica, que ajusta por el tamaño de porciones, no mostró la misma asociación con la tristeza infantil.

Implicaciones clínicas y de salud pública
Uno de los aportes más relevantes del estudio es que el IG dietario es una variable modificable y accesible desde la intervención clínica. A diferencia de la adiposidad o la resistencia a la insulina, que requieren cambios prolongados, mejorar la calidad de los carbohidratos puede lograrse mediante ajustes puntuales en la alimentación.
Los autores proponen que intervenciones dietéticas dirigidas específicamente al tercer trimestre podrían ser más eficaces para promover un desarrollo emocional saludable en los bebés.
Cambiar cereales ultraprocesados por frutas, legumbres o avena puede reducir los picos glucémicos y beneficiar al feto sin requerir grandes restricciones.
El estudio aporta evidencia concreta para diseñar estrategias de prevención de trastornos emocionales desde etapas muy tempranas, incluso antes del nacimiento.
¿Por qué es importante la afectividad negativa en la infancia?
La afectividad negativa en la primera infancia se refiere a la propensión del bebé a mostrar tristeza, llanto, irritabilidad o miedo. Aunque son reacciones normales ante ciertos estímulos, niveles altos y persistentes pueden anticipar mayores riesgos de ansiedad, depresión y trastornos de regulación emocional en la infancia y adolescencia.
Por eso, identificar factores prenatales que influyen en este rasgo puede permitir una detección precoz y una intervención oportuna. Este estudio es uno de los primeros en vincular directamente la dieta materna con esta dimensión emocional, y abre nuevas posibilidades de acción preventiva.

Una llamada a personalizar la nutrición prenatal
Los autores destacan la necesidad de enfocar la nutrición prenatal como una herramienta de salud mental perinatal. Más allá del control del peso o del riesgo metabólico, el estudio sugiere que lo que la madre come afecta directamente el cerebro en formación del bebé.
Las conclusiones también subrayan que la programación fetal de la salud emocional no es uniforme durante todo el embarazo.
El tipo de nutriente, el momento en que se consume y su impacto metabólico específico son variables que deben ser consideradas en el diseño de guías dietéticas para gestantes.
Alimentación consciente para un desarrollo emocional saludable
Este estudio aporta pruebas sólidas sobre cómo la calidad de los carbohidratos consumidos en el tercer trimestre del embarazo puede programar rasgos emocionales del bebé que persisten hasta al menos los seis meses de edad.
Modificar el índice glucémico de la dieta durante el embarazo tardío emerge como una estrategia viable, segura y con alto potencial preventivo en salud mental infantil.
"Al avanzar en intervenciones que se centran en optimizar la nutrición durante el embarazo, podemos apoyar mejor el cerebro en desarrollo de un bebé", dijo Wood.
Las futuras investigaciones podrán precisar más detalles sobre los mecanismos implicados, pero ya es posible traducir estos hallazgos en recomendaciones clínicas útiles para las madres y sus familias.
Referencias
- Wood EK, Nomura O, Ablow JC, et al. Higher prenatal dietary glycemic index in the third trimester of pregnancy is associated with infant negative affect at 6 months. Scientific Reports. (2025). doi:10.1038/s41598-025-91886-0