Mara Cerqueiro, experta en nutrición, sobre la fertilidad: "una intervención nutricional y metabólica temprana puede marcar la diferencia"

Aunque pocas veces se menciona, la obesidad puede condicionar de forma silenciosa la posibilidad de ser madre o padre. La Dra. Mara Cerqueiro explica por qué es clave abordarla sin culpa y con información médica clara.
La experta en nutrición, Mara Cerqueiro, sobre la fertilidad una intervención nutricional temprana puede marcar la diferencia
La obesidad puede alterar el equilibrio hormonal y dificultar la concepción. Fuente: Mara Cerqueiro / DALL-E (composición ERR)

La fertilidad no solo depende del reloj biológico, los niveles hormonales o la edad. Existen factores silenciosos que afectan profundamente la posibilidad de concebir y muchas veces quedan fuera del radar. Uno de los más determinantes es la obesidad, una condición que puede pasar desapercibida en las conversaciones sobre maternidad o paternidad, pero que influye de forma directa en la capacidad reproductiva tanto de mujeres como de hombres.

La obesidad actúa como un enemigo silencioso en la planificación familiar, explica la Dra. Mara Cerqueiro, especialista en Digestivo y Nutrición del centro Yazen. Desde su experiencia clínica, observa cómo el exceso de peso puede alterar el equilibrio hormonal, deteriorar la calidad ovocitaria y seminal, e incluso reducir las probabilidades de éxito en los tratamientos de fertilidad. Lo más preocupante, explica, es que muchas veces no se le da visibilidad ni se integra en el abordaje médico temprano.

Las cifras respaldan esta preocupación: una pérdida moderada de peso, entre el 5 y el 10% del peso corporal, puede mejorar significativamente la ovulación y aumentar las tasas de embarazo. Además, iniciar una gestación con un peso saludable reduce los riesgos obstétricos y mejora la salud del bebé. Sin embargo, aún pesa el estigma o la desinformación, y muchas personas no saben por dónde empezar ni cómo actuar sin sentir culpa. Hablamos con la Dra. Cerqueiro sobre estos temas para Ser Padres, ella explica por qué es clave abordarla sin culpa y con información médica clara.

¿Por qué la obesidad se considera un “enemigo silencioso” en la planificación familiar? ¿Qué la hace tan decisiva en la fertilidad y, al mismo tiempo, tan poco visible en las conversaciones sobre maternidad y paternidad?

La obesidad se considera un enemigo silencioso porque sus efectos sobre la fertilidad no siempre son evidentes a primera vista, pero sí profundamente determinantes. Muchas veces se habla del deseo de ser madre o padre sin considerar que el peso corporal y la salud metabólica pueden condicionar fuertemente esa posibilidad. La obesidad puede alterar el equilibrio hormonal tanto en mujeres como en hombres, dificultando la ovulación, reduciendo la calidad ovocitaria y seminal, y afectando la implantación embrionaria.

Sin embargo, en la conversación pública y en las consultas clínicas, sigue siendo un tema poco visible, probablemente por el estigma asociado a la obesidad o por la falta de conciencia sobre su impacto en la salud reproductiva. En muchas parejas, se buscan explicaciones médicas más complejas cuando la causa puede estar en un desbalance metabólico tratable.

Además, el hecho de que la obesidad no impide por completo la concepción en todos los casos lleva a subestimar su importancia como factor de riesgo. Por eso es clave visibilizar esta relación y empoderar a las personas con información rigurosa, sin juicios y con evidencia médica verificada. Además, comenzar una gestación con un peso saludable también va a reducir los riesgos del embarazo y del bebé que llega a la familia.

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Una pérdida de peso del 5-10% mejora ovulación y calidad espermática. Fuente: iStock (composición ERR).

En términos prácticos, ¿qué pasos recomienda dar a quienes desean formar una familia y tienen obesidad o sobrepeso? ¿Por dónde se empieza?

Para mejorar la tasa de fertilidad recomiendo adoptar cambios en el estilo de vida que favorezcan un peso corporal saludable y un equilibrio metabólico óptimo antes de buscar el embarazo. Los principales pasos incluyen:

  • Realizar una valoración médica previa: consultar con el especialista para identificar factores de riesgo como el sobrepeso, la obesidad o alteraciones metabólicas que puedan afectar la fertilidad.
  • Adoptar una alimentación equilibrada y sostenible en el tiempo: priorizar una dieta variada pero con proteínas magras, frutas, verduras, grasas saludables y limitar azúcares añadidos y ultra procesados.
  • Mantener una rutina de actividad física regular: realizar al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado, adaptado a cada condición física. Los ejercicios de fuerza son los más recomendados. 
  • Controlar el estrés y mejorar el descanso: el bienestar emocional influye también en la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres.
  • Actuar temprano: si existe obesidad o sobrepeso, comenzar lo antes posible un programa de pérdida de peso, ya que incluso una reducción del 5-10% del peso corporal puede mejorar la ovulación, la calidad seminal y aumentar las tasas de embarazo espontáneo, y reducir los riesgos para el bebé.
  • Evitar automedicarse o retrasar la búsqueda de ayuda: en caso de dificultades para concebir tras 6-12 meses, consultar con un especialista en fertilidad para abordar precozmente posibles tratamientos.

¿El abordaje de la fertilidad debería integrar siempre una evaluación del estado nutricional y metabólico?

Sin duda. Evaluar la fertilidad sin tener en cuenta el peso, los niveles de insulina, el perfil lipídico o el estado inflamatorio sería un enfoque incompleto. La obesidad no solo puede dificultar la concepción natural, sino también reducir la eficacia de las técnicas de reproducción asistida. En este sentido, una intervención nutricional y metabólica temprana puede marcar la diferencia, tanto en el tiempo que se tarda en concebir como en la salud del embarazo.

No siempre estar delgado significa estar saludable ¿Qué deberían ver las personas en este aspecto?

Tener un IMC dentro del rango normal no garantiza salud metabólica. Hay personas con peso normal que presentan resistencia a la insulina, dislipemias o desequilibrios hormonales que también afectan la fertilidad. Por ello, insistimos en realizar una evaluación médica completa que contemple parámetros clínicos y bioquímicos, más allá del peso o la apariencia física. Hablamos de salud metabólica, no solo de estética.

Nutrición
Desde la adolescencia, una buena nutrición protege la fertilidad futura. Fuente: iStock (composición ERR).

¿A qué edad conviene empezar a vigilar la nutrición si una persona quiere preservar su fertilidad? 

Idealmente, desde la adolescencia. Hay estudios que indican que la obesidad en esta etapa duplica el riesgo de infertilidad en la edad adulta. Por eso, trabajar en la prevención desde edades tempranas es clave. Sin embargo, nunca es tarde para actuar: cualquier momento en el que una persona decida cuidar su salud metabólica será beneficioso para su fertilidad futura.

¿Cuál es el impacto real que se puede tener al hacer un cambio de estilo de vida y nutrición?

El impacto es significativo. Una pérdida de peso moderada puede restaurar ciclos menstruales, mejorar la calidad ovocitaria y seminal, y aumentar las tasas de concepción, tanto natural como asistida. Además, contribuye a reducir complicaciones durante el embarazo, como la diabetes gestacional o la preeclampsia. Es un beneficio que va mucho más allá del momento de la concepción: es una inversión en la salud del futuro bebé y de los padres.

¿La obesidad también afecta el éxito de los tratamientos de reproducción asistida? 

Sí. Las mujeres con obesidad suelen requerir mayores dosis de medicación hormonal, presentan una menor tasa de ovocitos recuperados y una menor calidad embrionaria. Además, las tasas de recién nacidos vivos son más bajas en comparación con mujeres de peso normal. Por tanto, reducir el peso antes de iniciar un tratamiento de reproducción asistida puede aumentar la eficacia y mejorar los resultados.

La experta en nutrición, Mara Cerqueiro, sobre la fertilidad una intervención nutricional temprana puede marcar la diferencia
La evaluación metabólica es esencial en los estudios de fertilidad. Fuente: iStock (composición).

¿Qué papel juegan el estrés, el descanso y la salud emocional en este proceso? 

Un papel fundamental. El eje hipotálamo-hipófiso-gonadal, que regula la fertilidad, es muy sensible al estrés y al sueño inadecuado. Altos niveles de cortisol, alteraciones en los ritmos circadianos o una salud emocional deteriorada pueden interferir en la ovulación y la producción de esperma. Por eso, dentro del enfoque de Yazen, además del contacto con el coach personal, también trabajamos con psicólogos expertos para preservar el bienestar integral de la persona, incluyendo salud mental y hábitos de descanso.

Finalmente, ¿qué mensaje clave le gustaría dar a quienes sueñan con ser madres o padres, pero no saben si su peso puede ser un obstáculo? ¿Cómo pueden actuar de forma temprana sin sentirse culpables?

El peso nunca debe vivirse como una culpa, sino como una oportunidad de cuidado. Entender que la fertilidad puede mejorar adoptando hábitos saludables es una invitación a actuar desde el autocuidado y la prevención. Formar una familia comienza mucho antes de la concepción, y cuidar de la salud metabólica es un acto de amor propio y hacia ese futuro hijo. Mi mensaje sería: busca orientación profesional, actúa temprano y recuerda que pequeños cambios pueden tener un gran impacto en tu fertilidad y bienestar.

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