Como ocurre con la alimentación, o con la actividad física, cuidar la piel es un hábito de salud en el que todavía existe mucho margen de mejora como padres y madres. No tanto en la etapa de bebé, entre los 0 y los 2 años, cuando, en líneas generales, tendemos a vigilar y controlar todo con lupa, pero sí a partir de los 3 años, punto de inflexión en el que la crianza se suele relajar. Y la velocidad de crucero en la crianza de los hijos e hijas es fantástica para muchos aspectos, pero no para otros aspectos que siguen requiriendo una atención especial por parte de los padres. Uno de ellos, precisamente, el cuidado de la piel de los niños y niñas.
Pilar García García, doctora en Farmacia y gerente de farmacovigilancia de Exeltis Consumer Healthcare, explica que entre los 3 y los 6 años, la piel infantil sigue siendo especialmente delicada porque a esta edad “no ha desarrollado por completo su función barrera, lo que la hace más sensible a factores como el frío, el calor, el viento o el sol”.
Por esta razón insisten tanto los expertos en dermatología en proteger la piel no solo en la etapa bebé, sino también a lo largo de la primera infancia. Especialmente en verano, que es cuando más tiempo pasan los peques bajo los rayos del sol y cuando este es más intenso y, por ende, agresivo, pero también el resto del año. “Aunque muchas familias asocian el protector solar exclusivamente con el verano, desde las principales asociaciones insisten en que debe utilizarse durante todo el año siempre que los niños estén expuestos al sol. Incluso en invierno, la radiación ultravioleta —especialmente los rayos UVA— sigue presente y puede dañar la piel de forma silenciosa pero acumulativa”, argumenta la experta.
En este sentido, sabrás probablemente (y si no lo sabes, te lo contamos) que los dermatólogos recomiendan el uso de protectores solares adaptados a la población pediátrica, con un SPF 50+ y, a poder ser, fórmulas resistentes al agua. “Si el niño va a pasar más de 15 o 20 minutos al aire libre —en el parque, de excursión o jugando en el patio del colegio—, es recomendable aplicarlo, incluso en días nublados o fríos”, apunta Pilar García García.

Una rutina sencilla de cuidado de la piel en niños de 3 a 6 años
La sensibilidad de los adultos con respecto a la protección de la piel de los niños pequeños ha ido en aumento, hasta el punto de que es difícil no ver a peques protegidos del sol en verano. Sin embargo, se les olvida a muchos papás y mamás a partir de los 3 años de edad que la piel también requiere una serie de cuidados, de mimos, en casa. Que no basta con protegerla de los rayos del sol. ”Establecer desde casa una rutina sencilla, pero constante, de cuidado cutáneo es fundamental”, dice la doctora Pilar García García.
Para que no puedas decir que desconoces cómo cuidar la piel de un niño o niña pequeño, y para que tengas la solución rápida si has llegado hasta aquí con una búsqueda en Google, le hemos pedido a Pilar García García que nos comparta, con un enfoque eminentemente práctico, una rutina adecuada para garantizar una piel sana en los peques durante la etapa 3-6 años.

Estos son sus consejos, incluido alguno sobre lo que no hay que hacer como parte de la rutina de cuidado de la piel de un niño o niña pequeño.
Higiene suave y sin agresiones
“A diario, la piel debe limpiarse con geles sin jabón y sin perfumes, que respeten su equilibrio natural”, dice la experta, que advierte también de que los baños largos o con agua muy caliente “no son recomendables, ya que favorecen la deshidratación cutánea”.
Hidratación después del baño
Para Pilar García García, la hidratación después del baño es un paso clave si queremos proteger y mantener sana la piel de un peque. “Aplicar una crema o loción hidratante formulada para uso infantil ayuda a mantener la piel flexible, prevenir la sequedad o la dermatitis y reforzar su protección natural”, indica la gerente de farmacovigilancia de Exeltis Consumer Healthcare

Un hábito que va más allá de la piel
Para Pilar García García, que cita a la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y la Academia Americana de Pediatría, es importante aprovechar la rutina de cuidado de la piel en casa para que los niños y niñas adquieran desde pequeños rutinas de cuidado. Que asimilen determinados hábitos.
Esto, dice la experta, “no solo previene irritaciones o problemas dermatológicos, sino que también es un modelo de aprendizaje para los niños”.
Ajustar la rutina a la estación del año
En último lugar, la doctora en Farmacia recuerda la importancia de adaptar las rutinas de cuidado de la piel de los peques a la estación del año.
Así, en verano, después de un día de playa o piscina, su consejo es dar a los niños “una ducha con agua tibia, productos suaves y una hidratación extra para calmar la piel”. En invierno, en cambio, el consejo es prestar más atención a las zonas más expuestas como la cara, las manos o los labios. ”Requieren cremas más densas y nutritivas, que ayuden a proteger frente al frío y la sequedad ambiental”, concluye Pilar García García.