A lo largo de los nueve meses de gestación, la mujer puede experimentar ciertas molestias. Algunas apenas aparecen unas semanas después de comenzar el embarazo (tras producirse la concepción y posterior implantación del embrión en el útero). Otras, sin embargo, lo hacen a medida que éste va avanzando.
Una de ellas son los cuadros vagales, que tienden a aparecer a partir de la mitad del segundo trimestre, aunque no suele ser muy común en relación a otras afecciones que sí son más frecuentes. Es el caso, por ejemplo, de las náuseas matutinas, que son más evidentes a finales del primer trimestre, así como el ardor de estómago, frecuente en el tercer trimestre.
Eso sí, que sea frecuente en el final de la gestación no significa que no pueda aparecer antes. De hecho, durante el primer trimestre, los músculos del esófago pueden empujar los alimentos con mayor lentitud, a lo que se une que el estómago tarde más en vaciarse.
A pesar de ser positivo, ya que ofrece la posibilidad de absorber una mayor cantidad de nutrientes (esenciales para el feto), este hecho también puede acabar provocando acidez estomacal.
¿Cuáles son las causas del ardor de estómago en el embarazo?
Es probable que ya sepas que la progesterona es una de las hormonas más importantes del embarazo. Crea un útero seguro y saludable para el óvulo recién fertilizado, para dar lugar posteriormente al bebé en crecimiento.
Pero, aunque es una hormona maravillosa, también posee algunos efectos secundarios que pueden acabar provocando que no sea tan querida. Uno de ellos es que está considerada una de las principales causantes de ardor en el estómago durante el embarazo.
Durante una digestión normal, la comida viaja por un tubo situado entre la boca y el estómago (el esófago), a través de una válvula muscular conocida con el nombre de esfínter esofágico inferior (EEI). Esta válvula es parte de la puerta entre el esófago y el estómago, y tiende a abrirse con el fin de dejar pasar el alimento. Una vez pasa a través de ella, se cierra para evitar que los ácidos presentes en el estómago vuelvan a subir.
Sin embargo, cuando se tiene reflujo o acidez estomacal, la válvula se relaja más de la cuenta, permitiendo que este ácido suba y cause dolor y ardor en el área del pecho.
Te indicábamos que la progesterona suele ser una causa relacionada porque, durante el embarazo, los distintos cambios hormonales permiten que los músculos del esófago se relajen con una mayor frecuencia. Así, es posible que se acumule una mayor cantidad de ácidos, motivo por el cual el ardor tiende a aumentar después de haber tomado una comida copiosa o abundante, o cuando se está acostado.

Durante el segundo y tercer trimestre de embarazo el ardor suele empeorar, ya que el útero se expande, causando mayor presión. En definitiva, esto también puede provocar que tanto los alimentos como el ácido vuelvan a ser empujados hacia el esófago.
Por todo ello, es común sentir ardor y dolor en la parte superior del abdomen, que puede extenderse hasta el pecho y dirigirse hacia la garganta cuando, además, se sufre de reflujo. También es común que surjan otras molestias relacionadas, como gases o eructos.
Es un síntoma muy común en la gestación. Se estima que afecta a entre un 15 y un 45 por ciento de las mujeres en algún momento del embarazo.
Algunos consejos útiles que te pueden ayudar a reducir los síntomas
Si sufres de ardor de estómago existen algunas cosas que puedes hacer para aliviarlo:
- A la hora de comer. Es aconsejable tomar comidas más pequeñas, así como repartirlas a lo largo del día (es decir, hacerlas con mayor frecuencia). No es recomendable beber mientras se come, siendo más adecuado hacerlo entre las comidas. También es útil comer despacio, masticando bien cada bocado, y evitar comer unas horas antes de irse a la cama.
- Alimentos a evitar. Se deben reducir al máximo, o evitar, aquellos alimentos y bebidas que pueden desencadenar acidez estomacal, y acabar provocando ardor. Es lo que ocurre con los alimentos picantes, los alimentos con mucha grasa, el chocolate, o los alimentos ácidos como las frutas cítricas y el tomate. Entre las bebidas a evitar, podemos mencionar aquellas con cafeína (como el café, el té y evidentemente las bebidas energéticas, poco adecuadas en la gestación), así como las bebidas carbonatadas.
- Camina. Llevar a cabo una caminata tranquila, además de ser muy beneficioso para tu salud y para la del bebé en crecimiento, puede ser útil para estimular la digestión. También es fundamental utilizar ropa cómoda siempre, en lugar de prendas ajustadas.
En caso de que los síntomas relacionados con el ardor aumenten, o no desaparezcan, puedes consultar a tu médico. Igualmente, es recomendable hacerlo antes de probar algún tratamiento.