Hoy te contamos el caso de un profesor que decidió consultar a sus alumnos sobre posibles mejoras en su enseñanza y ha generado un debate en redes sociales, especialmente entre la comunidad docente. Este episodio, protagonizado por Octavio Prieto, un profesor que utiliza la red social X (anteriormente conocida como Twitter) bajo el usuario @octavio_pr, pone sobre la mesa una cuestión fundamental: la importancia de equilibrar el ritmo de las clases con la comprensión real de los contenidos por parte de los estudiantes.
La pregunta del profesor a sus alumnos
Prieto, con motivo del cierre del primer trimestre escolar, recogió las opiniones de sus estudiantes sobre su método de enseñanza. Para ello, distribuyó hojas en las que los alumnos podían responder a preguntas sobre lo que consideraban positivo y lo que debería mejorarse en sus clases. Al analizar las respuestas, encontró un mensaje recurrente: "Dar el temario más lento". Otro comentario destacado también subrayó: "Explica más despacio".
Hoy llego a clase: examen.
— Octavio Prieto (@octavio_pr) December 17, 2024
-Noooo
- Que es para mí, me ponéis nota.
La propuesta más repetida, sobre todo en 4°: pic.twitter.com/Tq5YJwPaIP
Este comentario, que podría parecer una simple petición, se convirtió en el centro de un animado debate tras ser compartido en X por el propio docente. En su publicación, Prieto admitió que esta opinión fue especialmente recurrente entre los alumnos de 4º de ESO. Reflexionó abiertamente que, cuando tantos estudiantes coinciden en lo mismo, tal vez sea una señal de que efectivamente el ritmo de las clases es demasiado rápido.
Qué opinan otros docentes
Sin embargo, las reacciones no se hicieron esperar. Un colega docente respondió en tono crítico que, si fuese por los estudiantes, el avance en el temario sería muy limitado. Prieto replicó que posiblemente sus alumnos tenían razón, ya que avanzar sin garantizar la comprensión y la asimilación del contenido podría ser contraproducente.
Subrayó que su reflexión no se refería tanto a reducir el contenido cubierto, sino a ajustar el ritmo de las clases para hacerlo más accesible. Esto puede estar relacionado con el hecho de que la ansiedad entre los profesores españoles está por encima de la media mundial. Algunas veces no saben cómo hacer comprender a los niños, para que les cale el mensaje que ellos están intentando dar con sus lecciones.

Este intercambio de opiniones ha puesto de relieve un dilema frecuente en la enseñanza: encontrar el equilibrio entre cubrir el contenido establecido y asegurar que los estudiantes lo interioricen de manera efectiva. En un sistema educativo que a menudo valora la cantidad sobre la calidad, estas reflexiones podrían abrir la puerta a cambios significativos.
Las respuestas de los estudiantes también evidencian una necesidad más amplia dentro del aula: adaptar el ritmo de aprendizaje al grupo. Aunque algunos podrían interpretar estas peticiones como una preferencia por la comodidad, el aprendizaje efectivo requiere tiempo para comprender, practicar y consolidar los conocimientos.
El debate en redes

En redes sociales, el debate se extendió más allá de los docentes, involucrando también a padres y estudiantes. Muchos usuarios coincidieron en que avanzar demasiado rápido en el temario puede generar frustración y un aprendizaje superficial. Otros, sin embargo, defendieron la necesidad de mantener un ritmo constante para cumplir con los objetivos curriculares.
Lo único que está claro es que este caso invita a una reflexión profunda sobre cómo mejorar la experiencia educativa tanto para los profesores como para los estudiantes. Por el momento, si quieres agradecer a tu profesor su trabajo, te dejamos estas 65 frases bonitas para profesores y maestros que inspiran.
La personalización del aprendizaje se está convirtiendo en una tendencia creciente, lo que podría llevar a replantear la forma en que se mide el éxito en las aulas. Dar tiempo para asimilar conceptos podría ser más efectivo que priorizar la cantidad de contenido cubierto.
El ejemplo de Octavio Prieto recuerda que escuchar a los niños es clave para construir un sistema educativo más efectivo y empático. A veces, reducir la velocidad en la enseñanza no significa retroceder, sino avanzar con más firmeza.