Cuando hablamos de los hitos del desarrollo es tremendamente común pensar únicamente en los hitos que ocurren en los bebés y niños pequeños, olvidándonos de que tanto el desarrollo como el propio crecimiento en sí son dos eventos fundamentales que siguen sucediendo a lo largo de los años.
Y es que no debemos olvidarnos de algo tan importante como imprescindible: los niños se encuentran en constante y continuo desarrollo, lo que supone no solo el propio crecimiento en sí del niño en estatura y complexión, sino también en su propio desarrollo intelectual y emocional, por citar solo algunos simples ejemplos.
A la hora de preguntarnos por qué los hitos del desarrollo pueden ser tan importantes, una buena idea es pensar en ellos como si de una lista de verificación se tratase. Es decir, los hitos del desarrollo tienden a representar lo que un niño promedio puede hacer alrededor de una edad en particular.
Aunque no debemos olvidarnos de algo imprescindible: se trata únicamente de una aproximación, por lo que esto variará obviamente de un niño a otro.
En cualquier caso, un hito del desarrollo consiste en una determinada habilidad que la mayoría de los niños logran alcanzar a cierta edad. Y pueden involucrar una amplia variedad de hitos, como: habilidades físicas, emocionales, sociales, entre otros.
Desarrollo físico
Alrededor de los 11 años de edad es muy común que ocurran grandes cambios físicos en el cuerpo del niño. En las niñas, por ejemplo, es muy posible que a esta edad la pubertad ya haya empezado; mientras que, los niños, pueden llegar a entrar en esa etapa un poco más tarde, por ejemplo, alrededor de los 12 años.
En las niñas de 11 años, los cambios físicos más evidentes tienden a ser un aumento de la grasa corporal, el crecimiento del vello púbico y en las axilas, el agrandamiento de los senos, ensanchamiento de las caderas, la piel y el cabello se vuelven más grasoso, y aparece el primer período menstrual.
En los niños, los cambios físicos pueden incluir cambios vocales, aparición de vello púbico, en las axilas y en el rostro, la piel del escroto puede oscurecerse, la piel y el cabello también se vuelven más grasosos, y los testículos y el pene aumentan de tamaño.
Desarrollo emocional
Es evidente que, durante esta etapa, los preadolescentes comienzan a observar los cambios que ocurren en sus propios cuerpos, lo que puede originar cierta incomodidad física, mientras se adaptan.
Una vez que el niño llega a la pubertad, es común que surjan cambios de humor, así como momentos de angustia y felicidad.
Aunque los niños reconocen a los adultos como figuras de autoridad, esta etapa tiende a ser el comienzo a la hora de cuestionar esa autoridad, pudiendo llegar a introducirse a conductas de riesgo, como fumar, beber o autolesionarse.
Desarrollo cognitivo

Alrededor de los 11 años de edad, el niño empieza a darse cuenta de que sus decisiones pueden tener efectos a más largo plazo, cosa que no ocurría cuando eran más pequeños, ya que los niños más pequeños tienden a vivir el momento, y a concentrarse únicamente en lo que les afecta aquí y ahora.
Empiezan a darse cuenta de que hay múltiples formas de ver una determinada situación, información o problema.
Desarrollo social
Aunque es cierto que, durante mucho tiempo, la amistad ha sido importante para el niño, durante esta etapa se vuelve vital, tanto para bien como para mal.
La idea de una identidad de grupo empieza a desempeñar un papel mucho más importante, al igual que la presión ejercida por ese grupo también empezará a influir en el niño, incluso para que lleve a cabo cosas que posiblemente no haría por sí solo.
Otros hitos del desarrollo en el niño de 11 años
Durante esta etapa es común que los niños empiecen a experimentar una serie de cambios cerebrales, fundamentales para que puedan hacer esa transición y volverse más independientes.
No obstante, todavía su corteza frontal se encuentra en desarrollo, mientras que su necesidad de aceptación pueden llevar a un mayor comportamiento de riesgo.