Los 5 errores más comunes a la hora de limpiarle la nariz a tu bebé

Se podría decir que los mocos son los compañeros eternos de los bebés y niños pequeños. Muchos padres se preguntan en la consulta: ¿es normal que tenga tantos mocos? ¿cómo hago para que mi bebé no tenga mocos? Y también el desesperado: ¿Cuándo se van los mocos?
Los 5 errores más comunes a la hora de limpiarle la nariz a tu bebé

Se estima que un niño pequeño tenga entre de doce a quince infecciones respiratorias leves el primer año que acude a escuela infantil, prácticamente una cada dos semanas. Podría decirse que los pequeños casi no han terminado de curarse de un catarro cuando enganchan el siguiente. De forma que la percepción de los padres es que el niño cogió los mocos en octubre y no los soltará hasta mayo.

Fases del catarro o resfriado común

Los 5 errores más comunes a la hora de limpiarle la nariz a tu bebé - Foto: Istock

Todos hemos estado resfriados alguna vez, de modo que creo podréis entender y diferenciar las fases del catarro, ya que, estoy completamente segura, habréis pasado por ellas.

Primera fase: Fase Congestiva

Es la que aparece primero. Sentimos inflamación en la garganta, molestias al tragar los alimentos y empieza a aparecer mucosidad nasal transparente, como agua, de forma constante. También se nos congestiona la nariz, notamos que no podemos respirar, pero si queremos sonarnos, no aparecerá mucosidad, aunque la sensación de taponamiento es muy molesta. También tendremos tos seca. Esta fase dura unos dos o tres días para después dar paso a la siguiente

Segunda fase: Fase Secretora

Aquí ya vamos a empezar a eliminar mocos a mansalva. La nariz empieza a despejarse y podemos respirar mejor, pero ahora, cuando nos sonamos, sí que sale mucosidad en abundancia. La tos seca da paso a la tos productiva o húmeda, que es aquella que ya sí que mueve moco. Nos encontramos mejor, ya no nos duele tanto la garganta. La infección va mejorando, nuestro cuerpo empieza a producir mucosidad que arrastra los restos de la batalla entre el virus y el sistema inmunitario, y por eso este moco se espesa y se vuelve más blanco o verdoso.

¿Y cómo limpiamos los mocos a los niños?

El tratamiento fundamental de los mocos en los niños son los lavados nasales. Hasta que los pequeños son capaces de sonarse la nariz, la mejor forma de despejársela es aplicando suero fisiológico que arrastre la mucosidad de las fosas nasales. Es decir, los lavados son el pañuelo de los niños.

Los lavados nasales pueden hacerse desde el primer día de vida, si bien debo deciros que los recién nacidos suelen hacer algunos ruidos leves e intermitentes al respirar por tener los cornetes nasales inflamados tras el parto o por restos de líquido amniótico. Esto es muy frecuente y no tiene ninguna gravedad ni requiere tratamiento.

A la hora de realizar lavados nasales o intentar eliminar la mucosidad es frecuente que se cometan algunos errores:

Error número uno: No hay medicamentos para quitar los mocos

Los mucolíticos sirven para fluidificar el moco, no para que desaparezca. Además, el moco tiene una función de barrido y limpieza así que no hay que quitarlo.

Error número dos: Usar aspiradores nasales sin ton ni son al primer síntoma de catarro

Es muy común que en cuanto los niños tienen congestión nasal (primera fase) y respiran “como un cerdito” los padres empiecen a limpiarles la nariz con aspiradores a pesar de que, como luego nos dicen en consulta, no sale nada. Claro que no.

El niño está empezando a resfriarse, no puede respirar bien, pero no por mocos, sino por congestión. En estos casos abusar del aspirador nasal puede incluso empeorar la situación, al resecar demasiado la mucosa nasal. Es mejor usar algún spray descongestivo con agua de mar o solución salina. Existen multitud de marcas y opciones en el mercado para elegir.

Error número tres: Acudir al pediatra para solicitar un antibiótico porque los mocos del niño son verdes

Y aquí aprovecho para luchar contra una leyenda urbana ampliamente extendida: los mocos verdes o espesos no son malos. Significan que el cuerpo se está limpiando de la infección y no que tengamos que poner más tratamiento o antibióticos.

Simplemente debemos hidratarnos para favorecer que la mucosidad sea más fluida y podamos expulsarla con facilidad, ya sea por la nariz al sonarnos o a base de toser.

Error número cuatro: Realizar dos lavados nasales al día

Consejos al lavar la nariz de mocos del bebé - Foto: Istock

Sé perfectamente que es desagradable para un niño que le hagamos lavados nasales. Normalmente no les gusta y tenemos que inmovilizarlos para poder hacerlos bien. Pero hay que hacerlos. Piensa en todas las veces que te limpias la nariz con un pañuelo cuando estás resfriado. Pues como os decía los lavados nasales son el pañuelo de los niños. De nada sirve ir al pediatra y quejarse de que el niño está de mocos hasta la bandera cuando resulta que le estáis haciendo dos lavados nasales al día. Eso y nada es lo mismo.

Error número cinco: Hacer lavados nasales cada cinco minutos

Hacer lavados nasales cada cinco minutos, muy fuertes o seguidos de aspiraciones intensas. Vamos a ver. Ni tanto ni tan calvo. Si hacemos lavados demasiado frecuentes o posteriormente nos ponemos a aspirar como si nos fuese la vida en ello podemos empeorar el cuadro, resecar la nariz en exceso o incluso producir una otitis.

¿Cuáles serían las recomendaciones?

Pues vamos a optar por hacer lavados nasales cada hora o dos horas, por ejemplo, con una cantidad de suero fisiológico entre 2 y 4 ml dependiendo de la edad del niño y si es posible previamente calentado para que la sensación no sea molesta. 

Haremos el lavado a un niño que esté sentado o tumbado y con la cabeza de lado y aplicaremos el suero con decisión para vencer la resistencia de la mucosidad, pero evitando hacer demasiada fuerza o daño. ¿Y el aspirador nasal? En mi opinión, no es necesario en absoluto.

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