Mi bebé no interactúa conmigo: ¿es preocupante?

Si tienes un bebé y te inquieta que no tenga interacción contigo, puede ser que no sepas interpretar las señales que el pequeño te está dando para comunicarse. Veamos cuáles son sus primeras formas comunicativas, cuándo comienzan a socializar los bebés y los signos que sí podrían preocuparte.
Mi bebé no interactúa conmigo: ¿es preocupante?

Sabemos que cada niño tiene unos ritmos diferentes y que cada uno desarrolla sus habilidades de una manera que no es exactamente igual. Si te preocupa que tu hijo no interactúe contigo, es posible que no sepas interpretar del todo sus señales.

Las primeras interacciones

Aunque un bebé todavía no sabe pronunciar palabras, sí que tiene otros mecanismos para poder comunicarse. Hablamos de sus primeras formas de comunicación, de esas primeras interacciones que tienen los pequeños y que son tales como las sonrisas, las miradas, los gestos o algunas vocalizaciones.

Señales comunicativas que son respondidas por los adultos y que favorecen la interacción de los bebés. Y es que, con la ayuda de sus padres, estos comienzan a relacionarse con los demás, disfrutando de la compañía de otros, e iniciándose así su capacidad social.

¿Cómo empieza a socializar un niño?

Hay que tener en cuenta que a lo largo de los primeros dos meses de vida, los bebés son poco activos en lo que tiene que ver con la socialización. De hecho, es en torno a los dos años cuando empiezan a querer jugar con otros niños. No obstante, como con cualquier otra habilidad, su capacidad para socializar pasará por distintas etapas en los primeros momentos de su vida.

Como decíamos, al principio, un bebé utiliza unas señales comunicativas muy “rudimentarias” y, aunque tienen algo de interés por algunos estímulos sociales, necesitará un poco más de tiempo para ir desarrollando sus habilidades. Alrededor de los tres meses y el medio año, gradualmente los peques van mejorando su expresividad y son capaces de “respetar los turnos” de palabra, aunque sea un “diálogo simulado”. No obstante, esto serán los primeros cimientos para entablar una conversación real en el futuro.

Señales de alarma

En lo que respecta a la comunicación y a la interacción social, ten en cuenta estos signos para saber de forma orientativa cuándo deberías preocuparte y consultarlo con el médico:

  • Si a los 2 meses: no responde a ruidos fuertes, no sonríe, no mira a la persona que lo mira cerca, no reacciona a voces y caras familiares.
  • Si a los 4 meses: ha dormido mucho y no busca atención, no sonríe a personas que estén delante, no sigue con la mirada objetos que se muevan.
  • Si a los 6 meses: no se da la vuelta suavemente cuando lo llaman, no reacciona a los sonidos de su entorno, no se ríe, no reproduce sonidos ni balbuceos, no muestra afecto por las personas cercanas que lo cuidan
  • Si a los 10 meses: no mira a donde le señalan, no reconoce a personas conocidas, no hace nada cuando lo llaman, no balbucea ni imita sonidos, no contesta a sonidos familiares.
  • Si a los 12 meses: no sabe decir palabras como “mamá” o “papá” o si no sabe utilizar gestos sencillos como decir “sí” y “no” con la cabeza o saludar con la manita.
  • Si a los 18 meses: no imita a los demás, no tiene curiosidad por su entorno y las personas que lo cuidan, no señala cosas, no utiliza ni siquiera palabras simples y no responde a órdenes sencillas.
  • Si a los 24 meses: tiene un vocabulario muy muy reducido, si no combina al menos dos palabras, no imita acciones ni gestos, no entiende instrucciones fáciles, no sabe utilizar objetos muy cotidianos para él (como un tenedor).

Recomendamos en