¿El chupete perjudica realmente a los dientes?
El chupete es un instrumento muy útil para los niños y para sus padres y no produce malformaciones dentales si se abandona antes de los tres años.
El doctor Juan Carlos Pérez Varela, presidente de la Asociación Española de Especialistas en Ortodoncia, nos saca de dudas acerca del buen uso del chupete. Esta es su interesante opinión:
Qué es hacer un buen uso del chupete
Un trabajo publicado en la revista 'General Dentistry' ha demostrado que si el chupete se deja de usar antes de cumplir los dos o tres años, los perjuicios sobre la dentición son reversibles.
Es verdad que al introducir el chupete y succionar de forma no nutritiva (el objetivo no es ingerir alimento) los dientes centrales inferiores se desvían paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el mismo plano, pero en el maxilar superior, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera (dientes de conejo).
Con el tiempo, los caninos (colmillos) chocan entre sí y ambas filas de dientes no se cierran correctamente (mordida abierta). Además, la acción de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, hacen que, finalmente las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo (mordida cruzada).
Sin embargo, se calcula que para que las malformaciones sean evidentes, es necesario ejercer una presión más o menos constante durante unas seis horas diarias. El uso permanente del chupete descoloca los dientes pero vuelven a reubicarse unos meses después de interrumpir su utilización. El motivo es que no llegan a producirse malformaciones de la articulación temporomandibular ni deformaciones óseas significativas que modifiquen la arcada dental definitiva.
Recomendaciones básicas
Hay que prestar atención al tamaño del chupete en relación a la boca del bebé, porque si no es adecuado potenciará que se puedan generar deformaciones. Es recomendable:
- Emplear el chupete chupete como método para evitar la succión del dedo, que tiene unas secuelas más graves.
- Limitar el uso del chupete a los 18-24 meses de edad, ya que existe una fuerte asociación entre este hábito y la alteración en la posición de la lengua que puede dar lugar a maloclusiones o malas mordidas.
- No utilizarlo para retrasar una comida.
Siempre que se deje a tiempo el uso del chupete es, incluso, positivo: además de reducir la incidencia de muerte súbita, el chupete calma la ansiedad y el dolor de los pequeños.
Si no se corrige una anomalía dental de forma precoz puede provocar el desarrollo de una maloclusión más grave, más difícil de corregir y por tanto más costos. Así, una mordida abierta por chupete (que podría corregirse retirándoselo antes de que el niño cumpla los 2 años) puede evolucionar a una mordida abierta esquelética difícil de solucionar. Una mordida cruzada no corregida, puede evolucionar en un crecimiento asimétrico de la cara.
La deglución atípica no tratada a tiempo dará lugar a una mordida abierta difícil de corregir. La respiración bucal no corregida puede provocar a futuro una maloclusión grave con un crecimiento vertical de la cara.
Es por eso que desde las principales asociaciones ortodóncicas, entre ellas AESOR, de la que es presidente el Doctor Pérez Varela recomiendan hacer un estudio antes de los 7 años para diagnosticar y corregir de forma precoz, además de eliminar esos hábitos frecuentes que pueden generar alteraciones bucodentales.