Balanitis en el bebé: qué es, síntomas, causas y cómo se trata

Aunque puede aparecer a cualquier edad, es común que la balanitis se caracterice por afectar principalmente a bebés y niños pequeños menores de 5 años. Aunque puede resolverse a los pocos días, en caso de que aparezca de forma recurrente el tratamiento de elección es la circuncisión.
Balanitis en el bebé

La balanitis consiste en la inflamación del glande (o la cabeza del pene). Aunque se trata de una inflamación que puede ocurrir a cualquier edad, como durante la adolescencia o en la etapa adulta, es mucho más común en niños menores de cinco años, especialmente en los bebés, ya que no pueden retraerse y limpiarse debajo del prepucio, a menos que lo hagan sus padres habitualmente.

Por suerte, aunque es cierto que puede llevar a ser bastante molesta y dolorosa, suele resolverse en dos o tres días, pero la afección puede llegar a complicarse cuando aparece de forma recurrente, ya que podría requerir que el médico deba llevar a cabo una intervención quirúrgica (como podría ser el caso de la circuncisión).

¿Qué es y en qué consiste la balanitis?

El pene es el órgano sexual masculino. Está formado por el glande (la cabeza), el cual se encuentra recubierto por el prepucio, que consiste en un tejido de color rosado y húmedo; el cuerpo cavernoso, formado por dos columnas de tejido que recorren los lados; el cuerpo esponjoso, que es una columna de tejido esponjoso que recorre la parte frontal; y la uretra, que atraviesa el cuerpo esponjoso y expulsa la orina del cuerpo.

Cuando existe balanitis el glande se encuentra inflamado. Sin embargo, cuando el prepucio también se ve afectado, nos encontramos ante una afección conocida con el nombre de balanopostitis.

En los bebés y niños tanto la balanitis como la balanopostitis son muy comunes. De hecho, se estima que afecta a alrededor de un 4 por ciento de los niños, debido a que no pueden por sí solos retraer el prepucio para limpiar el área, por lo que es riesgo es muy elevado cuando los padres tampoco tienden a hacerlo muy a menudo.

¿Cuáles son las causas de la balanitis en el bebé?

Las causas exactas no se conocen del todo, aunque sí se sabe que la mala higiene puede originar una acumulación de esmegma, que consiste en una combinación de células muertas y aceites corporales, el cual puede acabar afectando a la normal retracción del prepucio si se solidifica, aumentando el riesgo de reproducción de bacterias e irritación. Finalmente, termina cursando con hinchazón e inflamación.

En el caso de los niños, sin embargo, la más habitual es la balanitis química, que cursa con un enrojecimiento leve como consecuencia de la irritación causada por jabones o por cualquier otro irritante. No obstante, también es posible que ocurra por infecciones bacterianas o por hongos (levadura).

Síntomas de la balanitis en el bebé

Síntomas de la balanitis infantil - Foto: Istock

Es muy común que la balanitis origine molestias en el pene y una incómoda picazón. Además, los padres no solo notan que el bebé (o niño pequeño) se encuentra más molesto e irascible, sino que es normal que surja un enrojecimiento en el área del glande, con la evidente inflamación.

En ocasiones también es posible que el prepucio se sienta como apretado, lo que puede originar problemas a la hora de intentar retraerlo para limpiar y tratar la zona.

En lo que a los síntomas de la balanitis se refiere, además del enrojecimiento, la hinchazón, el picor y el dolor también es habitual que surjan otras señales como manchas blanquecinas, esmegma (acumulación de líquido espeso), mal olor, dolor al orinar y fiebre.

¿Cómo se trata?

En la mayoría de las ocasiones la balanitis tiende a resolverse a los pocos días, especialmente cuando el área es limpiada debidamente y tratada. Sin embargo, dependiendo de cuáles sean las causas es posible que el pediatra prescriba un tratamiento específico.

Por ejemplo, se recetan antibióticos y cremas antibióticas tópicas en caso de que la balanitis haya sido causada por una infección bacteriana. Mientras que las infecciones por hongos (levaduras) son tratadas con cremas antimicóticas tópicas.

En aquellos casos en los que la balanitis es recurrente (es decir, se repite con regularidad), es posible el tratamiento quirúrgico, en especial cuando la afección no responde bien al resto de los tratamientos, como podría ser el caso de los medicamentos.

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