Preparado para vivir desde el vientre materno

El recién nacido parece un ser delicado y frágil, pero las apariencias engañan. El bebé llega a este mundo plenamente capacitado para adaptarse a las nuevas condiciones de vida en el exterior.
bebé recién nacido

¿Cómo vive el bebé sus primeras horas de vida en este mundo? Solo nos lo podemos imaginar. Las comadronas han observado que cada bebé reacciona al parto de una manera bastante diferente:

Independientemente de cómo sienten su propio nacimiento, están bien preparados para iniciar la vida en el exterior, pues en el vientre de su madre ya han practicado las funciones básicas para la supervivencia: succionar, tragar y las primeras respiraciones. Ahí estaba tan feliz y tenía todo lo que necesitaba. 

Bebé en el vientre materno

Así es como al nacer el pequeño cuerpo se adapta en cuestión de segundos a las nuevas circunstancias fuera de la bolsa amniótica, donde se lo daban todo hecho y se encontraba bien protegido. Era el mejor sitio para crecer. 

La respiración

A veces transcurren solo unos segundos hasta que el bebé respira de forma regular y su sangre queda saturada de oxígeno. Durante este proceso su piel tiene un ligero tono azulado, pero por regla general cambia a rosado en cuestión de pocos minutos.

El riego sanguíneo

En el vientre materno. Mientras el feto estaba en el útero, ambos ventrículos bombeaban la sangre a la vez.

Fuera. Una vez ha nacido, la circulación se establece de la siguiente manera: la sangre rica en oxígeno fluye del pulmón al ventrículo izquierdo y de allí al resto del cuerpo, y la sangre usada vuelve al pulmón por el ventrículo derecho. Esto en el caso de que todo vaya correctamente. 

El calor corporal

En el vientre materno. Algún tiempo antes de nacer, alrededor del cuello del bebé, de sus hombros y en la zona de los riñones se forma la llamada grasa parda. Esta grasa la quema el organismo durante los primeros días para proteger al pequeñín del frío. Después, una especie de termostato en el cerebro (el hipotálamo) se encarga de regular la temperatura corporal del bebé.

Fuera. Al venir al mundo el bebé experimenta un brusco cambio de temperatura, al pasar de los 37 grados que suele haber en el útero materno a alrededor de los 25 grados que suele tener el paritorio. Por eso se envuelve a los bebés enseguida en toallas calientes para que en la medida de lo posible sienta menos ese cambio tan brusco de temperatura. También el hacer el piel con piel con su madre o su padre le servirá en este sentido para reconfortarse en ese momento y sentir ese calor que tenía antes en el vientre materno. 

La piel

En el útero materno. Cuando nacen, la mayoría de los niños están cubiertos por una peliculilla grasa, entre blanquecina y amarillenta, llamada vérnix caseoso. Su función es evitar que el líquido amniótico ablande la piel del feto en el vientre materno.

Fuera. No conviene eliminarla, ya que es la mejor crema corporal que uno podría desear aunque no lo parezca por el aspecto que tiene. También las manchas rojas en la piel de algunos recién nacidos sirven de protección. Son la señal de una reacción defensiva ante los estímulos del entorno y demuestran que el sistema inmunológico funciona bien. Estas manchas suelen desaparecer por sí solas al cabo de unos días.

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