El primer examen médico del bebé es nada más nacer: se llama test de Apgar. En apenas un minuto se valora:
Estas variables nos dan una puntuación de 0 a 10 y su resultado nos informa de cómo ha llevado el bebé el trabajo de parto, de si respira correctamente o si necesita una ayudita. Una puntuación de 7 o más indica buenas condiciones; entre 4 y 6, probablemente necesita algunas maniobras para ayudarle a respirar; y por debajo de 3 requiere reanimación.
Tras el test se le pesa, se mide su altura y el perímetro de la cabeza. Lo normal en un niño nacido a término es pesar entre 2,500 y 4,500 kg, medir entre 48 y 52 cm y tener un perímetro craneal de unos 35 cm.
Para terminar, se le echan unas gotitas en los ojos para prevenir la conjuntivitis. Ahora sí, su primer reconocimiento ha concluido y puede, por fin, descansar con mamá.
En el hospital, horas después
La segunda revisión de su vida consistirá en un examen físico exhaustivo. El pediatra del hospital se encarga de realizarlo durante las 24 primeras horas de vida. De arriba abajo, revisa:
Esta revisión se repite en todas las visitas que hagamos a nuestro pediatra durante el primer año. Pero además, por primera vez se pincha su talón y se le saca una gotita de sangre que se manda a analizar para descartar ciertas enfermedades como el hipotiroidismo. También nos recordarán que a los cinco días hemos de acudir al centro de salud para hacer otra prueba del talón.
En muchas autonomías se suministra a los recién nacidos la primera dosis de la vacuna de la hepatitis B en el propio hospital.
A partir del cuarto día: en el centro de salud
La primera visita al centro de salud después de nacer el bebé es muy prontito: a partir del cuarto día del nacimiento hemos de acudir para hacer al niño la segunda prueba del talón.
Los resultados llegarán al casa en el siguiente mes y nos indicarán si el niño tiene fenilcetonuria, una enfermedad metabólica que tratada a tiempo tiene muy buena evolución y no deja ninguna secuela. Su incidencia, además, es muy baja.
A los quince días: cuarto reconocimiento médico
Dentro de las dos primeras semanas de vida, el bebé tendrá su cuarto reconocimiento. Según la comunidad autónoma, la matrona nos visita en casa o somos nosotros los que nos acercamos al centro de salud. Aunque su objetivo es comprobar cómo está la madre, también se interesará por el pequeño. Ella revisará:
Al mes, primer contacto con el pediatra
Es la primera toma de contacto con el pediatra. Se trata del inicio de una larga relación en la que la confianza y la comunicación son muy importantes. Además de las exploraciones físicas, nos dará consejos para crear unos hábitos saludables de vida y un ambiente positivo y alegre tanto para el bebé como para nosotros. Empieza realizándole algunas exploraciones comunes a todas las visitas y otras particulares:
A los dos meses: las vacunas
Y confirma que el niño se desarrolla dentro de los parámetros normales de su edad:
Además de los aspectos físicos, examina si responde a los estímulos. ¿Sonríe? A esta edad, el bebé ya lo hace. Se trata de la sonrisa social que nos informa, entre otras cosas, de su interés por relacionarse con los demás. El pediatra nos da algunas pautas para estimularle sensorialmente: jugar con él, hablarle, acariciarle...
Parte de la visita se centrará en analizar la información que le damos nosotros, que estamos todo el día observando al niño. Lo normal es que esta información vaya saliendo a lo largo de la conversación; y si no, nuestro pediatra puede preguntarnos directamente: ¿duerme bien, muchas o pocas horas? ¿Llora a menudo, a última hora de la tarde, todo el día, nunca...?
A los dos meses se administran las vacunas según el calendario de cada comunidad autónoma:
Asesor: Dr. Manuel Paz, pediatra de Atención Primaria del Centro de Salud de Portada Alta, Málaga.