La mejor protección para el bebé es no exponerle al sol, pero si no queda más remedio, las barreras físicas son imprescindibles: hay que cubrir su cuerpo con ropas frescas y holgadas, y ponerle un gorrito con visera, sin olvidarnos de la sombrilla cuando le llevamos en la silla de paseo.
Dr. Ernesto Sáez Pérez es pediatra y neonatología. Autor de “Tu primer hijo” y “¿Qué le pasa a mi hijo?”
La voz de los expertos
"Siempre recomendamos no exponer al sol directo a un bebé menor de 6 meses, en el caso de que se vaya a realizar, hacerlo siempre protegido con gorrito, gafas, camiseta y protección solar. Es importante que la protección solar esté formulada sin parabenos, perfumes, emulsionantes, PEG o conservantes, para reducir cualquier tipo de reacción alérgica", nos cuenta los expertos de Ladival, quienes cuentan con una serie de productos para proteger la piel de los niños. "En cualquier caso, como siempre, cuando probamos un producto dermatológico en la delicada piel de nuestro bebé por primera vez, siempre recomendamos que primero se aplique una pequeña cantidad en una zona como el muslo o el brazo, y así podamos ver si el producto le hace algún tipo de reacción. Los niños, debido a su delicada piel, son uno de los grupos más sensibles a la sobreexposición solar, así como, a sus efectos nocivos".

Ropa, gorrito y hasta gafitas de sol
Agustín Buendía Eisman, profesor dermatólogo de la Universidad de Granada perteneciente al departamento de Medicina, ha advertido la necesidad de emplear medidas de foto protección alternativas al uso de cremas solares, como la ropa, el sombrero o las gafas de sol y evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (entre las 12 y las 16 horas).
El profesor Buendía, que además es coordinador nacional de la campaña Euromelanoma y responsable de campañas de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), señala que “es necesario acabar con los falsos mitos relacionados con la foto protección para minimizar los riesgos al exponernos al sol este verano. El bronceado no se debe buscar, como un sinónimo de salud y belleza, porque es un mecanismo de defensa de nuestra piel ante la radiación solar”.
El doctor Buendía advierte que la crema solar “no debe emplearse para permanecer más tiempo al sol, sino para que estemos más seguros y protegidos durante el tiempo que estemos expuestos por la práctica de deporte, baños o estancias en playa y campo, por ejemplo. La crema debe ser una medida de foto protección complementaria, pero no la única que empleemos este verano al exponernos al sol”.
Así, el investigador de la UGR señala que la ropa “es una fantástica medida de fotoprotección, y cuanto mayor sea el entramado de los hilos en las prendas y más oscura sean estas, mucho mejor, porque más nos protegen”. Las gafas de sol deben estar homologadas, y tener los cristales oscuros.

Buendía también recomienda emplear sombreros con alas de más de 7 centímetros, “porque nos protegen las orejas, el cuello y la nariz, evitando los rayos solares incidan sobre estas partes del cuerpo”, y evitar la exposición al sol entre las 12 y las 16 horas, lo que reduce hasta un 65 por ciento los daños provocados por la radiación ultravioleta B, que es muy energética y perjudicial para la salud, por ser causante de quemaduras y daños en el ADN.