Ser Padres

La etapa de la exploración en el bebé, ¿qué es?

A partir de los seis meses de vida tu bebé empezará a explorar con la mirada, con las manos, y hacia el final de esta etapa empezará a hacerlo también con la boca. Muchos de sus juegos irán en esta línea. Te invitamos a descubrir en qué consisten.

El peque no suelta el palito del xilófono: lo coge, lo mira y luego se lo mete en la boca y lo paladea como si se tratara de un chupa chups. Tiene siete meses y está en plena etapa exploratoria de los objetos.
Los bebés empiezan a explorar con la mirada, con las manos, y hacia el final de esta etapa empiezan a hacerlo también con la boca. Muchos de sus juegos irán en esta línea.
Igual que explora los objetos, lo hace con su propio cuerpo: si pudiera, saltaría de alegría el día que se mete los pies en la boca por primera vez. Precisamente en uno de sus intentos de volver a meterse los pies en la boca, si está tumbado, se “caerá” hacia un lado y empezará a darse cuenta de que… ¡se puede mover! Un mundo de posibilidades se abre ante él.
“Lo ideal es preparar un espacio en el suelo, duro pero cómodo, por ejemplo con una colchoneta fina o una alfombra pesada”, afirma Susanna Fusté, educadora en el Espai Familiar Casa dels Colors, de Barcelona. Para Fusté es importante que nos acostumbremos a estar con el bebé en ese espacio, “bajar a su altura”, un lugar que por un lado nos permitirá colocarle materiales diferentes para explorar y le dará la oportunidad de aprender a voltearse, arrastrarse y después gatear.
“Podemos hacer ese espacio nuestro –recomienda Fusté–: para leer, coser, hacer un trabajo…”. Y es que a la mamá le sorprenderá comprobar que, con ese espacio y libertad de movimiento, y comprobando que la tiene cerca, el bebé se calma con facilidad y pasa mucho tiempo inmerso en sus investigaciones.
Es el momento de ofrecerle “la cesta de los tesoros”, con múltiples materiales que se irán variando para que el bebé explore: “Piedras de río grandes redondeadas, botecitos de cristal muy gruesos, ceniceros de metal, manoplas de esparto, un pañuelo suave y fino, una bolsita de olor…”. Estos elementos, que iremos cambiando, le ofrecen la oportunidad de experimentar tacto, temperaturas, materiales… “Si sólo le ofrecemos objetos de plástico, la oferta es muy simple, siempre lo mismo”, apunta Fusté.
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