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Kernícterus: la peligrosa afección si la bilirrubina en recién nacidos es muy elevada

La ictericia del recién nacido no suele causar mayores problemas, especialmente cuando se controlan los niveles elevados de bilirrubina y se trata. No obstante, cuando sus valores son muy altos sí puede convertirse en un riesgo para la salud del pequeño.

Aunque la ictericia es una afección muy común en el recién nacido, especialmente si ha sufrido algún tipo de magulladura durante el parto o si es un bebé prematuro, cuando los niveles de bilirrubina en sangre alcanzan valores muy altos puede convertirse en un trastorno peligroso, al poder causar un trastorno conocido médicamente con el nombre de kernícterus (encefalopatía ictérica o encefalopatía bilirrubínica).

La ictericia consiste en una coloración amarillenta de la piel y otros tejidos (en especial la zona blanca de los ojos), muy común en los bebés, como consecuencia de la acumulación de bilirrubina. De hecho, se estima que afecta a un 50 por ciento de los bebés, aunque en algunos países estas cifras pueden alcanzar el 60-80%.

La bilirrubina es una sustancia química de desecho natural de la sangre. Lo encontramos en la bilis y se forma a partir de la degradación de la hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos que lleva oxígeno de los pulmones al resto de nuestro cuerpo. Esta sustancia es procesada por el hígado, pero el hígado del bebé no es capaz de procesarla con la suficiente rapidez, por lo que termina acumulándose.

Por este motivo, la ictericia del recién nacido suele ser más habitual en bebés prematuros e incluso en bebés que se han magullado durante el parto, puesto que se descompone una mayor cantidad de sangre en la magulladora, formándose más bilirrubina.

¿Qué es kernícterus? ¿En qué consiste?

Se trata de una afección neurológica que ocurre en algunos recién nacidos que presentan una ictericia grave. Es, eso sí, un tipo de daño cerebral más bien raro, al ser poco común, conocida también médicamente bajo el nombre de encefalopatía bilirrubínica (EB) o ictérica.

Un nivel elevado de bilirrubina en sangre hace que la piel luzca de color amarillento, apareciendo por tanto la ictericia. Sin embargo, cuando el bebé está muy enfermo o el nivel de bilirrubina se encuentra muy alto, esta sustancia tiende a movilizarse por fuera de la sangre, terminando por acumularse en el tejido cerebral si no está ligada a la albúmina en la sangre.

Es decir, la bilirrubina puede llegar a atravesar la barrera hematoencefálica. Cuando esto ocurre, por tanto, aumenta el riesgo de daño cerebral e hipoacusia (disminución de la capacidad auditiva).

Síntomas del kernícterus

Los síntomas que surgen cuando el bebé sufre kernícterus dependen directamente de la fase en la que la encefalopatía bilirrubínica se encuentre. No obstante, en los bebés prematuros, lo más común es que pueda no causar síntomas o signos clínicos evidentes. Sin embargo, en los recién nacidos a término sí pueden aparecer algunos síntomas como: letargo, alimentación escasa (y pérdida de peso excesiva) y vómitos.

Por ejemplo, en una fase temprana la ictericia suele ser extrema, la succión o la alimentación es deficiente, el recién nacido se muestra aletargado y presenta un bajo tono muscular; además, no existe reflejo de sobresalto.

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Causas del kernícterus

En la conocida como fase media, el recién nacido se muestra irritable, el llanto suele ser chillón, puede tener un tono muscular elevado, la alimentación continúa siendo mala y la espalda puede presentarse arqueada (con el cuello hiperextendido hacia atrás).

Finalmente, en la fase tardía el llanto se torna agudo, existe rigidez muscular, pueden aparecer convulsiones, no come, y al final surge estupor y/o coma.

¿Cómo se trata?

Mientras que la hiperbilirrubina en el recién nacido se trata mediante fototerapia (que consiste en un tratamiento -seguro- en el que el bebé es expuesto a una cantidad controlada de luz ultravioleta, la cual es capaz de descomponer el exceso de bilirrubina para que finalmente pueda ser excretada a través del hígado), no existe tratamiento médico una vez se desarrolla kernícterus (o, en definitiva, la encefalopatía ictérica).

Por tanto, ésta debe prevenirse tratando el nivel elevado de bilirrubina en sangre, para evitar llegar a la encefalopatía.

Así, el tratamiento de la ictericia del recién nacido depende de la edad del bebé y si presenta o no cualquier factor de riesgo, como por ejemplo podría ser el caso de la prematuridad. Y es que además de la terapia con luz (fototerapia), también puede ser posible la extracción de sangre del niño y su reemplazo por sangre o por plasma fresco obtenida a partir de un donante.

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