Pregunta
Mi hija (que ahora tinen casi siete meses) bizquea desde que nació. Se lo hemos estado comentando al pediatra cada vez que acudimos a revisión pero su respuesta siempre es la misma: "es normal hasta los 9 meses". Lo cierto es que estamos perocupados, pues no solo no ha dejado de hacerlo sino que parece que su estrabismo es cada vez más acentuado y, desde hace dos meses sus ojos han empezado también a lagrimear de manera regular. Y, por si fuera poco, sus párpados se le ponen muy enrojecidas con cualquier cambio de temperatura.
También se lo hemos comentado al médico y nos ha respondido que los conductos del lagrimal a veces no se desarrollan bien y que tenemos que esperar hasta que tenga 9 meses. Si entonces no se ha pasado, remitiría a mi bebé a un especialista. ¿De verdad no podemos hacer nada más que esperar?
Bárbara González
Respuesta
La actitud de su pediatra es lógica. Muchos bebés pueden desviar uno o los dos ojos, hacia dentro o hacia fuera, con relativa frecuencia.
Se trata de una situación normal en el desarrollo de la visión, sobre todo en los primeros 6 meses e incluso en los 12 primeros meses. Su pediatra dice que a los 9 meses, por lo que entra en los límites indicados.
En cuanto al lagrimeo, también es razonable su respuesta: el conducto lagrimal puede estar indebidamente desarrollado lo que puede producir una obstrucción incompleta que impide que las lágrimas drenen adecuadamente hacia la nariz y por eso el bebé lagrimea. Esto tiene el inconveniente de que se puede frotar los ojos e irritarlos e incluso, algunas veces, producirse una infección.
El oftalmólogo, con una técnica muy sencilla, puede comprobar si existe esta obstrucción y, de ser así, puede dilatar el lagrimal con un simple drenaje. Se suele hacer también hacia los 9-10 meses de edad, según las circunstancias. Dado que tu hija presenta estas dos posibles alteraciones y estás preocupada, puedes pedirle al pediatra que le envíe al oftalmólogo.