“Como te portes mal, los Reyes Magos te van a traer carbón”; “Ten cuidado con el comportamiento que tengas estos días porque los Reyes Magos están vigilando cada cosa que haces”; “¿Te has portado mal? Pues se acabó, ahora mismo digo a los Reyes Magos que devuelvan todos los regalos y no te dejen nada debajo del árbol”. ¿Os suenan estas frases? Son expresiones muy comunes entre los padres y las familias los días previos a la noche de Reyes, una de las noches más esperadas por todos los niños. Y, sin embargo, son tan comunes como peligrosas para la autoestima y para el desarrollo de los pequeños. Así que, es mejor que te olvides de ellas por completo.

Veamos de forma sencilla la razón: los niños desean que los Reyes Magos dejen sus deseos debajo del árbol de Navidad. Si espetamos esa frase, los días previos tendrán un comportamiento ejemplar (tal y como nosotros, desde nuestra visión adulta, entendemos lo que es ‘ejemplar’) a fin de que esos deseos se hagan realidad. ¿Están aprendiendo por qué deben respetar los límites de sus padres? No. Están siendo víctimas de un chantaje o amenaza: me porto bien con un fin determinado no porque entienda que me tengo que portar bien.
Los niños se imaginan lo que no ven
Recordemos que los niños rellenan con imaginación todas esas cosas que les contamos y que no alcanzan a entender o a ver en realidad. Por ejemplo, los Reyes Magos o todo lo que está relacionado con ellos. Así que, con alguna de estas frases, que no son más que amenazas y chantajes y, por ende, una forma de abuso de poder, los niños se imaginarán que, verdaderamente, los seres mágicos que traen regalos vigilan al dedillo todo lo que están haciendo y que, además, se están jugando quedarse sin todo con lo que llevan soñando algunos días o semanas.
Estas frases nos restan credibilidad
Además de ser dañinas para ellos, a nosotros como padres (o como adultos) nos restan credibilidad. Así nos lo contaba la psicóloga Mercedes Bermejo hace tan solo unos años: “Estas frases suelen ser amenazas que los adultos luego no suelen cumplir, lo que conlleva una pérdida de credibilidad y, por tanto, de la autoridad, de la figura de lo adulto que lo verbaliza”. Algo con lo que también estaba de acuerdo el psicólogo Alberto Soler: “Utilizar estas frases con frecuencia hace que en el futuro las amenazas tengan menos efecto sobre los niños”. Bajo el criterio de ambos profesionales, no deberíamos utilizarlas nunca.
No chantajees a tus hijos con los regalos
Como adultos no necesitamos este tipo de frases o chantajes para que nuestros hijos disfruten de la Navidad. Todos los niños tienen derecho a vivir la ilusión y la magia que rodea a estas fiestas, sin mezclarlas con ninguna amenaza o chantaje por su comportamiento. “Estas fiestas tan señaladas contribuyen a fomentar su imaginación, la ilusión y el entusiasmo, promoviendo actitudes positivas necesarias para un desarrollo emocional satisfactorio”, explicaba Bermejo. Y, para ayudar a ello, es necesario que el ambiente familiar sea agradable y tranquilizador para el pequeño.
Aunque la amenaza normalmente no se cumple, si llega a hacerlo, el peligro es doble: por un lado, estaremos chantajeando y amenazando al niño y, por otro, castigándolo por haberse portado de una manera que no consideramos correcta (y no nos cansamos de repetir que no hay niños buenos y malos). “Dejar a un niño sin regalos es un castigo tan intenso que no permito que el niño procese lo que ha hecho mal y, por tanto, no logra el objetivo que perseguimos con ello”, explicaba la experta.