La adolescencia, esa etapa de descubrimiento y crecimiento, enfrenta hoy desafíos sin precedentes. Así lo advierten expertos a nivel mundial. Los últimos en hacerlo han sido los miembros de la prestigiosa Comisión The Lancet, que señalan en un informe reciente que, si no se toman medidas urgentes, para 2030 más de mil millones de jóvenes entre 10 y 24 años vivirán en países donde enfrentarán problemas de salud prevenibles como obesidad, trastornos mentales y exposición a desinformación digital.
La comisión, compuesta por 44 expertos internacionales, hace un llamado a gobiernos, familias, instituciones educativas y sanitarias a invertir decididamente en el bienestar adolescente porque los indicadores son alarmantes. Sin ir más lejos, el año pasado, el 41% de los adolescentes de 13 a 18 años creía haber tenido un problema de salud mental en el último año, según el Barómetro de Opinión de la Infancia y la Adolescencia 2024
A nivel mundial, según el informe The Lancet recién publicado, en línea con datos distribuidos anteriormente por entidades de referencia como la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que habrá 464 millones de adolescentes con sobrepeso u obesidad en 2030 (143 millones más que en 2015), y 42 millones de años de vida saludable se perderán por trastornos mentales o suicidio.
Este grupo poblacional—casi 2.000 millones de personas—constituye el 25% de la humanidad y será quien guíe el destino económico, social y ecológico del planeta en los próximos 50 años. Sin embargo, como advierte el informe, sus necesidades han sido sistemáticamente ignoradas.

Conclusiones alarmantes del informe de la Comisión The Lancet
El informe “A call to action: the second Lancet Commission on adolescent health and wellbeing” publicado este 20 de mayo de 2025 por The Lancet es una actualización crítica de la primera comisión de 2016 que recoge análisis globales, estudios longitudinales y consultas con 122 jóvenes de todo el mundo.
Entre sus aportes, destaca el uso de datos del estudio Global Burden of Disease (GBD), estimaciones de UNICEF y la OMS, y nuevas herramientas conceptuales que miden el impacto de factores como el cambio climático, la desigualdad digital o la presión de las industrias alimentarias.
Uno de sus focos clave ha sido proyectar los escenarios para 2030, dentro del marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y el diagnóstico es contundente: si no se toman acciones estructurales, al menos la mitad de los adolescentes del mundo vivirán en países donde se acumula una carga múltiple de enfermedades físicas y mentales.

De forma más concreta, enumeramos y profundizamos en las conclusiones del informe publicado por la comisión, que está dando la vuelta al mundo a través de los medios de comunicación. Aportamos, además, una reflexión subjetiva acerca de cada una de estas conclusiones:
1. Obesidad creciente en todas las regiones
El informe estima que para 2030, el 30% de los adolescentes en América Latina, Oriente Medio y países considerados “ricos” serán obesos. Esta tendencia está directamente vinculada a un entorno que promueve el consumo de bebidas azucaradas, comida ultraprocesada y sedentarismo digital.
Esto nos obliga como padres y madres a revisar con urgencia los hábitos familiares de alimentación y actividad física, más allá del colegio.
2. Salud mental en retroceso
Tres de cada cuatro trastornos mentales comienzan antes de los 24 años. Solo en la próxima década se perderán 42 millones de años de vida saludable por problemas como depresión, ansiedad o autolesiones, especialmente en niñas y adolescentes mujeres.
El informe pide que las escuelas y comunidades cuenten con herramientas para apoyar la salud emocional de los jóvenes, sin medicalizar excesivamente ni estigmatizar.
3. Uso nocivo y desregulado de internet
La primera generación completamente digitalizada vive sin protección legal suficiente. La exposición constante a redes sociales y contenidos tóxicos (proanorexia, bulimia, autolesiones, violencia) impacta en el sueño, la autoestima y el comportamiento social.
Como familias, necesitamos pasar de la “prohibición” a una alfabetización digital acompañada.

Propuesta de acciones a corto plazo
El informe no solo lanza alertas: también propone acciones a corto plazo. Entre ellas, invertir en políticas multisectoriales que unan salud y educación, garantizar acceso universal a servicios para adolescentes, y generar entornos escolares y digitales seguros.
Para las familias, el mensaje es claro: la salud de nuestros hijos e hijas depende también de cómo acompañamos sus emociones, qué hábitos fomentamos desde la infancia, qué espacios digitales les permitimos habitar y qué discursos consumen sobre el cuerpo, el éxito o la amistad.
Y, sobre todo, depende de si somos capaces de ver esta etapa de la infancia primero y la adolescencia después no como una transición complicada, sino como una oportunidad. Porque como dice el informe: la adolescencia es el segundo momento más importante para invertir en salud en toda la vida después, precisamente, de la primera infancia.
Referencias
- Sarah Baird, Shakira Choonara, Peter S Azzopardi et al. A call to action: the second Lancet Commission on adolescent health and wellbeing. The Lancet Commissions. May 20, 2025. DOI: 10.1016/S0140-6736(25)00503-3