Cinco señales de que estás sobreprotegiendo demasiado a tu hijo
Hay una fina línea que separa los límites sanos de la sobreprotección en la crianza de un niño y que pueden determinar su bienestar futuro.
En la actualidad sabemos que poner límites a los niños es mucho más efectivo que castigar. Y que, de hecho, los castigos no sirven para educar, sino para todo lo contrario.
Además, también sabemos que sobreproteger a los niños tiene efectos negativos en su cerebro. Así lo demostró la neurocientífica Kosuke Narita hace algunos años: gracias a los resultados de una encuesta que hizo a 50 chicos de entre 20 y 25 años y una resonancia magnética posterior descubrió que los que habían recibido una sobreprotección en la infancia tenían menos materia gris en la región prefrontal de su cerebro.

sobreprotección
Una región que, tal y como afirma el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, se encarga, entre otras, “de tomar buenas decisiones, solucionar problemas y afrontar retos o situaciones difíciles”.
En otras palabras, la sobreprotección en la infancia es la responsable de que esos niños tengan dificultades para tomar decisiones en su etapa adulta, así como para solucionar problemas o enfrentarse a retos sin miedo.
Sobreproteger: una manera instintiva de querer
“Una madre o padre que tiende a sobreproteger siempre tiene la intención de proteger, pero lo que le mueve no siempre es el amor, sino el miedo a que a su hijo le pase algo malo”, contaba en Ser Padres la psicóloga Leticia Garcés.
Para evitar la sobreprotección, sobre todo, tenemos que ser conscientes de que no vamos a poder evitar todos los peligros a los que nuestros hijos se van a enfrentar en su infancia, pero sí podemos limitar el espacio de juego (por ejemplo) para que se encuentre los menos posibles. ¿Cómo? Poniendo límites sanos: sobreproteger es no dejarle correr por miedo a que se haga daño; poner límites es decirle ‘puedes correr, pero hasta donde yo pueda verte’.
“Nuestras advertencias son para cuidarlos, no para evitar que se hagan daño siempre, por eso aunque le hayas querido hacer consciente de que se puede hacer daño, seguramente se caerá y llorará”, contaba la misma profesional.
Señales de sobreprotección en la infancia
Sabiendo la diferencia entre límites y sobreprotección, veamos algunas señales de esta última que pueden representarse en niños pequeños:
- Decides por él cosas como el color de su camiseta: Muchos niños no son conscientes de que hay muchas cosas sobre las que pueden elegir, sencillamente porque nunca se les ha dado la oportunidad para ello: el color de la bufanda, pasta o arroz, mandarinas o fresas, paraguas o chubasquero… Estas pequeñas decisiones, además de contribuir a que se sientan ‘mayores’, minimizan el riesgo de rabietas
- Respondes tú cuando le preguntan a él: es muy común hablar por él, como cuando era un bebé y no decía más que ‘agua’, bien sea en tercera persona (‘tiene casi tres años’), en primera (sí, voy a empezar el cole dentro de poco, ¿verdad?) O en plural sociativo (‘nos gusta mucho la casa de los abuelitos, ¿a que sí?’). Eso sí, si ves que le da mucha vergüenza o que lo está pasando mal, entonces puedes ‘echarle un cable’
- Le ayudas sin que te lo pida: “Estás sobreprotegiendo a tus hijos si les ayudas sin que ellos te lo pidan”. Estas son las palabras exactas de Álvaro Bilbao. No se refiere, ni mucho menos, a que no les ayudemos, sino a que les ofrezcamos la ayuda antes de hacer cualquier tarea por ellos: ‘¿Te ayudo a hacer la cama?’ mejor que hacérsela directamente
- Impides que se enfrente a las consecuencias de sus actos: es necesario que los niños puedan desarrollar su propia autonomía dentro de unos límites sanos. No podemos evitar que se hagan daño, aunque sí advertirles del peligro que pueden correr si siguen por ese camino
- Le das todo lo que te pide: el 'No' es necesario para educar. Si das todo lo que pide a un niño, además de sobreprotegerlo, estás creando un ‘pequeño tirano’ que en el futuro no sabrá recibir un no por respuesta (y tendrá que recibirlo, como todo el mundo)