Diferencias entre los niños según sus características temperamentales: niños reflexivos vs. niños impulsivos

Aunque etiquetar no es el hábito favorito de los expertos en crianza y psicología infantil, se describen diferencias entre los tipos de niños por cuestiones como el temperamento: ¿es tu hijo reflexivo o impulsivo?
Niños corriendo
Niños corriendo - Rubén García

Ya sabemos que la mayoría de expertos en crianza y psicología infantil invita a huir de las etiquetas porque atienden a la diversidad: cada peque es único, pero la investigación de cuestiones como las habilidades sociales, el desarrollo cognitivo o las características temperamentales permitir establecer diferencias generales, más allá de la personalidad de cada uno, entre los tipos de niños. Es el caso de los niños reflexivos y los niños impulsivos. Por cierto, si tienes un hijo como estos últimos, impulsivo, puedes ayudarle así.

Profesionales de la facultad de psicología de la universidad de Cádiz explican en el estudio ‘Estilo cognitivo reflexividad-impulsividad en escolares con alto nivel intelectual’ que “las diferencias individuales de los modos en que una persona percibe, piensa, soluciona un determinado problema y se relaciona con otros, son conocidas como estilos cognitivos.

Estos estilos cognitivos, agregan los psicólogos Pedro Ramiro y José I. Navarro, autores de la citada investigación, “son definidos como estrategias habituales y estables que determinan los modos de percibir, recordar, pensar y solucionar problemas”. Y uno de ellos es el denominado estilo cognitivo reflexividad-impulsividad, que “hace referencia a la preferencia mostrada por las personas para responder rápidamente versus quien prefiere hacerlo de forma pausada para reducir el número de errores en tareas de resolución de problemas”, aseguran los expertos.

Una niña reflexiva, pensando - Rubén García

El psicólogo Cristian García señala en el artículo divulgativo 'Impulsividad VS Reflexividad' que este estilo cognitivo que define la impulsividad y reflexividad de una persona, ya sea niño o adulto, se concreta en “la capacidad de gestionar el tiempo que precede a la emisión de una respuesta, denominándose dicho espacio de tiempo latencia temporal o demora de la respuesta”

Dice el experto que esta característica se relaciona muy estrechamente con la adecuación o efectividad de la repuesta emitida, pues si el sujeto se toma un momento para reflexionar y analizar los datos de que dispone logrará reducir la incertidumbre al mínimo”, y afirma lo siguiente al respecto: “se entiende que es preferible una respuesta correcta rápida a una lenta, pero también debe tenerse en cuenta que según lo anterior para la mayoría de los sujetos lanzarse a responder sin tomarse ese momento de reflexión aumentará las probabilidades de emitir una respuesta fallida o incorrecta”. Esta teoría aplica a decisiones cotidianas y también, por ejemplo, a la respuesta académica.

En segundo lugar, Cristian García destaca un segundo aspecto del estilo cognitivo que define la impulsividad y la reflexividad: la precisión de la respuesta. “Podemos detectar diversos niveles de efectividad al responder, siendo el acierto lo ideal, encontrando en segundo lugar la respuesta adecuada pero incompleta, la adecuada no correcta, y por último la respuesta no adecuada y por tanto incorrecta”, desarrolla el psicólogo. “El tipo de respuesta emitida según la clasificación de calidad anterior dependerá, lógicamente, de la profundidad de nuestro análisis de los datos que se nos ofrecen para el ejercicio. Además hay que tener en cuenta que para realizar un buen análisis la mayor parte de los sujetos requieren dedicarle a este un tiempo significativo”, añade.

Esta argumentación explica por qué la investigación ha mostrado interés por la relación entre este estilo cognitivo y la inteligencia. Sin ir más lejos, los autores de la universidad de Cádiz concluyen que la relación entre reflexividad-impulsividad y alto nivel de coeficiente intelectual no está “completamente aclarada”, sí hay evidencias científicas, por ejemplo, de la relación entre la reflexividad y las altas capacidades intelectuales.

En este sentido, los propios Ramiro y Navarro señalan que la mayoría de menores con coeficiente intelectual por encima de 130 se corresponden con un estilo cognitivo reflexivo, y en una conferencia dentro del Programa de Enriquecimiento para el Alumnado de Altas Capacidades de la Comunidad de Madrid (PEAC) organizada dentro del pasado curso, el orientador y especialista en altas capacidades Javier Bornez Plana explicó que los niños y niñas con altas capacidades manejan, de media, un número mucho más alto de hipótesis que alguien que no tiene altas capacidades. Este es el motivo por el que algunos niños con altas capacidades tardan tanto en dar una respuesta.

Niños saltando charcos - Rubén García

Diferencias entre niños impulsivos y reflexivos

Las diferencias entre los niños impulsivos y reflexivos son muchas y abarcan distintas áreas. 

Así lo aseguran los investigadores de la universidad de Cádiz en el estudio referido al comienzo de la pieza. Estos apuntan , citando a diversos autores, que “hay evidencia de que los estilos reflexivos e impulsivos reaccionan diferencialmente en tareas de procesamiento como clasificación de imágenes (Beteleva & Petrenko, 2005), resolución de tareas curriculares de ciencias (Olson, 1985), rendimiento académico general (Grigorenko & Sternberg, 1997), tareas motoras gruesas (Keller & Ripull, 2001), atención (Pascual-Leone & Shafrir, 1990) y memoria (Grimley & Banner, 2008; Matute, Sanz, Gumá, Rosselli, & Ardila, 2009)”.

Cristian García Castells, por su parte, afirma que “los sujetos más reflexivos tenderán habitualmente a realizar un mejor análisis de la información, permaneciendo atentos a los enunciados y a los datos que estos ofrecen, meditando acerca de qué estrategia será la mejor a seguir en base a ellos”

Para el psicólogo, aunque la inteligencia tenga que ver, también apunta otros factores que influyen en si un niño es más reflexivo o impulsivo: la educación que reciba en casa y su capacidad atencional, su capacidad para el autocontrol incluso para controlar sus propios movimientos. “Tendiendo los reflexivos a poseer mejor capacidad de atención selectiva y sostenida, es decir que discriminan mejor qué estímulos son importantes pudiendo centrar sus esfuerzos en ellos y no en las distracciones, pudiendo además prolongar esta atención durante más tiempo si es necesario, por ejemplo ante un ejercicio extenso”, asegura el psicólogo.

Niño reflexivo pide turno de palabra - Rubén García

En definitiva, hay al menos dos circunstancias demostradas por la investigación en el ámbito de la psicología en lo que se refiere a las diferencias entre los niños reflexivos e impulsivos: reaccionan de forma muy distinta a prácticamente cualquier estímulo o tarea y la reflexividad está vinculada a una mayor inteligencia.

Eso sí, como explica el también psicólogo Cristian García Castells, “no se trata de de un fenómeno binario donde todo es o blanco o negro ya que en realidad cada persona poseerá un grado distinto de este atributo, más tendente hacia un polo u otro según el caso”.

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar