Durante la etapa de mayor interés en el juego simbólico en la infancia, en torno a los 3, 4, 5 años, durante el segundo ciclo de Educación Infantil, los niños y niñas disfrutan mucho jugando con muñecos tipo bebés. Imitar eso que tanto ven y han visto en casa, el porteo del hermano pequeño, el carrito del bebé para pasear por el barrio o bañarle cuando llega la hora de la rutina del sueño les parece un planazo. Pues bien, algo tan sencillo como es bañar a un muñeco se puede convertir en una actividad Montessori con múltiples beneficios para los peques.
Claudia Aller, guía Montessori 0-3 años, asistente Montessori 3-6 años y especialista en disciplina positiva, ha dedicado un post divulgativo muy interesante para enseñar a convertir en una actividad Montessori el simple hecho de bañar a un muñeco tipo newborn. Esta actividad práctica y lúdica, dice Aller, es muy simple, pero “puede traer grandes beneficios para el desarrollo de tu peque”.
Según la experta Montessori, tu hijo o hija pequeño se lo pasará en grande mientras “aprende habilidades prácticas y desarrolla la coordinación motora”. También, añade, “aprenderá sobre higiene personal y cuidados”. Además, como ocurre con estas actividades al aire libre con niños para el verano recomendadas por un colegio Montessori, con esta actividad de bañar a un bebé también se fomenta “el orden y el cuidado de los materiales, desarrollando así el sentido de la responsabilidad”.

Lo único que necesitáis para poner en práctica la actividad Montessori es generar un entorno controlado y organizar los materiales necesarios. Con un barreño con un poco de agua, una esponja y un trapo que haga las veces de zona de cambiador, vuestro peque podrá desenvolverse solo. Lo hará jugando, pero al mismo tiempo estará aprendiendo y desarrollando todas las habilidades mencionadas.
Lógicamente, no es una actividad Montessori si no cumple algunos requisitos y no fomenta la autonomía de los peques, de manera que podéis y debéis pedirles ayuda para organizar el material. Llenad la bañera o barreño con un poco de agua tibia, paso que si tiene una edad suficiente para manejarla, pueden hacer los niños y niñas ayudándose de una jarra, por ejemplo.
No dispongas los materiales directamente: deja que te ayude, que los toque e incluso los elija dentro de las opciones que pueda utilizar. Esta es la fase de exploración, “que permite que tu peque conozca y explore los materiales”, dice Claudia Aller. “Esto fomenta su curiosidad y autonomía”, añade.
A la hora de bañar al bebé, la primera vez puedes mostrarle cómo se hace de una forma realista: con cuidado, con movimientos suaves. Y muéstrale también cómo se aclara. “Tu peque aprenderá habilidades prácticas y desarrollará su coordinación motora”, dice la experta Montessori.
La actividad no acaba dentro del barreño. Hay que sacar al bebé, secarle y vestirle. Esto último será un reto grande si empezáis a hacer la actividad con peques de edades tempranos, pero les gustará tanto que querrán seguir intentándolo, lo cual es muy bueno para su desarrollo. “Muéstrale cómo aclarar y secar al muñeco, enseñándole sobre higiene personal y cuidado personal”, apunta al respecto Claudia Aller.
Como decíamos al comienzo de la pieza, algo tan sencillo y divertido como bañar a un muñeco se convierte así en una actividad Montessori con múltiples beneficios. Entre otros, Claudia Aller señala los siguientes: fomenta la independencia y la autonomía, desarrolla la coordinación motora fina, enseña sobre seguridad y responsabilidad, promueve la higiene personal y desarrolla el sentido de orden y cuidado.