Uno de los grandes retos en la crianza es conseguir que los niños duerman en su propia habitación. Este cambio puede generar ansiedad tanto en los pequeños como en los padres, por lo que es fundamental hacerlo de manera gradual y sin imposiciones. El pediatra Carlos González, especialista en crianza con apego, comparte consejos para facilitar esta transición de forma positiva.
Un proceso natural y sin presiones
Según explica en su canal de YouTube, la clave es convertir el cambio en una experiencia ilusionante, en lugar de presentarlo como una obligación. "Primero le vendes la moto", dice González en tono distendido, refiriéndose a la importancia de generar entusiasmo en el niño.
Para ayudar en esta transición, recomienda involucrar al pequeño en la creación de su propio espacio. Una buena estrategia es proponerle que elija sus sábanas favoritas: "Mira, cariño, ahora tendrás tu propia cama para ti solo, porque ya eres mayor. Vamos a comprar unas sábanas, escoge las que más te gusten".
Trucos para hacer el cambio más fácil
Utilizar elementos familiares y atractivos puede ser de gran ayuda. "¿Las sábanas pueden ser de Spider-Man? 'Sí, cariño, pueden ser de Spider-Man'. ¿Pueden ser de Frozen? 'Sí, cariño, pueden ser de Frozen'", ejemplifica el pediatra. Personalizar su espacio hará que se sienta más cómodo y entusiasmado con el cambio.
Otro consejo clave es ofrecerle seguridad y flexibilidad. Según González, permitir que el niño regrese a la habitación de los padres si lo necesita, puede hacer que el proceso sea menos traumático: "Si alguna noche quieres venir a dormir con papá y mamá, puedes venir, pero hazlo en silencio para que podamos descansar". También recomienda recordarle que pase por el baño antes de acostarse, para evitar interrupciones nocturnas innecesarias.
Lo que nunca se debe hacer
Forzar la separación o utilizar un lenguaje negativo puede provocar angustia en el niño y hacer que la transición se vuelva más complicada. Si en vez de darle opciones le dices: 'Nunca más dormirás con papá y mamá, porque eso es de bebés pequeñitos y tontos', probablemente le generarás tal ansiedad que se pondrá a llorar", advierte el especialista.
Es importante respetar el ritmo y las emociones del pequeño. No hay una edad exacta en la que un niño deba dormir solo y sin angustia; cada familia debe avanzar a su propio paso. Lo esencial es acompañarlo y brindarle seguridad para que el cambio se realice sin tensiones.

Criar desde la confianza y el apego
El doctor Carlos González es reconocido por su enfoque basado en la crianza con apego, que promueve la atención y comprensión de las necesidades emocionales de los niños. Según él, los padres no deberían ver el hecho de que sus hijos duerman con ellos como un problema, sino como una etapa natural que con el tiempo se supera sin imposiciones drásticas.