El test de embarazo es la mejor manera para confirmar un posible embarazo, especialmente tras la ausencia de la menstruación y ante la aparición de náuseas. Aunque también hay señales que nos pueden hacer sospechar que estamos embarazadas incluso antes del test.
El test de embarazo detecta la presencia de la hormona Gonadotropina Coriónica Humana (GCH), que se produce durante el embarazo, y que va aumentando según pasan los días. Por tanto, hay dos cosas que nos ayudan a obtener un resultado fiable al hacer esta prueba: el día que se hace y el momento del día en el que se hace. Cuanto más cerca a la fecha de menstruación esperada, mejor. Y utilizar la primera orina de la mañana es lo más adecuado. ¡Descubre por qué!
¿Qué es un test de embarazo y cómo funciona?
Un test de embarazo es un método diseñado para detectar la presencia de la hormona Gonadotropina Coriónica Humana (GCH) en el cuerpo. Esta hormona comienza a producirse poco después de la implantación del óvulo fecundado en el útero y aumenta progresivamente con el paso de los días.
La hormona Gonadotropina Coriónica Humana (GCH) y su papel
La Gonadotropina Coriónica Humana (GCH) es de las hormonas más importantes durante el embarazo. Su principal función es apoyar el cuerpo lúteo en el ovario, que a su vez produce la famosa progesterona para mantener el revestimiento del útero y asegurar un entorno adecuado para el desarrollo del embrión. La GCH también estimula la producción de otras hormonas necesarias para el embarazo.
La detección de la GCH es la base de los test de embarazo. Los niveles de esta hormona son muy bajos los primeros días, y se van incrementando exponencialmente con el paso de los días, llegando a duplicar sus valores cada 48-72 horas.
Por ese motivo, se recomienda retrasar unos días la prueba en orina para evitar falsos negativos. Es posible que, si la prueba se realiza muy pronto, los valores de hormona no sean suficientemente elevados para ser detectados.

Tipos de pruebas de embarazo: orina y sangre
Existen dos tipos de pruebas de embarazo: las de orina y las de sangre. Las pruebas de orina son las más utilizadas, porque se pueden comprar en cualquier farmacia, se hacen en casa y ofrecen resultados en pocos minutos. Se trata de pruebas cualitativas, es decir, indican si la GCH está presente o no, pero no miden la cantidad exacta de la hormona en el cuerpo.
Por su parte, las pruebas de sangre son cuantitativas y se realizan en el médico. Estas pruebas no solo detectan la presencia de GCH, sino que también miden su cantidad exacta en sangre. Por tanto, se utilizan para determinar la edad gestacional y para monitorear el progreso del embarazo a nivel clínico.
¿Cuándo realizar un test de embarazo para obtener resultados fiables?
Los test de orina pueden ser perfectamente fiables, pero sobre todo cuando se elige el momento adecuado para realizar la prueba. Por norma general, se recomienda esperar al menos 14-15 días después de haber mantenido relaciones sexuales sin protección, especialmente si estas ocurrieron durante el periodo de ovulación. Aunque normalmente lo fácil es esperar hasta que hayan transcurridos 3 o 4 días de la fecha en que debería haber aparecido la menstruación (en el caso de reglas que sean regulares).
Esto asegura que los niveles de GCH sean lo suficientemente altos como para ser detectados, minimizando el riesgo de un falso negativo.
También existen pruebas de detección ultratemprana. Estas se pueden utilizar hasta 6 días antes de la ausencia del periodo, es decir, 5 días antes de la fecha en la que debería iniciarse el periodo. Si el resultado es negativo, habría que esperar y repetir la prueba en la fecha correspondiente para confirmarlo. Hay test que indican una eficacia de la prueba cercana al 79% si se realiza 5 días antes de la fecha prevista de periodo y de hasta el 96% si se realiza 4 días antes.
En la práctica se recomienda esperar hasta un par de días después del retraso del periodo menstrual para asegurar que hay una cantidad de hormona suficientemente alta como para ser detectada.

Lo mejor: esperar 14-15 días tras las relaciones sin protección o 2-3 días tras la ausencia del periodo
El momento óptimo para realizar un test de embarazo es aproximadamente 14-15 días después de haber tenido relaciones sexuales sin protección. Es normal tener muchas ganas de hacer el test de embarazo y no ser capaz de esperar tanto tiempo, pero hay que tener en cuenta que el cuerpo necesita ese tiempo para producir suficiente GCH tras la implantación del embrión. Así que, ¡paciencia!
Esperar dos semanas también permite que la prueba se realice cerca de la fecha esperada de la menstruación (en caso de ciclos regulares), lo que proporciona más información para interpretar los resultados. Si la menstruación no aparece y el test es positivo, es muy probable que se esté embarazada. Sin embargo, si el test es negativo y la menstruación no llega, se recomienda repetir la prueba después de unos días.
¿Por qué es importante la primera orina de la mañana?
El mejor momento del día para hacer el test de embarazo es justo después de despertar. La primera orina de la mañana está más concentrada, lo que aumenta la probabilidad de detectar la hormona GCH. Esto es especialmente importante en las primeras etapas del embarazo, cuando los niveles hormonales son todavía muy bajos.
Aunque algunas pruebas modernas indican que se pueden realizar en cualquier momento del día, utilizar la primera orina de la mañana sigue siendo una manera mejorar la precisión del resultado. Sobre todo, si se está realizando la prueba antes de la fecha prevista de la menstruación o si se sospecha que el embarazo es muy reciente. En ese caso, mejor esperar un poco.

A partir de qué día puede dar positivo un test de embarazo
Un test de embarazo puede dar positivo aproximadamente una semana después de la concepción, aunque esto varía según la sensibilidad de la prueba (no todas son iguales) y el nivel de GCH de cada mujer. Las pruebas de detección temprana están diseñadas para identificar la hormona incluso antes de la ausencia del periodo, hasta seis días antes de la fecha esperada de la menstruación.
Sin embargo, para aumentar la fiabilidad del resultado, se aconseja esperar hasta después del primer día de retraso del periodo. Esto asegura que los niveles de hormona sean suficientemente altos para ser detectados por la mayoría de las pruebas de embarazo, reduciendo así el riesgo de falsos negativos.
Interpretación de resultados: positivos, negativos y posibles errores
Interpretar correctamente los resultados de un test de embarazo es fundamental para tomar decisiones informadas. Un resultado positivo generalmente indica que existe un embarazo, mientras que un resultado negativo puede ser menos concluyente, especialmente si se realizó la prueba demasiado pronto. Es importante considerar que puede haber errores y entender las causas detrás de los falsos positivos o negativos.
Qué hacer si obtienes un resultado negativo
Si el resultado del test de embarazo es negativo y todavía es muy pronto (antes de la fecha de inicio de menstruación esperada) puedes repetir la prueba dejando pasar unos días. Hay que dar tiempo al cuerpo, no significa nada todavía. Repetir el test cinco o siete días más tarde puede darte un resultado más preciso. Si realizas el test de embarazo una vez ya debería haber bajado la regla y sigue siendo negativo, vuelve a esperar unos días y repite la prueba de nuevo. Ten en cuenta que no todos los ciclos son regulares, y eso también afecta al resultado.
Si el test sigue siendo negativo con el paso de los días y la menstruación sigue sin aparecer, es aconsejable consultar a un médico para descartar otras causas de la ausencia de menstruación (como problemas hormonales o de salud) o directamente para hacer un test en sangre que revele un resultado más preciso.
Falsos positivos: causas y recomendaciones
Los falsos positivos en los test de embarazo son raros, pero también pueden ocurrir. Una de las causas más comunes es un embarazo anembrionado, es decir, donde el saco gestacional se desarrolla sin embrión.
También podemos tener un falso positivo después de un parto normal, de una cesárea o de un aborto, porque los niveles de hCG también permanecen ligeramente elevados durante varias semanas.
Condiciones que pueden afectar los resultados de la prueba
Hay otras condiciones que pueden influir en los resultados de un test de embarazo. Por ejemplo, los quistes ováricos y el embarazo ectópico son ejemplos de situaciones que pueden causar resultados confusos. También hay que tener en cuenta que ciertos medicamentos y tratamientos hormonales pueden interferir con las pruebas de embarazo.
Informa siempre al médico sobre cualquier condición médica o tratamiento que se esté siguiendo, ya que esto puede ayudar a interpretar correctamente los resultados de la prueba. En caso de síntomas inusuales, como dolor abdominal intenso o sangrado anormal, hay que buscar atención médica de inmediato.

¿Cuándo acudir al ginecólogo después de un test positivo?
Después de obtener un resultado positivo en un test de embarazo hay que iniciar el seguimiento médico del embarazo. Normalmente se acude al médico de cabecera, y este te deriva a los profesionales médicos que realizarán los cuidados y estudios prenatales (matrona, obstetra…).
Importancia de la primera consulta prenatal
La primera consulta prenatal es fundamental para confirmar el embarazo, evaluar la salud general de la madre y planificar los cuidados necesarios durante el embarazo. En la primera consulta prenatal se establece una base sólida para el cuidado del embarazo.
Esta consulta es una oportunidad para que la futura madre reciba información sobre qué esperar durante el embarazo, para programar las pruebas prenatales y comenzar con los cambios en el estilo de vida que pueden beneficiar tanto a ella como al bebé. Es el momento para plantear cualquier duda o preocupación sobre el embarazo, por pequeña que sea.
Exámenes de salud y antecedentes médicos
Durante la primera visita prenatal (normalmente con la matrona o con el obstetra), se revisarán los antecedentes médicos de la madre, incluidos sus embarazos previos, enfermedades crónicas y cualquier tratamiento médico actual. Esto ayuda a identificar posibles riesgos durante el embarazo y a diseñar un plan de cuidado personalizado.
También se realizan exámenes físicos y de laboratorio para evaluar la salud de la madre: análisis de sangre, pruebas de orina, mediciones de peso, altura, presión arterial... Estos datos son esenciales para detectar cualquier complicación de manera temprana.