Ya has hecho el test de embarazo y lo has confirmado: estás embarazada. Por eso llega el momento de pedir cita y acudir a la que será la primera visita con el ginecólogo durante el embarazo. El objetivo de esta cita es confirmar definitivamente tu gestación, conocer las mejores pautas que debes seguir a partir de ahora y averiguar si existe alguna posibilidad de experimentar alguna complicación.
Normalmente, se suele hacer entre la semana 6 y la 9 haciendo cuentas desde el día de la última menstruación, ya que ir antes de esta fecha no es recomendable porque el embrión es demasiado pequeño como para poder obtener información útil.
Durante la primera visita se harán diferentes pruebas para que el médico obtenga los datos necesarios. ¿Quieres saber en qué consisten?
Ecografía vaginal
Se llevará a cabo un ultrasonido transvaginal con el que se confirmará o no el embarazo. Además, en caso afirmativo se comprobará que convenientemente la gestación se está desarrollando dentro del útero y que hay presencia de saco amniótico, lo que descartaría las posibilidades de embarazo ectópico y anembrionario. Asimismo, también podrás saber si se trata de una gestación única o múltiple.
Historial clínico
En esta visita se elabora una historia clínica de la embarazada y para ello el ginecólogo hace una serie de preguntas a las que deberás responder con la mayor precisión y sinceridad. Tratarán sobre:
- Ciclo menstrual: primera regla, duración del ciclo y de la menstruación…
- Embarazos y partos previos: embarazo anterior, problemas en embarazos previos, problemas de concepción, aborto…
- Historial médico: enfermedades o alergias, consumo de medicamentos, antecedentes familiares y en la pareja…
- Hábitos actuales: síntomas, consumo de alcohol o sustancias estupefacientes, tabaco, actividades deportivas…
Reconocimiento físico
Para estudiar el estado de salud de la mujer en general, se realizará un examen físico del peso, altura, presión sanguínea, abdomen y pecho. Asimismo, también se hará un análisis interno para comprobar principales signos físicos propios de la gestación como el reblandecimiento del cuello uterino y el crecimiento del útero y del abdomen.
Análisis de sangre
Se lleva a cabo esto para determinar si la futura madre padece enfermedades de transmisión sexual, si tiene riesgo de sufrir toxoplasmosis o si tiene carencias alimenticias como puede ser la anemia.
Análisis de orina
El fin de este análisis es determinar la posible existencia de bacterias en la orina (lo que puede indicar una infección de las vías urinarias), de azúcar (que podría significar diabetes) o proteína (que también podría suponer alguna infección en las vías urinarias).
Fecha probable de parto
El ginecólogo establecerá la llamada fecha probable de parto y para ello te preguntará por la fecha de tu última regla. Teniendo en cuenta que un embarazo en condiciones normales dura unas 40 semanas, utilizando la Regla de Negele, realizará el cálculo correspondiente.
Este método consiste en restar tres meses y sumar siete días al día de la última menstruación para obtener una fecha prevista. No obstante, lo cierto es que un porcentaje mínimo acaba naciendo tal día puesto que debido a las variaciones de los ciclos de cada mujer se considera normal que un bebé nazca entre la semana 38 y la 42, por lo tanto, entre dos semanas antes y dos después de la fecha probable.
Diagnóstico prenatal
Durante el embarazo, se ofrece a todas las mujeres la opción de someterse a un cribado de riesgo para detectar posibles anomalías genéticas en el feto, como el Síndrome de Down, la trisomía 13 y la trisomía 18. Este cribado se realiza mediante una evaluación que tiene en cuenta varios factores, incluida la edad de la madre, la medición de ciertas hormonas (beta-hCG y PAPP-A) en la sangre y la medida del pliegue nucal del embrión en una ecografía realizada a las 12 semanas de gestación.
Si el resultado del cribado muestra un riesgo elevado, se ofrecen opciones adicionales para obtener más información. Estas opciones incluyen un test prenatal no invasivo en sangre o procedimientos invasivos como la biopsia de corion o la amniocentesis. Cada una de estas alternativas tiene sus propias implicaciones y riesgos, por lo que es importante discutir con un profesional de la salud cuál es la mejor opción en caso de un resultado de alto riesgo en el cribado de riesgo genético.
Consejos y próximos exámenes
Para acabar el ginecólogo suele dar recomendaciones sobre alimentación y buenos hábitos en general. Además de que también fijará las próximas citas a las que deberá acudir la embarazada.