Desde que la embarazada nota los primeros síntomas de parto, y de tres a cinco si ya tiene otros.
Seguir con la vida normal
Al comienzo de la dilatación, cuando aún no se ha roto la bolsa amniótica y las contracciones todavía no son muy dolorosas, puede seguir con lo que estaba haciendo. Cancelar las citas de los días que va a estar ausente, comprobar que no falta nada en la maleta para la maternidad o dar un paseo por los alrededores también son actividades permitidas.
¿Y en el hospital?
En el hospital te puedes distraer con pasatiempos relajantes. Escuchar música elegida para la ocasión, leer un libro, ver una película o hacer juegos en el ordenador, mirar fotos de momentos especiales son actividades relajantes y muy placenteras.
Necesitas compañía
Tener una persona al lado también hace la espera más llevadera. Cuando la relación de pareja es buena, el padre es el mejor acompañante; compartir esa experiencia os une y a la madre le da seguridad ver que él se implica en el cuidado del hijo desde el principio.
La mejor postura
Es bueno cambiar de postura, alternar el descanso en la cama (a ratos tumbada de lado y a ratos tumbada boca arriba) y sentada en una silla con el movimiento.
Cómo podemos provocar el parto
Está demostrado que caminar acorta el periodo de dilatación y disminuye el dolor de las contracciones. También puedes tomar una ducha (algunas personas recomiendan un baño) porque el agua templada descansa y favorece la relajación. Conviene ducharse al menos una vez antes de salir de casa o al llegar al hospital (bañarse es más difícil porque no todas las maternidades disponen de bañeras en el paritorio).