Alimentación en el embarazo
10 afirmaciones sobre la alimentación en el embarazo, ¿verdad o mito?
La alimentación en el embarazo es un tema que preocupa a embarazadas y familiares. Todos hemos escuchado muchas afirmaciones pero no todas son verdad, entonces, ¿qué puedo comer estando embarazada y qué no?
La alimentación en el embarazo está rodeada de muchos mitos y verdades a medias, lo que resulta en una desinformación importante.
¿Qué es lo que se puede comer embarazada y qué no? ¿Es todo lo que hemos oído verdad o mito?
Preguntamos a la experta Arelis Sambrano, asesora de lactancia de Medela y farmacéutica para que nos resuelva todas las dudas sobre la alimentación en el embarazo.

No debemos comer alimentos sin pasteurizar en general, no solo si se está embazada.
Los lácteos son de origen animal y por tanto en sus capas más superficiales habitan bacterias que suelen ser dañinas en nuestro organismo, por lo cual, este método se hace necesario e imprescindible para poder ingerir este tipo de alimentos sin que estos constituyan un riesgo para la salud.

Todos los embutidos tienen conservantes, como los tienen muchos otros alimentos que no están envasados al vacío o en medios estériles, por tanto, son nocivos para la salud.
Estos conservantes son ingeridos junto al alimento pasando a torrente sanguíneo y por consiguiente al feto. Deberíamos considerar esto a la hora de elegir los alimentos a consumir, pero no solo en el embarazo.

En el caso del salmón ahumado y todos aquellos pescados crudos, existe una rigurosa advertencia acerca de la gran probabilidad de la existencia del conocido anisakis, estos parásitos se anidan en el intestino del huésped y debido a la gran importancia que tiene intestino de la madre durante el embarazo se debe evitar comer este tipo de alimentos.
A través del intestino viajan por el torrente sanguíneo los lactobacilos que se alojarán en la leche materna y que posteriormente constituirán la flora intestinal del niño. Se requiere un intestino sano para que este proceso se realice satisfactoriamente.

El ceviche constituye otro de los pescados que se comen crudos y su preparación es con ácido acético (vinagre) o ácido ascórbico (vitamina C). Estos dos ácidos no son suficientemente eficaces para combatir el anisakis.

Existen varias frutas, raíces y verduras que se cultivan bajo tierra, por esto es necesario lavarlas bien antes de consumirlas. Es un hábito adecuado para preservar la salud en general, esta acotación no es solo para el melón, por tanto, esto constituye un mito.

La mayonesa casera se puede consumir siempre, y en el embarazo igualmente, solo que hay que cumplir con la higiene y el almacenamiento correcto. Hay que lavarse bien las manos, los huevos a utilizar, que a su vez deben estar bien conservados; los recipientes deben estar muy limpios y para envasar la mayonesa, lo mejor sería utilizar envases de vidrio.
Además, su conservación siempre debería ser en nevera, intentando consumirla lo antes posible.

En general las comidas picantes se deben comer con moderación, en concreto durante el embarazo no existen estudios estadísticamente significativos que avalen esta aseveración. Por esta lógica entonces, culturas como la mexicana y la peruana, acostumbradas a ingerir picantes a diario, estarían predispuestas a partos prematuros y no es así. Esto constituye un mito.

Los estudios científicos realizados acerca del perejil nos han confirmado que se trata de un mito. No tiene propiedades abortivas.

Claro que se pueden comer ensaladas fuera de casa. El riesgo es exactamente el mismo si las comes en casa y no se cumplen las normas de higiene adecuadas.

Todos los postres a base de huevo, en este caso el tiramisú, no constituyen un riesgo mayor que por ejemplo la mayonesa casera… Si se cumplen todas las normas sanitarias que se requieren.

En resumen:
- Durante el embarazo, se debe comer variado, incluyendo todos los grupos de la dieta.
- Beber agua y zumos naturales.
- Guardando especial cuidado en disminuir al máximo el consumo de embutidos y pescados crudos; aquellas recetas que incluyan huevos crudos; y mantener las normas higiénicas y de conservación adecuadas.