¿Es seguro tomar té en el embarazo?
Tomar té puede convertirse en un auténtico placer, sobre todo si lo acompañamos con una buena lectura. Sin embargo, aunque lo tomaras anteriormente quizá en el embarazo puede no ser tan adecuado.
Se calcula que, cada día, se preparan y se toman alrededor de 1.500 millones de tazas de té en todo el mundo. Y, como es de imaginar, se trata de una de las bebidas más consumidas, por delante del café (en este caso se estima que se consumen más de 1.400 millones de tazas). Se trata, por tanto, de una bebida ya no solo ampliamente consumida, sino aceptada.
A no ser que exista algún tipo de contraindicación médica que impida consumirla, lo cierto es que se trata de una bebida natural que puede aportar interesantes beneficios para la salud, siempre y cuando se tome de forma moderada y nunca se abuse de ella.
Y si anteriormente a quedarte embarazada te encantaba el té es bastante probable que, ahora, te hayas planteado hasta qué punto se trata de una opción segura en esta ocasión; si puedes seguir o no tomándolo a lo largo de toda la gestación; y, en caso contrario, qué opciones podrían convertirse en buenos sustitutos.
Los diferentes tipos de té
Aunque tendamos a denominar té habitualmente a las bebidas elaboradas a partir de la cocción de las hojas obtenidas directamente de la planta del té, la realidad es que no solo se puede preparar a partir del tradicional té verde, té negro, té rojo o té blanco (por citar solo algunos sencillos y rápidos ejemplos).
Por ejemplo, también podemos preparar un té de manzanilla, un té de matalahúva, un té de jazmín… o incluso un té de melocotón. La diferencia está, fundamentalmente, en si nos encontramos ante un té herbal y un té no herbal. ¿Y en qué se distinguen? Te lo descubrimos:

Tés seguros en el embarazo
- Tés herbales: Conocidos también como tés de hierbas son bebidas elaboradas con las raíces, flores, bayas, semillas y hojas de una variedad de plantas muy diversas, y no únicamente a partir de las hojas -reales- de las plantas del té. En realidad, los verdaderos ‘tés de hierbas’ no contienen cafeína. Un buen ejemplo es el té rooibos o el té mate, que aunque tradicionalmente sean conocidos bajo este término, no poseen en su composición esta sustancia estimulante.
- Tés no herbales: Son tés elaborados a partir de la cocción de las hojas de la planta del té, conocida bajo la denominación de Camellia sinensis. El más común es el té negro, que incluye mezclas popularmente consumidas en el desayuno (especialmente en el desayuno inglés), como es el caso de la variedad Earl Grey. Mientras que el té verde posee un sabor más delicado, el té oolong es en realidad una combinación de té verde y negro.
¿Qué tés son seguros para consumir durante el embarazo?
Aunque se asume habitualmente que el té no herbal (entre los que nos encontramos con el té negro, té verde, té blanco y té rojo) presenta grandes beneficios para la salud, debido especialmente a los antioxidantes, es una bebida que también contiene cafeína.
Por este motivo, durante el embarazo y la lactancia materna se recomienda que las mujeres embarazadas lo reduzcan o incluso eliminen.
Se estima que una taza de té no herbal aporta alrededor de 40 a 50 miligramos de cafeína. Pero su contenido en cafeína depende directamente del tipo de té que se desee consumir: mientras que una taza de té verde aporta entre 25 y 29 miligramos de cafeína, una taza de té negro aporta entre 25 y 48 miligramos.
Las variedades de té descafeinado, aunque posiblemente pienses lo contrario, también aportan algo de cafeína. Un buen ejemplo es el té negro descafeinado (o desteinado), cuya taza contiene alrededor de entre 2 y 5 miligramos.
Se sabe que la cafeína es capaz de cruzar la placenta y llegar al bebé en desarrollo. Por otro lado, debemos tener en cuenta que el bebé no puede metabolizar la cafeína de la misma manera que lo haría un adulto. Además, durante la lactancia, se ha demostrado que el consumo de cafeína por parte de la mamá puede contribuir a la aparición de diferentes trastornos del sueño en el pequeño.
Por todo ello, hoy día existe cierta controversia acerca de cuánta cafeína es segura durante el embarazo y la lactancia, o si debería ser evitada prácticamente por completo. De esta manera, sabemos que mientras menos cafeína se consuma, mejor será para el bebé durante la gestación y la lactancia materna.