Dado que durante el embarazo las membranas mucosas nasales tienden a volverse mucho más frágiles, es normal que la rinitis, los resfriados y otras dolencias menores propias del otoño o del invierno (o incluso de la primavera con las típicas alergias primaverales) se vuelvan especialmente preocupantes.
No obstante, durante la gestación es posible que surja lo que médicamente se conoce como rinitis del embarazo, que consiste en una inflamación crónica del revestimiento nasal que acaba originando algunos problemas con la respiración nasal.
No en vano, a diferencia de otras formas de rinitis, cuando se presenta la rinitis del embarazo no tiende a ser originalmente causada por diferentes factores ambientales o externos. es decir, no se trata de un tipo de rinitis resultado de una alergia al polen, cierta hipersensibilidad al cambio del clima o al humo del cigarro o por un virus.
Solo se trata de una afección que, como veremos, es principalmente causada por los distintos cambios hormonales que ocurren en el cuerpo de la futura mamá durante el desarrollo del feto.
¿Qué es exactamente la rinitis del embarazo? ¿Y por qué ocurre?
Conocida también habitualmente como congestión nasal del embarazo, sus causas pueden ser en realidad muy variadas, aunque la más común tiene que ver con las distintas fluctuaciones y cambios hormonales que ocurren al principio de la gestación, motivo por el cual en muchas ocasiones la mayoría de sus síntomas molestos suelen aparecer a partir del segundo mes.
Cuando la rinitis o congestión nasal es causada por una infección, resfriado o sinusitis, lo más habitual es que dure poco tiempo, en cuyo caso suele ir acompañado de otros síntomas típicos como estornudos, tos, dolor facial y fiebre.
Sin embargo, cuando esta rinitis tiende a durar mucho más tiempo (incluso todo el embarazo), puede ser principalmente debido a los cambios hormonales que, durante la gestación, originan un aumento del volumen sanguíneo y la consiguiente hinchazón de las membranas de las mucosas de las fosas nasales.
Eso sí, en caso de que la mujer antes del embarazo sufriera de continuas alergias respiratorias, lo más normal es que cuando la rinitis aparezca durante la gestación lo haga de forma amplificada, con una mayor cantidad de síntomas molestos, como secreción nasal, estornudos constantes y picazón y dolor en la nariz, entre otros.
¿Cuáles son sus síntomas?
Es posible que nunca hayas oído hablar acerca de la conocida como rinitis del embarazo. Sin embargo, quizá te sorprenda descubrir que entre un 30 a un 40 por ciento de las mujeres embarazadas tienden a desarrollarla en algún momento de la gestación.
Lo cierto es que en realidad no es fácil luchar a diario contra las molestias similares a las de una rinitis “normal”, especialmente cuando sus síntomas se mantienen durante meses. Pero, ¿cuáles son los más característicos?:
- Tener la nariz continuamente tapada o congestionada y, a menudo, con exceso de mucosidad.
- Al exhalar por la nariz, las cavidades nasales pueden secarse más fácilmente, por lo que aumenta el riesgo de aparición de grietas o costras causantes de dolor.
- En algunos casos las membranas mucosas nasales pueden no estar debidamente hidratadas.

Por otro lado, y a medida que la mucosa nasal se irrita y se inflama, puede acabar resultado difícil que la embarazada respire con normalidad por la nariz. Especialmente en aquellos momentos en los que lleve a cabo un esfuerzo físico, es normal que se quede sin aliento más rápidamente y presente dolores de cabeza.
Por suerte, la rinitis del embarazo es temporal, de manera que, aunque es común que surja en el segundo mes de gestación, el funcionamiento normal de la nariz se restablecerá alrededor de las dos a tres semanas posteriores al parto.
¿Qué puedes hacer para aliviarla?
En caso de que tengas predisposición a sufrir alergias respiratorias, a la hora de prevenir la rinitis del embarazo puede ser de muchísima ayuda evitar los alérgenos, como podría ser el caso del polen, moho, polvo y el pelo de los animales, en especial perros y gatos.
Además, también se aconseja mantenerse alejado de los principales irritantes, como ocurre con el humo del cigarrillo y los olores fuertes a pintura, por ejemplo.
Cuando la congestión nasal se calme, es posible probar con algunos remedios naturales seguros, como podría ser el caso de la inhalación de vapor caliente o utilizar un aerosol nasal con agua salada, lo que ayudará a mantener el área lo más limpia y libre de mucosidad posible.
Durante las noches, es posible también utilizar tiras nasales, que pueden ser de cierta ayuda a la hora de abrir las fosas nasales y respirar mejor. Y, en caso de ser necesario, humedecer el aire de la habitación con la ayuda de un humidificador y elevar tu almohada.
No obstante, en caso de que la rinitis se vuelva muy molesta, es aconsejable acudir al médico, quien te recetará un tratamiento adecuado, y compatibles con el embarazo, como podría ser el caso de descongestionantes y antihistamínicos.