5 rutinas de sueño para niños: a la cama sin dramas

La importancia de las rutinas es algo bien sabido por todos y escoger la correcta para ir a la cama hará que estemos muy cerca de conseguir un sueño y descanso reparadores para nuestro pequeño. Te contamos cómo seguirlas paso a paso.
5 rutinas de sueño para niños: a la cama sin dramas

Una de las cosas que más dudas genera en todas las familias es el tema del sueño y el descanso infantil. Por lo tanto, es importante que los padres tengan información suficiente sobre cómo hacer que los niños se vayan a la cama sin dramas, sobre cuántas horas debe dormir su hijo o sobre qué actividades no son muy amigas de un sueño conciliador.

Aquí toman un papel relevante y muy importante las rutinas: desde Ser Padres os hemos contado en varias ocasiones la importancia que tienen dentro del día a día de los niños y sobre cómo puede afectar a su día a día que, de repente, les quiten esas rutinas que tienen interiorizadas. Y es que, las rutinas ayudan a los niños a sentirse seguros, les calman y las tranquilizan. De no existir en su día a día, podrían verse desorientados.

Eso sí, tal y como nos contaba Alicia Herranz en este artículo, por rutina no entendemos algo monótono: “se trata de estructurar el tiempo en bloques de actividades que se sucedan de forma consecutiva”, explica.

La importancia de las rutinas antes de ir a dormir

Por tanto, las rutinas de antes de ir a la cama marcarán, casi seguro, la manera en la que descansen los niños por la noche. Eso sí, para que sean efectivas no debemos olvidarnos, igualmente, de los horarios: debe ser el mismo todos los días (aunque puede haber excepciones los fines de semana o en vacaciones). Debéis procurar, como padres, que el horario de ir a la cama no se alargue mucho: según una reciente investigación llevada a cabo por la Universidad de Granada, los niños que se van a la cama pronto y descansan bien tienen más materia gris en su cerebro y, por tanto, tienen un mejor rendimiento escolar.

Aunque a continuación os proponemos cinco rutinas diferentes que podéis seguir, lo cierto es que podéis mezclar los pasos que más os gusten de cada una y personalizar vuestra rutina según gustos, preferencias y necesidades de cada familia y cada niño.

Todas tienen como elemento común las actividades tranquilas y relajantes. Y es que, según la psicología infantil, no es recomendable exponer a los niños actividades excitantes y agitadoras justo antes de irse a la cama. Aquí hablamos, por ejemplo, de las pantallas (la luz azul que emiten es un potente excitante) o juegos que impliquen bailar, correr o saltar. Estos son beneficiosos, pero es mejor dejarlos para unas cuantas horas antes de ir a dormir.

Actividades pautadas antes de ir a la cama

Lo mejor que podemos hacer es pautar una serie de actividades que tomen como rutina diaria:

  • Cenar: daremos de cenar a los niños temprano: sobre las 7:30 u 8 de la tarde, para que a las 9 como tarde estén metiéndose en la cama. Así nos aseguraremos de que descansan lo suficiente
  • Ponerse el pijama: justo después de cenar, les invitaremos a ponerse el pijama para ir preparando el momento
  • Lavarse los dientes: aquí os enseñamos cómo deben hacerlo
  • Una pequeña charla con mamá y papá con luz tenue en la habitación
  • Un beso de buenas noches
  • Luces apagadas y a dormir

Una actividad cada día

Este es el claro ejemplo de que las rutinas no tienen por qué ser algo monótono. Como comentábamos, se trata de hacer bloques de actividades parecidas cada día, para que los niños se sientan seguros.

Podemos optar por hacer cuatro o cinco bloques de actividades diferentes e ir turnándolos cada día: un día tocará cuento relajante, otro una canción, otro día un masaje para caer dormidos en cinco segundos…

Un baño relajante

¿Qué pasa después de cenar?

Pues que podemos proponer a nuestros hijos un baño relajante, con luces led tenues acuáticas, música clásica y alguna bomba de jabón que deje el agua de colores. Cuando salgan, tendrán ganas de secarse, ponerse el pijama e irse a dormir.

Un cuento de buenas noches

Esta rutina es de sobra conocida por todos:

  • Hora de cenar: evitaremos que las cenas sean demasiado copiosas
  • Ponerse el pijama
  • Lavarse los dientes
  • La hora del cuento: dejaremos que escojan un cuento y, cuando estén metidos en la cama, llegará la hora de leerlo en voz alta. Eso sí, evitando grandes estruendos. ¿Un consejo? Si cuando se acabe no se han dormido y os piden otro, no caigáis en su trampa. Solo uno y a dormir
  • También podemos cambiar el cuento por una canción: aquí te proponemos una lista musical relajante para niños

Meditando antes de dormir

El mindfulness reporta varios beneficios en la infancia. Entre ellos, contribuye a que los peques reduzcan el estrés y la ansiedad, a que sean más conscientes de sí mismos, a que regulen sus emociones o a que les cueste menos concentrarse. Además, es el vehículo perfecto para lograr una correcta relajación, por lo que no estará de más practicarla justo antes de ir a la cama.

Si no sabes por dónde empezar, aquí te damos algunas pautas prácticas.

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