Un estudio científico reciente, del que os hablábamos aquí, afirmaba que los niños que disfrutan de un descanso reparador, tienen mayor coeficiente intelectual y, además, mayor rendimiento en su horario lectivo. Y es que, son muchas las cosas que se han dicho sobre el descanso infantil y también sobre por qué lo mejor que podemos hacer por un sueño verdaderamente reparador de nuestros hijos es establecer una serie de rutinas para el momento previo de antes de ir a descansar.
Sin embargo, aunque a priori todas las pautas a seguir están claras, el descanso infantil sigue siendo uno de los temas que más dudas suscitan en todas las familias. Parece que el momento de antes de ir a la cama, unido a las pesadillas, los terrores nocturnos o la dificultad del niño para conciliar el sueño, no es fácil de paliar.
Para conseguirlo, los expertos llevan años diciendo que no existen trucos: lo mejor será siempre establecer una rutina que seguir cada día y que ayude a los niños a irse a la cama. De hecho, también está comprobado que las rutinas les hacen felices y, tal y como afirman varios psicólogos infantiles, no es bueno acabar con ellas de un día para otro: podríamos trastocar sus ritmos.
En este artículo os hablábamos de algunas actividades perfectas para formar rutinas infantiles antes de ir a la cama: lavarse los dientes, un cuento tranquilo, una canción de cuna o una charla suave con mamá y/o papá bajo una luz tenue eran solo algunas de las propuestas.
Hoy, sin embargo, vamos hacia el lado contrario: ¿qué actividades es mejor mantener alejadas de los niños en el momento previo a ir a dormir? Hablamos sobre todo de esos ejercicios estimulantes que, más que ayudar con el sueño, pueden hacer que se llenen de energía y no sean capaces de conciliar. Aunque también hay algunas pautas relacionadas con la alimentación que es mejor no perder de vista. Hemos recopilado algunas de las más interesantes y, os adelantamos, procura mantener todo tipo de pantallas lo más lejos posible de ellos.
Utilizar pantallas
Quizás sea una de las más famosas: la luz azul que emiten las pantallas tiene un efecto muy estimulante que dificulta la conciliación reparadora y también la producción de melanina, la encargada de que caigan como troncos. Se recomienda no utilizar ninguna fuente emisora de luz (ni siquiera la televisión), al menos una hora antes de ir a dormir.
¡Algo que también tendríamos que tener en cuenta los adultos!

Correr y saltar
“Deja que corra y salte, ya verás qué bien duerme después”. ¿Has escuchado alguna vez esta frase? Pues nada más lejos de la realidad: es cierta la certeza científica de que el deporte y el ejercicio físico son buenos compañeros de un descanso reparador, pero siempre y cuando la actividad física se lleve a cabo unas horas antes de ir a dormir. Así que, olvidad ya eso de jugar al pilla-pilla, las carreras o la guerra de almohada a la hora de meterse en la cama.

Sorpresas excitantes
Relacionado con lo anterior se encuentra esta actividad. ¿Por qué no es bueno dar sorpresas grandes a los niños antes de ir a la cama? Pues porque, además de ponerles nerviosos, podemos hacer que se exciten y estimulen y, por lo tanto, el sueño luzca por su ausencia.

Alterar sus rutinas
Hemos hablado en más de una ocasión de que las rutinas hacen felices a los niños y, de hecho, les ayudan a tener una sensación de seguridad, continuidad y estabilidad, favoreciendo el sueño natural.
Eso sí, podemos saltarlas en alguna ocasión como algunos días de vacaciones o los fines de semana, pero de lo que se trata es de que no sea lo habitual.

Dejar que beban mucha agua
Beber mucha agua antes de ir a dormir provocará que los peques tengan que levantarse en mitad de la noche para ir al baño, así que lo mejor es no dejar que beban mucho justo a la hora de ir a la cama.

Cenar alimentos grasientos
Las cenas copiosas no son grandes amigas del descanso reparador. Y es que, se asocian a los reflujos, así que lo mejor será cenar ligero y, al menos, dos horas antes de ir a la cama.

Comer chocolate
¿Sabías que el chocolate tiene concentraciones de cafeína? Cuanto más puro sea el cacao, más cafeína contendrá. Y esto puede desencadenar insomnio. Así que, si no sabes cómo de sensible es tu hijo a la cafeína, mejor que dejes el chocolate a un lado.

No a las bebidas azucaradas
El azúcar es un potente estimulante y, por lo tanto, no será el mejor amigo del descanso. Así que, si lo que quieres es que tu hijo descanse mejor no le des ningún zumo industrial o bebida que contenga gas, azúcar ni, mucho menos, cafeína (como algunos refrescos de cola).

Videojuegos
Si no queremos pantallas, mucho menos videojuegos, que van ligados. Además de todo lo que hemos comentado sobre la luz azul, la violencia que llevan implícita algunos videojuegos no es lo más ideal para ir a dormir.

Exponer a los niños a luces fuertes (ni siquiera en la habitación)
No, no solo hablamos de la luz azul de la pantalla: también de la luz de la lámpara o de las típicas bombillas que pensamos que van a evitar su miedo nocturno.
