El padre de mi hijo trabaja fuera, ¿cómo afecta al niño?
El psicólogo Luciano Montero responde a esta consulta, cada vez más habitual, motivada por la crisis económica.
“Mi pareja y padre de mi hijo vive fuera de España, por trabajo. Viene todos los fines de semana que le es posible, pero no son todos. ¿Cómo puede afectar esta situación a nuestro bebé de seis meses? Tengo miedo de que le acabe viendo como a un extraño”.
Es comprensible que una situación como la que se expone pueda despertar cierta preocupación. Sin embargo, lo cierto es que por suerte se trata de una situación benigna, con pocos riesgos, y el temor expuesto por esta madre tiene pocas posibilidades de confirmarse, siempre que se tomen algunas precauciones.
En primer lugar diremos que las necesidades de apego y seguridad básica del bebé quedan suficientemente cubiertas con la presencia de la madre.
El sentimiento de seguridad básica, base de un desarrollo equilibrado de la personalidad, se crea y fortalece cuando por lo menos una figura de apego, en este caso la madre, satisface las necesidades básicas del bebé, que incluyen tanto las necesidades físicas como las afectivas.
Comportamientos que favorecen el apego
Cierto que la presencia del otro progenitor, y también de otros familiares y allegados, enriquece el mundo de apegos del bebé. Pero en todo caso es suficiente con la presencia de una figura básica de apego para que las necesidades afectivas básicas queden cubiertas.
Siempre, claro está, que esa persona mantenga en su relación con el bebé una serie de comportamientos que son la garantía de un apego sólido, y que son los siguientes:
- Sensibilidad y pronta respuesta las necesidades y deseos del bebé.
- Sensibilidad a sus sentimientos y estados de ánimo (sintonía afectiva).
- Trato cálido y afectuoso.
- Contacto corporal.
- Respuesta a las demandas sociales del bebé (sonidos, gestos, sonrisas).
- Respuesta apropiada a las señales del bebé, ni escasa ni exagerada, ni tampoco inconsistente (demasiado variable).
El padre puede estar cercano pese a la distancia
En cuanto al temor de que el bebé acabe por ver a su padre como un extraño, es posible evitarlo. Hay que procurar que el padre, aunque ausente, se convierta en una figura muy significativa para el niño.
Para ello hay que hacer que tenga muestras frecuentes de que le quiere y le recuerda.
- El teléfono es un estupendo recurso, y además ahora existe la posibilidad del Messenger con cámara web y las videoconferencias.
- La madre debe hablarle al niño con frecuencia de su padre y nombrarle a diario, recordándole lo mucho que le quiere.
- Es importante que tenga a su disposición fotos del padre, grabaciones de su voz o vídeos dirigiéndose a él, regalos y objetos que le ayuden a tenerlo presente.
Cuidando todas estas cosas, además de las visitas lo más frecuentes que sea posible, el niño crecerá con el sentimiento de tener un padre y éste será para él alguien importante y, pese a todo, cercano.