Ahora que nos encontramos en otoño, y a medida que cada vez empieza a hacer más frío, es muy común entre muchos padres sentar al niño en su silla del coche cuando viajamos en el automóvil, y a su vez, mantenerlos abrigados con el mismo abrigo acolchado que tenían puesto en la calle.
Si bien es cierto que, en la mayoría de las ocasiones, lo más normal es pensar que lo estamos haciendo bien porque creemos que estamos abrigando al pequeño lo necesario como para que se sienta a gusto y no tirite de frío, la realidad es que puede acabar convirtiéndose en un serio peligro para su propia seguridad.
Como ya te descubrimos en una ocasión anterior, dejar que el niño se siente en su sillita con un abrigo grueso o acolchado puede hacer que los diferentes cinturones que lo mantienen debidamente agarrado en caso de accidente, no cumplan con su función, puesto que, aunque pensemos que lo hemos colocado adecuadamente, en realidad no lo estamos apretando lo que deberíamos.
Y es que, como opinan los especialistas, colocar al bebé con un abrigo voluminoso debajo del arnés de un asiento para niños podría acabar haciendo que este se encuentre demasiado suelto como para ser realmente efectivo en caso de un choque, dado que este tipo de prendas evitan que el arnés, o el cinturón de seguridad en sí, se encuentren lo suficientemente ajustados como para mantener al pequeño seguro durante un accidente.
Son esas capas adicionales que encontramos entre el cuerpo del niño y el arnés y el cinturón lo que pueden terminar dejando un espacio ciertamente peligroso para que el niño, al final, sea expulsado al pisar bruscamente los frenos o durante una colisión.
De hecho, basta con colocar al bebé o al niño con el abrigo puesto en la sillita, y luego sin el abrigo, para descubrir cuánta distancia quedaría realmente entre los cinturones y su cuerpo (sin el acolchamiento o abultamiento producido por la ropa de invierno).
Por tanto, ¿de qué manera podríamos abrigar al niño cuando lo sentamos en la sillita del automóvil?
Cómo mantener al bebé y al niño seguro en un su sillita durante el invierno (sin usar abrigos acolchados o voluminosos)
Es cierto que, cuando nos encontramos en plena tempestad de frío y lluvia, tendemos a introducir al bebé o al niño pequeño rápidamente en el coche con la finalidad de impedir que se moje o que siga pasando frío, por lo que lo más común es sentarlo inmediatamente en su silla.
Sin embargo, en estos momentos es conveniente mantener la calma e intentar, con cuidado, retirarle el abrigo dentro del coche, en lugar de hacerlo fuera.
Una vez hecho esto, debemos asegurarnos que el arnés se encuentra bien sujeto al niño. Para ello, debemos mantener colocado al bebé o al niño como habitualmente lo hacemos, sin que quede ningún espacio entre su cuerpo y el arnés o cinto.

Finalmente, existen algunas estrategias útiles que pueden ser de bastante ayuda a la hora de mantener al bebé o al niño abrigado dentro del coche sin tener que usar ese incómodo y abultado abrigo:
Poner la calefacción
Eso sí, poner la calefacción no significa evidentemente subir la temperatura muchísimo. Al contrario, es de vital importancia asegurarnos de que el vehículo se caliente, pero que la temperatura sea agradable.
Recuerda que el objetivo en todo momento es mantenernos a gusto en el coche, disfrutando del viaje en un automóvil cálido y calentito.
Usar una manta
En lugar de utilizar un abrigo voluminoso, es conveniente tener siempre en el coche una manta grande y cálida. Por ejemplo, muchos niños ya suelen disponer de una manta favorita que les encanta usar en casa, por lo que cuando los acurrucamos con otra, generalmente no hacen ningún escándalo.
Colocando el abrigo al revés
Otro consejo tan simple como sencillo, y que ayudará a mantener al niño caliente en el automóvil, es simplemente colocarle el abrigo al revés una vez se encuentre abrochado en su sillita.
Consiste básicamente en colocárselo por encima, sujetándole las manos bien. Se convierte, de hecho, en una de las formas más útiles y convenientes a la hora de mantenerlos abrigados.