Reglas para hacer (aún más) feliz a un niño

Todos los padres y familiares luchan día tras día por hacer feliz a su niño. Pero, ¿sabías que hay reglas para que lo sean aún más? Te las contamos.
Reglas para hacer (aún más) feliz a un niño

Sabemos que la felicidad es muy subjetiva porque cada persona la interpreta de una manera diferente. Pero, si hay algo en lo que coinciden todos los padres y familiares que tienen un niño entre ellos, es en intentar conseguir que tenga una infancia feliz. En conseguir que el niño sea feliz.

Desde Ser Padres os hemos ayudado muchas veces a intentarlo. E, incluso, a medir el nivel de felicidad que tiene vuestro hijo en la actualidad. Por ejemplo, os hemos hablado del test de los tres deseos. Ese en el que hay que formular una pregunta al niño y, en función de la respuesta que nos dé, podremos identificar que si hay algún foco de estrés, si hay algo que le pone triste o, si al contrario, todo lo que le rodea le hace feliz.

También os hemos dado algunos trucos para aprender a detectar si vuestro hijo es feliz. Pautas de comportamiento infantiles que podrían alertarnos de que la felicidad vive en ellos. Algunas de ellas podrían ser una sonrisa habitual en el niño, el uso de lenguaje positivo por su parte, le ves motivado cuando realiza actividades de cualquier tipo, no se muestra agresivo con frecuencia ni sientes que tenga grandes miedos, tiene buenas relaciones personales o juega a menudo con otros niños.

Aunque el propósito de todo padre sea hacer feliz a su hijo, ¿sabías que hay algunas claves que pueden ayudar a que sea más feliz todavía en su infancia? De hecho, Silvia Álava, psicóloga infantil, ya hablaba de algunas de ellas en su libro hace algunos años. Afirma con rotundidad que los padres son los encargados de transmitir a los peques valores como la tolerancia, el perdón o el agradecimiento. “La felicidad viene determinada según numerosos estudios científicos en un 50% por la genética, un 10% por las circunstancias externas y un 40% depende de nosotros, de actividades intencionales y emocionales que nos llevan a ser felices”, aseguraba en su libro.

A sabiendas que los padres son el pilar básico para que los aumenten y construyan su propia felicidad, hemos seleccionado varias claves que pueden contribuir a que los niños sean aún más felices.

Dale un beso al despertar y al dormir

Es importante estar presente en la mayor parte de los momentos del día del niño pues, cuando sea mayor, no se acordará de los regalos materiales, sino de todo eso que vivió con sus padres.Darle un beso de buenas noches y otro al despertar le hace sentir seguro, protegido y muy querido e importante para nosotros.

2. Abrázalo cuando menos lo espere

Una frase popular dice “abrázame cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite”. Quizás está teniendo una rabieta y lo único que nos apetece es darle la espalda, pero en ese momento necesita mucho apoyo y amor por nuestra parte.Además, darle un abrazo en un momento imprevisto, en el que el protocolo no marca que haya que darlo, ayuda a que el pequeño desarrolle una buena autoestima y también es síntomas de una relación de apego seguro con sus padres.

Fortalece su autoestima

Os damos un montón de clave para hacerlo en este artículo.

Agáchate y ponte a su nivel cuando quieras hablar con él

En este artículo te contábamos los beneficios de agacharse al nivel del pequeño cuando queramos algo de él o cuando necesitemos hablar con él. Algo que ya hacen personalidades como el Príncipe de Gales.

Escúchalo activamente cuando te hable

La escucha activa ayuda a formar una buena imagen de sí mismo y a desarrollar la autoestima. Se sentirán queridos por ti y sentirán que su opinión te importa, por lo que reforzarán su amor propio.

Quiérelo por lo que es y no por lo que tú quieres que sea

Es importante que no esperemos nada específico de nuestros hijos, ni tampoco que pongamos en ellos expectativas o metas que nos hubiera haber alcanzado a nosotros. Es una persona ajena a nosotros, por lo que le guiaremos por el buen camino para que sea capaz de decidir por sí mismo qué es lo que le hace feliz. Y le haremos saber que siempre le apoyaremos.

No grites, ni le insultes, ni le compares (pero no te olvides de las normas y los límites)

Lo gritos, los insultos y las comparaciones entre hermanos dejan una huella emocional de por vida.Debemos olvidarnos de ellos y apostar por una crianza respetuosa, pero no a base de castigos y malas palabras.

No le sobreprotejas

Proteger a los niños es muy importante, pero hemos de ser conscientes de que su buen desarrollo depende de la autonomía y la independencia (con límites dependiendo de la edad).La sobreprotección cría niños inseguros, sin autoestima y sin pensamiento crítico para decidir por sí mismos.

Sé agradecido con él

Un ‘gracias’ nunca estará de más y reforzaremos la autoestima de nuestro hijo.

No le pongas etiquetas

¿Sabías que cuando etiquetamos a un niño, a partir de ese momento, intentará comportarse conforme dicte esa etiqueta? Por ejemplo, si le ponemos la etiqueta de ‘listo’ se sentirá siempre en la obligación de mostrar lo listo que es. Pero, si le ponemos la de ‘mentiroso’ su autoestima se verá dañada e, incluso, actuará aun peor para evitar decir mentiras.

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