Es cierto que a la mayoría de los bebés, y también a la mayoría de los niños pequeños, les encanta y les apasiona la hora del baño. Cálido y relajante, lleno de burbujas y excelentes olores, se convierte en un momento de disfrute en el que pueden seguir jugando, en esta ocasión con los juguetes exclusivos para el momento del baño.
Es más, incluso a medida que el pequeño crece, la hora del baño todavía sigue siendo una de sus actividades favoritas. Y es que originalmente hay pocas cosas más interesantes para un niño pequeño como escurrirse, salpicar y tirar agua en la bañera.
No obstante, que el bebé o niño pequeño haya disfrutado del momento del baño en la mayoría de las ocasiones no significa para que, en algún determinado momento, pueda sentir inquietud o miedo.
¿Qué hacer al respecto? Lejos de obligarle (ante el riesgo que puede suponer un niño irritable en el plato de ducha o en la bañera), una opción excelente es contar con algunas pautas y estrategias sencillas que serán de bastante ayuda a la hora de facilitar el baño de los niños pequeños.
¿Por qué el niño de repente no quiere bañarse?
La mayoría de los gustos, preferencias y aversiones de un niño pequeño tienden a desarrollarse como resultado de la forma única (y aún no desarrollada) en que ven el mundo. Y, precisamente, la hora del baño no tiene por qué ser diferente.
Por ejemplo, es posible que en cualquier otro momento tuvieran una experiencia negativa en la bañera. Y no tuvo por qué haber sido algo traumatizante. Al contrario, pudo bastar con algo tan simple como que el agua se encontraba demasiado fría o demasiado caliente, o que les entrara un poco de jabón en los ojos (y que, en consecuencia, empezara a causarles picor).
Por otro lado, a medida que el niño crece y se vuelve más independiente es normal que no quieran que se les interrumpa en ninguna de sus actividades importantes, como podría ser el caso de construir torres de bloques, jugar al escondite, colorear o bailar.
La importancia de tener paciencia (y mantener la calma)
En caso de que el niño/a haya comenzado a tener miedo al agua, es posible que simplemente haya empezado a sentirse abrumado por la gran cantidad de agua que hay en la bañera.
Así, en lugar de llenar la bañera como anteriormente hacíamos, podríamos ofrecerle la posibilidad de introducirse con la bañera vacía, y pedirle que abra el agua y que, finalmente, la cierren cuando esté listo.
Haciendo el momento del baño divertido

Si nuestro hijo/a ha comenzado a sentir miedo por el agua, o simplemente ya no se muestra tan interesado como antes, es posible hacer algo diferente que lo invite a volver a animarse y a tener ganas de la llegada del momento del baño.
Por ejemplo, es posible introducir un juguete nuevo, una botella de burbujas o incluso colorear el agua. Eso sí, independientemente de cuál sea el elemento nuevo que escojamos, es recomendable indicarle que solo será posible usarlo para la hora del baño. De esta manera, tendrán ganas de meterse en la bañera.
Haciendo las cosas diferente
Si ninguno de los consejos anteriores ha funcionado, es posible que sea útil cambiar el ambiente del baño. Evidentemente, no significa cambiar los azulejos del baño y convertir la bañera en un SPA. Basta simplemente con reproducir música relajante en unos altavoces Bluetooth, o encender una vela con un aroma delicioso (siempre manteniéndola debidamente vigilada).
También es posible leerles un cuento mientras juegan y se bañan. O hacer un auténtico baño de burbujas, lo cual puede resultar, además, tremendamente divertido. En definitiva, la clave está en cambiar los pasos a seguir y en proporcionarles algunas actividades diferentes.
Bañándonos con él
En caso de que no lo hayamos hecho antes, otra pauta sencilla y tremendamente fácil de seguir consiste en introducirnos con el niño en la bañera o ducha y bañarnos con él, predicando con el ejemplo.
De esta manera, podremos mostrarle a nuestro hijo pequeño lo divertido que puede llegar a ser el momento del baño, y dejarle que se divierta, por ejemplo, echándonos agua o poniéndonos jabón sobre la cabeza.