Ser Padres

El juego de roles

Te contamos todo lo que debes saber sobre los juegos de roles que utilizan los más pequeños para imitar a los padres.

El juego de roles es una actividad en la que los niños imitan el papel de los adultos, para reflejar las acciones que éstos realizan a diario. Cuando los pequeños desempeñan este tipo de juego, se fijan fundamentalmente en las acciones y las relaciones de los mayores para poder interpretar el papel de ser padre, madre, profesor, médico, etc.

Evolución del juego de roles

Este tipo de juego se inicia hacia los 2-3 años de edad y se prolonga durante la etapa preescolar y la primera infancia. Si el niño está bien estimulado, el juego de roles puede aparecer más temprano y habrá más “variedad” en el repertorio.

La primera vez que se manifiesta este tipo de actividad es con la imitación de sonidos, gestos y movimientos que adquieren los niños de sus padres como por ejemplo, dar besos, los guiños, posturas, etc.

Luego evoluciona hacia la creación de mundos imaginarios donde el niño habla solo y representa a distintos personajes que son parte de la misma historia. Esta dinámica será normal siempre que el niño tenga claro que se trata de un juego en que hay un principio y un final, en el que el pequeño retome su rol de niño.

Los pequeños deben ir adquiriendo capacidades y competencias a partir del juego de roles. Una vez, adquieren cierta independencia; el adulto debe implicarse en menor medida. De esta manera, el juego de roles evoluciona hasta convertirse en el juego cooperativo donde los pequeños jugarán en grupo en grupo y cada niño representará un papel durante la historia y entrarán en la ecuación las habilidades sociales, la comunicación, etc.

Qué beneficios tiene el juego de roles

Las ventajas de los juegos de rol para niños son de los más variados. Entre ellas podemos encontrar:

  •  La empatía. Es la primera de las ventajas que encontramos ya que gracias a ella, los pequeños consiguen ponerse en    el lugar de la otra persona interpretando sus sensaciones y movimientos.
  •  La imaginación. A la hora de elaborar cada personaje.
  •  Las habilidades sociales y las relaciones que surgen entre los participantes. Se aprende a cooperar, integrarse, ser  sociables y a compartir en grupo
  •  El niño aprende a crear y respetar unas reglas.
  •  Aumenta el interés del niño por las cosas que percibe de su entorno cercano. Como por ejemplo, imitar a un profesor,  o “cocinar” su comida favorita como lo hace mamá.
  •  Fomenta la autonomía del niño respecto a los adultos
  •  Desarrollo del lenguaje no verbal, como gestos u onomatopeyas como base para la creación del juego de rol
  •  Ayuda al desarrollo cognitivo del niño

El papel de los adultos

El juego de roles puede contribuir al aprendizaje del niño. Cabe la posibilidad en la que los adultos deben ayudar en la ejecución de este tipo de juegos.

Para ello, la intervención de los padres o maestros debe aparecer desde la observación del juego, y si fuera necesario, incorporarse al mismo desde el papel de un personaje más, es decir, desde un rol específico dentro de la historia. El carácter de este personaje puede ser principal o secundario basándose en el grado de autonomía e independencia del niño con respecto al juego.

Gracias a la observación, el adulto podrá acercarse a las creencias o suposiciones que tienen los niños sobre ciertos roles o trabajos. Durante el juego los niños presentan sus saberes o la ausencia de estos respecto a sus experiencias.

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