Celos en el hermano pequeño: ¿pueden aparecer?

Todos sabemos que cuando llega un nuevo miembro a la familia, pueden aparecer celos en el hermano mayor porque pierde “la atención”. Sin embargo, lo que no pensamos tanto es que el hijo pequeño también puede desarrollar tales sentimientos. ¿Quieres descubrir por qué?
hermanos

Aunque la gran mayoría de hermanos tenga una buena relación y sea incluso una de las más fuertes de su vida, también puede ser normal que aparezcan celos entre ellos. Lo que todos tenemos en mente cuando pensamos en esto son los sentimientos del hermano mayor hacia el pequeño cuando acaba de nacer. Pero la realidad es que los celos en el hermano pequeño también existen. Realmente no solo depende del orden de llegada a la familia, otras causas pueden dar pie a provocarlos.

¿Por qué pueden aparecer?

Cuando un niño es pequeño es lógico que sea dependiente de sus padres y, por lo tanto, es normal que uno de sus mayores temores sea perder sus cuidados y su atención. En este sentido, es común que aparezcan los celos, especialmente entre el año y medio y los 5 años de edad, ya que este es un período importante, en él se fortalecen los vínculos afectivos.

Asimismo, un factor que se debe tener en cuenta es que cuanto menor sea la diferencia de edad entre los hermanos, más probabilidad hay de que existan celos. Tiene que ver con que sus necesidades son parecidas y claro, necesitan de sus padres al mismo tiempo.

No obstante, además de estos puntos, otras causas desencadenantes tienen que ver de manera directa con la forma de actuar de los padres. Por ejemplo, cuando los progenitores muestran una actitud desigual, dando más “ventajas” positivas al hijo mayor es probable que también aparezcan. De hecho, el dejar algo de responsabilidad en el hermano más mayor puede que no sea del todo entendido por el resto de hermanitos.

Además de esto, si los padres hacen comparaciones entre sus hijos, puede resultar bastante perjudicial para los niños, ya que pueden desarrollar conductas de rivalidad con sus hermanos. Si a todo ello le sumamos la posible ausencia de afecto y de límites, puede nacer en el niño la necesidad de cariño y el no saber tolerar compartirlo con otras personas.

Como todo en la vida, un punto que no debemos olvidar tampoco es la propia perspectiva del pequeño, pues puede que esta sea distorsionada a pesar de que sus padres estén tratando a todos de la manera más justa. Por otro lado, los niños que son más sensibles y aquellos que se frustran más ante los cambios, son los más propensos a desarrollar estos sentimientos.

¿Cómo se pueden evitar?

Como hemos visto, algunas causas son puramente evolutivas y no tienen que ver con los padres. Pero es cierto que algunas de ellas sí que se relacionan con ellos y, analizar algunas actitudes podría servir de ayuda para evitar los celos. Si es tu caso, ten en cuesta esto:

  • No hagas comparaciones entre ellos. Aunque a veces lo hagas con el fin de que uno siga el ejemplo del otro, puede acabar en rivalidades innecesarias.
  • Sé justo con la forma en las que tratas a tus hijos y los “privilegios” que recibe cada uno.
  • Intenta ser comprensivo con los temores de los niños y entiende sus sentimientos.
  • Trata de ser equitativo con el tiempo y la atención que dedicas a cada uno de manera individual.
  • Si uno de ellos tiene mal comportamiento es porque busca una forma de llamar la atención. Lo mejor que puedes hacer es no etiquetarlo como “es el más trasto” o adjetivos similares. De hecho, cuando se porte bien, puedes felicitarle por ello.

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