Cómo enseñar a los niños a aprender de sus errores

Aunque a veces se tenga la concepción de que los errores son algo malo, lo cierto es que pueden convertirse en la mejor alternativa de aprendizaje para los más pequeños. Conoce aquí los beneficios que pueden obtener los niños cuando cometen fallos y cómo puedes enseñarlos a aprender de ellos.
Cómo enseñar a los niños a aprender de sus errores

Siempre hemos oído que de los errores se aprende, pero cuando nos equivocamos no podemos evitar sentirnos algo mal. Y claro, cuando son los niños los que fallan, daríamos lo que fuera para no cometiesen ningún error. Sin embargo, la realidad es que si los pequeños cometen fallos, no es nada perjudicial, y si les ayudamos a superar los errores será la mejor oportunidad de aprendizaje para ellos.

Dejar que los niños cometan sus propios errores es una de las formas más interesantes para ayudarlos con su desarrollo y su maduración. Permitir que fallen es darles la libertad para que aprendan “lecciones de vida”. Lo que debemos hacer, no es evitar que tomen decisiones, sino guiarlos cuando tomen las menos acertadas.

¿Qué es lo que realmente obtienen?

Aprenden cosas nuevas

Puede ser lo más obvio, pero de todo error, siempre se puede obtener algún conocimiento nuevo. Dejemos que los más pequeños adquieran su propia experiencia.

Ganan autonomía y son capaces de hacer cosas por sí solos

Si conseguimos que los niños vayan valiéndose por sí mismos ganarán mucha autonomía. Y aunque al principio haya que hacer de “guías”, poco a poco serán capaces de hacer más tareas y tomar decisiones sin tanta ayuda. Y esto podemos aplicarlo desde que son bien pequeños y con cosas cotidianas del día, como aprender a ponerse un pantalón o abrocharse los cordones.

Toleran la frustración

Esto es así, en la vida siempre hay decepciones, por lo que nuestro objetivo es lograr que los niños entiendan su existencia y que aprendan a superar los fracasos. No se trata de centrarse en conseguir siempre la victoria, sino también en pensar en el camino que se ha escogido y en reflexionar sobre lo que se puede aprender de él.

Mejoran muchas capacidades

Cuando un niño comete un error, si aprende de él, aumentará su resiliencia y ganará confianza. Por ende, su felicidad consigo mismo será mayor e incluso mejorará sus habilidades emocionales.

¿Cómo podemos ayudarlos?

Ahora que sabemos los beneficios que pueden obtener al equivocarse, así podemos ayudarlos a aprender de sus errores:

  • Aceptar a los niños tal y como son, y hacer que sientan que tienen nuestro cariño incondicionalmente.
  • Cambiar la forma de ver los errores, no tratarlos como si fueran un fracaso, sino como una forma de aprender y como parte de la vida.
  • Hacerles ver que todos cometemos errores y contarles algunos propios como signo de humildad y experiencia. También podemos hablarles de ejemplos de fallos y enseñarles las consecuencias derivadas y cómo se puede aprender de ellos.
  • Enseñarles a experimentar y a buscar respuestas por sí solos. De esta forma también se sentirán orgullosos y satisfechos cuando consigan encontrar alternativas.
  • Si comentan alguna solución adecuada, alabar su decisión y su capacidad resolutiva.
  • Ayudarles a confiar más en ellos mismos y mejorar su resiliencia.
  • Si cometen un error, debemos orientarles sin caer en sobreprotegerles o en ser demasiado permisivos.
  • Si el fallo es grave deben aprender a responder por sus actos, sin huir y sin ponerse a la defensiva.
  • Algo importante es que también aprendan a identificar cuándo se han equivocado y reconozcan sus errores. Y en caso de ser necesario, que aprendan a disculparse.

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