Si estás siempre enfadada con tus hijos, este es el momento y la forma de solucionarlo

¿Te has parado de pronto y te has preguntado que llevas demasiado tiempo enfadada con tus hijos y no has tenido claro realmente el motivo?
mujer con ansiedad en casa

Sí, no es algo que solo nos haya pasado a ti o a mí, es una sensación muy frecuente y muy común cuando lo comentas con amigas y familiares.

Demasiadas veces, las madres nos hemos quedado sorprendidas al darnos cuenta de que estamos continuamente enfadadas y parece que es siempre con ellos, con nuestras hijas e hijos. Digo lo parece, has leído bien.

Realmente hay muchas razones para que el estado de ánimo sea especialmente negativo durante la crianza, no es sencillo y no hay un manual de instrucciones que nos resuelva todas nuestras dudas así que analicemos punto por punto aquellos más frecuentes.

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¿Por qué crees que puedes estar siempre enfadada con tus hijos?

1.- Por agotamiento. Es la razón más evidente y sin duda la más frecuente. El agotamiento físico y mental nos pasa factura. Afecta a nuestra forma de ver la realidad, afecta a nuestra paciencia, afecta a nuestro sentido del humor. Nos afecta negativamente.

¿Qué hacer? Trata de descansar cuando puedas, como puedas y donde puedas. A lo mejor una siesta de quince o diez minutos es mucho más importante que hacer otras muchas cosas que se van agolpando en la agenda.

2.- Por enfocar mal. Estás enfadada con tus hijos ¿por qué? ¿porqué son movidos, porqué quieren jugar, porqué se comportan como lo que son, niños? Pues lo mismo estamos enfocando mal y precisamente esto no es motivo de enfado ¿no crees?

¿Qué hacer? Piensa si realmente es motivo de enfado, a lo mejor te llevas una sorpresa y eso hace que cambie tu actitud para con tus hijos.

Una de las recomendaciones que hacen desde la Universidad de Harvard en su Informe de Salud Especial sobre el Manejo del estrés, es que te tomes tu tiempo para detenerte, para respirar, para reflexionar y para elegir, o para enfocar que es lo mismo.

3.- Por dar importancia a lo que quizás no lo tenga. Un poco lo que hemos dicho en el punto anterior pero también piensa que quizás que hablen en un restaurante no es tan grave, que tarden a la hora de cruzar de tu mano un paso de cebra no es tan grave, que se abrochen el abrigo mucho más despacio que si se lo abrochadoras tu pues tampoco es tan grave.

¿Qué hacer? Relativizar. Sí el tiempo a veces apremia pero no siempre, a veces hay que parar o por lo menos llevar el mismo ritmo que nuestros hijos y no al revés.

4.- Por no ser consciente de su propia independencia. Han crecido desde que eran bebés y poco a poco quieren moverse, quieren desplazarse, quieren conocer y explorar ¿nos podemos enfadar por eso? pues poder podemos porque lo hacemos pero no es lo más sensato ¿verdad?

¿Qué hacer? Verlo como una proeza y no como una molestia, es un paso en su crecimiento, en su desarrollo y tu tienes la suerte de estar ahí para acompañarle y celebrarlo juntos.

5.- Por no distinguir entre lo que quieren y lo que necesitan. La mayor parte de las veces no coincide, por ejemplo no quieren irse a dormir ni cuando están realmente cansados pero sabes que lo necesitan así que quizás sea mejor invertir un poco más de tiempo en mantener sus rutinas que en enfadarnos con ellos porque están superados ellos también.

¿Qué hacer? Participar con ellos, aparcar durante un momento el resto de ocupaciones y formar parte de sus rutinas. Marcas las normas y las pautas y aunque no lo hagan de forma explícita, lo agradecen y por supuesto lo necesitan.

6.- Por no elegir las batallas. No todas son iguales, no es igual de importante que no metan los dedos en el enchufe como que ensucien la mesa después de comer ellos solos un yogur, por ejemplo. No merece la pena que todo sea una discusión, ni por ti ni por ellos.

¿Qué hacer? Verlo como lo que es, se trata de criar y educar, no de pelear por todo y en todo momento. No merece la pena tanto desgaste improductivo.

7.- Por olvidarte de ti. Sí, cuidarte no es ser egoísta, cuidarte es saber que así vas a poder cuidar mejor de ellos. Organizar el día o la semana para sacar un rato para ti, un momento en el que leer o descansar o dormir o charlar con una amiga de cualquier tema que te interese más allá de la familia, la crianza y los niños.

Sunali Gupta, psicóloga clínica y colaboradora de UNICEF apuesta por convertir las pequeñas prácticas de cuidados personales en pequeños rituales que en definitiva, se convierten en inversiones en beneficio de nuestro bienestar mental.

¿Qué hacer? Recupera un momento de autonomía o de pareja, tu decides pero no pienses que no merece la pena porque influirá positivamente en tu relación con tus hijos.

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