Por qué es bueno enfadarse (alguna vez) con tus hijos, según Álvaro Bilbao

Álvaro Bilbao defiende que el 90% de los enfados con los niños son evitables, pero cree que no está mal hacerlo alguna vez por estos dos motivos. 
padre enfadado

Álvaro Bilbao, el experto en educación positiva más conocido y seguido en España por las familias, y la palabra enfado no parecen encajar en el mismo sentido. Pero hay una excepción: el neuropsicólogo cree que hay dos motivos por lo que es incluso bueno enfadarse alguna vez con nuestros hijos. Eso sí, con control, como al final de esta pieza te contamos.

El propio Álvaro Bilbao aclara en la pieza de divulgación publicada en su blog personal en la que reflexiona sobre el enfado que “una educación basada en enfados es una educación muy pobre, incluso destructiva para los niños”. Recalca que no conviene enfadarnos con ellos y ellas, que es fundamental crear un clima amable y positivo en casa, que el 90% de los enfados son evitables y que la forma más eficaz para no enfadarnos tanto y que la dinámica familiar funcione “es aprender a poner límites y normas sin dramas y fomentar una educación positiva”.

También reconoce el experto en el cerebro de los peques que enfadarse con ellos “es un rollo” para los niños y niñas y también para los adultos. Sin embargo, reconoce que es “imposible” que no nos enfademos alguna vez los adultos. Y hasta cree que es importante hacerlo en alguna ocasión. “No cuando nuestros hijos tienen seis meses o un añito, pobrecitos, pero a medida que se van haciendo mayores..es importante”, apunta.

Los dos motivos por lo que es bueno enfadarse alguna vez

Para Álvaro Bilbao son dos los motivos que explican por qué es bueno enfadarse con los peques en alguna ocasión.

“Desde mi punto de vista sólo hay dos motivos realmente importantes. Y la verdad es que son don motivos TAN IMPORTANTES que no querría que ninguno de mis hijos crecieran sin aprenderlos”, reflexiona el neuropsicólogo en este post.

Enfado - Getty Images/iStockphoto

En primer lugar, Álvaro Bilbao cree que es bueno porque enfadarse valida el sentimiento de enfado en los niños. “Es fundamental que tus hijos sepan que pueden sentirse enfadados. Que tienen derecho a sentirse enfadados y que no hay nada malo con enfadarse de vez en cuando”, explica.

Dice Álvaro Bilbao que si los adultos no nos enfadamos, lo más probable es que los peques piensen que tampoco pueden hacerlo. “Enfadarse es un sentimiento totalmente humano y natural y todos todos todos los padres nos enfadamos de vez en cuando con nuestros hijos. [...] Todos los padres nos enfadamos, así que no dejes creer a tus hijos que sus enfados son una anomalía o algo de lo que avergonzarse”, argumenta el experto.

Por otro lado, el segundo motivo por el que Álvaro Bilbao recomienda enfadarse de vez en cuando con los niños es que de esta forma van a aprender a gestionar y canalizar dicho el enfado cuando sean ellos los que lo experimenten. “¿De quién quieres que lo aprendan? ¿De tí o de alguna otra persona cualquiera que conozcan en su vida? ¿Del profesor más gritón del instituto? ¿De un compañero abusón? ¿De un dibujo animado?”, se pregunta Bilbao. Él tiene clara la respuesta: prefiere que sus hijos aprendan de él o de su mujer a identificar y gestionar los enfados.

Enfados con control

A poder ser, a medida que aprendemos también los adultos a gestionar nuestros enfados, Álvaro Bilbao recomienda aplicar cinco reglas con uno mismo cuando se enfada con los peques. Son las siguientes:

  • Enfado antes de rebosar: “me enfado antes de rebosar el límite, cuando algo me molesta o veo que la situación se puede poner peor”, dice el neuropsicólogo. “De esta manera tengo la dosis suficiente de autocontrol para enseñar a mis hijos que no hay que perder el control cuando uno se enfada”, añade.
  • Cuidando el lenguaje: “ce enfado sin insultar o decir palabrotas para enseñar a mis hijos que no hay que perder el respeto por los demás cuando nos sentimos enfadados”, explica Álvaro Bilbao.
Enfado de un niño
  • Lenguaje gestual: el lenguaje gestual es importante cuando nos enfadamos, es parte del aprendizaje emocional para los niños. “Me enfado con cara de enfado, con brazos de enfado y voz de enfado, pero sin gritar o tirar cosas para que no se sientan asustados”, expone Álvaro Bilbao. “Para un niño pequeño la imagen de un adulto enfadado puede ser aterradora, así que enfadarse con calma y moderación siempre ayuda a los niños a entender el enfado en lugar de asustarse y no entender nada de lo que pasa”, recalca.
  • Comunicación verbal: la cuarta norma de Álvaro Bilbao para los enfados es “decir lo que no me gusta y cómo lo podemos arreglar para que todos sepamos de dónde viene el enfado y cómo podemos arreglarlo”.
  • El teatro: la quinta norma es más un consejo especial. Así lo explica el propio Álvaro Bilbao: “cuando ya no puedo más y me pilla desprevenido utilizo mi truco especial, me enfado como un ogro, como un elefante o como un oso enfadado, levantando los brazos y lanzando mi gruñido especial, haciendo un poco de teatro y de broma para poder expresar toooodo mi enfado, para que los niños lo sientan, pero tenga un punto divertido que les haga saber que, aunque haya perdido la paciencia… nada ha sido tan grave”.

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