En una sociedad y una cultura como la china, la educación y el respeto a los mayores son pilares clave a la hora de sostener el resto de la base de la sociedad. De ahí que sea impensable desafiar a padres o abuelos y a superiores, por ejemplo profesores o en un trabajo. Para ellos la disciplina, el respeto y la obediencia en este sentido es algo que no se duda y que es fundamental para todo ser humano.
Hasta ahí estamos de acuerdo con esta filosofía china tan arraigada en el país. Sin embargo, ¿Qué sucede cuando la disciplina y el castigo por desobedecer a los padres impera de tal manera que es lo único prioritario en la relación entre padres e hijos? Ocurre que el afecto, el cariño y la comprensión pasa a un segundo plano ya que se considera que es un símbolo de debilidad. De ahí que surja como un fenómeno los conocidos como 'padres digitales' en China.
¿Qué son los 'padres digitales'?
Desde hace unos años en la versión china de Tik Tok, conocida como Douyin, se hicieron bastante virales varias parejas que actuaban a modo de juego de rol haciendo las veces de padres ficticios de sus seguidores. Una relación fraternal en modo virtual en la que simulaban que estaban hablando con su hijo o hija en modo videollamada, les daba consejos o les mostraban su afecto o cariño ante algo bueno o malo que les hubiese sucedido a sus supuestos 'hijos digitales'.

Es decir, los usuarios encontraban en estas parejas todo lo que no tenían en sus padres verdaderos poco dados al afecto, a la cercanía y más enfocados en el protocolo, la disciplina, la excelencia académica o el cumplir con los dictados de las normas.

Al contrario, lo que les hizo famosos, hasta convertirse en todo un fenómeno social, a estas parejas de internet es que nunca actúan como los padres estrictos y severos en realidad, sino que les ofrecen ese amor y esa comprensión que estos jóvenes chinos echan en falta de su hogar.
Un fenómeno creciente
Tal ha sido la acogida, que estos influencers de Tik Tok no paran de recibir mensajes para "adoptar" a más y más hijos digitales. Jóvenes que mandan mensajes casi a diario a sus 'padres virtuales' contándoles cómo les ha ido el día, qué les preocupa, compartiendo con ellos alguna noticia buena que tengan o simplemente compartiendo su vida personal con ellos. Y todo con la esperanza de recibir ese afecto, esa palabra de amor o ese gesto cercano que les reconforte.
Buscan desesperadamente la aprobación (pero no desde la disciplina, la exigencia o el castigo) y el afecto que sus padres reales nunca les dieron o les dan en su día a día. Y gracias al fenómeno de los 'padres digitales' en China, muchos jóvenes del país están sintiendo una gran satisfacción personal y emocional.