Cuatro estrategias de psicología compartidas por Álvaro Bilbao para evitar gritar a los niños

Dice el psicólogo Álvaro Bilbao que podemos conseguir evitar gritar a los niños si somos capaces de autoregularnos emocionalmente. Estas cuatro estrategias te ayudarán a lograrlo.
niño grito
Una niña, gritando a una persona adulta - Getty Images/iStockphoto

Dice el neuropsicólogo Álvaro Bilbao que si tu hijo o hija grita cuando se enfada o quiere conseguir algo, no te lo tomes como algo personal porque “es solo la frustración queriendo salir de su interior”. Y sí, tiene razón, pero también hay que reconocer que es muy difícil autorregularse en esos momentos de tanta tensión y estrés y no ponernos a su altura. Por eso, quizá puedan ayudarte a conseguirlo estas estrategias de psicología para evitar gritar a los niños recomendadas por el propio Bilbao.

En opinión de Álvaro Bilbao, la clave para evitar las desastrosas consecuencias de gritar a un niño radica en ese segundo en el que nuestro cerebro quiere soltar lo primero que le pasa por la cabeza. Es decir, es clave conseguir autorregularnos, y al mismo tiempo, ser capaces de regular a los peques.

Por este motivo, el neuropsicólogo, que también conoce el truco para que los niños te atiendan siempre que es más efectivo que gritar, comparte hasta cuatro estrategias de corregulación efectivas. Son consejos que te van a poder ayudar en muchas situaciones cotidianas que se te van a presentar durante la crianza porque, no te engañes, tarde o temprano, más a menudo o menos, todos los peques pasan por el momento gritos.

Una madre, apuntando de gritar a su hijo - Getty Images/iStockphoto

Como los hábitos recomendados por la educación positiva si gritas a tu hijo, las cuatro estrategias de psicología que recomienda Álvaro Bilbao tienen que ver, como vas a ver, con cuidar el mensaje que damos, con darle importancia a nuestra respuesta verbal. 

  • Evitar respuestas amenazantes

En estas situaciones de estrés tendemos a optar por mensajes directos, amenazantes a menudo, como “¡No me hables en ese tono!”, a veces acompañados además por el dedito levantado, apuntando al peque.

Lo que Álvaro Bilbao recomienda es cambiar ese mensaje por otro más pausado, comprensivo y empático, de validación pero que al mismo tiempo marque límites. Por ejemplo, este: “Entiendo tu enfado y cuando dejes de gritar podremos hablar”.

  • Evitar respuestas críticas a su actitud

Álvaro Bilbao también aconseja meter el dedo en la llaga de nuestro hijo o hija con la respuesta que le damos cuando nos grita mucho. En este sentido, su consejo es eliminar de la lista de posibles respuestas aquella que se parezca a esta: “¡Deja de gritar! ¡Últimamente estás gritando mucho!.

A cambio, el consejo del neuropsicólogo es que le hagamos ver que le sentimos enfadado, y que le llevemos poco a poco hacia la calma para poder hablarlo. Por ejemplo, de esta manera: Últimamente te noto enfadado. Me gustaría saber lo que te tiene tan enfadado, pero para poder explicarlo mejor tienes que estar un poco más calmado”.

Una mujer, gritando. - Liza Summer - Pexels
  • Pedir que desista

Pedirle a un hijo o hija que deje de gritar cuando está en plena erupción volcánica a nivel emocional es echar más gasolina al fuego. Por ello, Álvaro Bilbao recomienda que evitemos decir este mensaje, o parecido, a los peques en estas situaciones tensas y estresantes: “Gritando no vas a conseguir nada, así que para ya”.

Una forma de decirle lo mismo pero en un tono muy diferente es este ejemplo aconsejado por el neuropsicólogo: “Ya sé que quieres quedarte en el parque más tiempo, pero ya es hora de volver a casa. Lo siento, pero gritando no lo vas a conseguir…”.

  • Decirle que no lo soportas

Es normal que no soportes que tu hijo o hija grite a menudo. Tanto si es a ti como si es a otra persona. Pero decírselo tal cual no va a ayudar. Por lo menos, no a él o ella, así que evita las frases tipo “¡No soporto que me grites!".

Puedes reformular el mensaje si te paras un segundo a pensarlo (esto es lo más difícil de conseguir en estas situaciones) y decirle algo parecido a esto que recomienda Álvaro Bilbao: “No, cariño, lo siento. Mamá no habla con personas que le gritan, yo solo hablo con personas que me hablan normal; prueba a hablar más calmado”

Recomendamos en