Ser Padres

Cómo recuperar la intimidad con la pareja después de tener un bebé

Después de tener un bebé todas las conversaciones giran en torno a él, y es normal que cueste volver a reconocerse como pareja. Afortunadamente, ser padres y seguir enamorados es posible, al igual que volver a recuperar la intimidad.

Un estudio publicado en el año 2018, en el que involucró a 1.000 padres, expuso una imagen bastante preocupante sobre las relaciones íntimas de las parejas después de haber tenido niños. Según se encontró, casi la mitad de las mamás afirmaron que tener hijos empeoraba su vida sexual, mientras que la mayoría reportó una disminución general de la libido.
No obstante, también es cierto que el 40 por ciento indicó que su vida sexual no había cambiado, a la vez que alrededor del 13 por ciento dijo que su vida sexual había mejorado desde que se convirtieron en madres.
Pero, ¿qué se consideraría “normal” en nuestra cultura? De acuerdo a las estadísticas, la pareja casada promedio tiene relaciones sexuales alrededor de 58 veces al año, lo que equivale aproximadamente a una vez por semana. Según distintas encuestas, este número tiende a evocar diferentes respuestas en las parejas. Por ejemplo, algunos piensan que es acertado; otros que es demasiado y otros muy poco.
En cualquier caso, y tal y como señalan los expertos, lo más importante es tener en cuenta siempre lo que cada cual consideramos como normal, tanto para nosotros como para nuestra propia pareja, y si eso cambia después de tener niños de una manera destructiva para el matrimonio.
A lo que debemos sumarle otras cifras, según las cuales entre el 15 y el 20 por ciento de las parejas casadas rara vez tienen relaciones sexuales (si es que lo hacen). Pero, ¿qué se podría considerar como una “pareja asexuada”? Algunos dicen que tiene relación con aquellas parejas que no han tenido ningún tipo de intimidad en los últimos seis a 12 meses. Mientras que algunos expertos asignan un número determinado: 10 veces (o menos) en el último año.
Pero esto no significa que las relaciones íntimas en pareja se hayan ido para siempre. A continuación, descubrimos algunas formas sencillas de recuperar la intimidad con la pareja, especialmente después de haber tenido un bebé.

Esforzarse por volver a ser amigos

Foto: Istock

Esforzarse por volver a ser amigosFoto: Istock

Pasar tiempo con la pareja, sin la preocupación de tener a los niños por medio, puede recordarnos por qué nos gustó en primer lugar. El tiempo a solas se convierte en un maravilloso recordatorio de quiénes somos realmente, y nos puede permitir volver a conectar con la pareja de nuevo.

Crear nuevas formas de volver a conectar

Estar cerca de la pareja no se trata únicamente de tener relaciones sexuales. Lo que muchos han llegado a denominar como la paternidad moderna requiere una definición nueva o, al menos, mucho más ampliada de la intimidad.
Además, no es necesario un esfuerzo hercúleo para conseguir que nuestra pareja se sienta apreciada o importante. Algo tan simple como un rápido beso de despedida, decir “buenos días” diariamente, coquetear o preguntarle cómo fue su día cuando nos reunamos puede ser suficiente.

Experimentar

Ahora es el momento ideal de romper con la rutina. No se trata únicamente de la frecuencia, sino sobre todo de lo que hacemos con el tiempo que tenemos.
Por ejemplo, muchas de las mamás que vieron cómo sus relaciones íntimas se rejuvenecían lo hicieron experimentando con juguetes sexuales, explorando nuevas posiciones, o simplemente haciendo cosas nuevas.

Tomarse tiempo para cuidar nuestro cuerpo

Evidentemente, esto no significa necesariamente tener que perder peso, aunque a menudo este tienda a ser siempre el objetivo. Sentirse mejor con uno mismo puede provenir de hacer cosas que nos hagan sentir mejor, desde correr a meditar, pasando por practicar yoga o, simplemente, aprender una nueva habilidad o pasar mucho más tiempo con los amigos.
Lo esencial, y esto es muy importante, es crear o recuperar actividades que nos hagan sentir felices y seguros.

La importancia de aceptarse

Uno de los principales cambios ligados al embarazo y al parto es el de la transformación del cuerpo femenino: aumento de peso, estrías, episiotomía, cesárea… Un cuerpo que, al final, puede tardar en volver a recuperar su estado anterior.
A menudo, a las nuevas madres les resulta muy difícil aceptar este nuevo cuerpo, y todas las complicaciones que conlleva, porque, además de cambios físicos, también hay dolores y síntomas psicológicos.
La identidad siempre se logra parcialmente cuando se soporta una transformación física tan profunda, como el embarazo, y la imagen que tenemos de nosotros mismos está íntimamente ligada a nuestra sexualidad. Motivo por el cual es normal y comprensible que la sexualidad posparto sea, en ocasiones, tan difícil de encontrar.
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