Es una realidad: el cuerpo de la mujer es asombroso. Y más allá de cómo sea o deje de ser, hablamos de asombro por lo que es capaz de hacer. Solo hay que pensar en que puede dar forma a una nueva vida, y eso es algo totalmente mágico. Una impresionante imagen viral nos muestra el momento en el que los huesos de una embarazada se mueven en el trabajo de parto para abrir paso a un bebé que llegaba al mundo.
Como ya decíamos, el cuerpo de la mujer tiene la capacidad de gestar nuevas vidas en su interior. Vidas que llegan al mundo gracias al parto, el proceso necesario para dar a luz.
Pues bien, si ya durante la gestación el cuerpo vive las correspondientes alteraciones necesarias para que se dé el desarrollo del niño, también en el momento del parto tienen que darse algunos cambios que permitan la salida del bebé al exterior.
Por ejemplo, uno de los cambios más evidentes son las contracciones, esos intensos movimientos musculares que ayudan a que nazca el bebé. Asimismo, la pelvis tiene que transformarse para crear el espacio que necesita el niño para poder salir. En este aspecto, para que esto sea posible, los músculos y huesos de la parte baja de la espalda tienen que ponerse en acción. De hecho, durante la segunda fase del parto, la zona de la pelvis se vuelve flexible gracias a la hormona de la relaxina para poder dar paso al bebé.
Estas transformaciones normalmente no son visibles al ojo humano, pero gracias a una increíble fotografía que se ha extendido por las redes, hemos podido ver a la perfección uno de estos cambios del cuerpo.
La imagen del momento
La imagen ha sido publicada de manera original en el perfil de Instagram de North Dallas Doulas Associates (@northdallasdoulas) y se puede observar a una mujer embarazada con un curioso detalle en la parte baja de su espalda, que es por lo que precisamente ha llamado la atención.
Tal y como cuentan en la descripción de la publicación, se trata de una pequeña protuberancia (un bulto) que es conocida como rombo o cuadrilátero de Michaelis, un área que incluye las tres últimas vértebras lumbares, el sacro y un ligamento que va desde la base del cráneo hasta el sacro.
Es a lo largo de la segunda fase del parto cuando esta zona se mueve hacia atrás (como se ve bien en la foto) y esto lo que hace es permitir que la pelvis tenga un diámetro más grande. Una transformación que va de la mano con la de la cabeza del bebé, ya que esta también se deforma algo para poder pasar por la pelvis de su mamá.
Y es que, a veces, una imagen nos puede ayudar a entender muchas cosas, y este es un claro ejemplo de ello. Gracias a ella también vemos la importancia que tiene que la madre se coloque en la posición que más cómoda le resulte, para así dejar espacio libre y sin presiones a su cuerpo y facilitar, ante todo, el nacimiento del bebé.