Se acerca ese momento del año en el que la ilusión se desborda en los niños… y también en los adultos. Que esto sea así es maravilloso, por supuesto, solo faltaba, pero conviene poner un puntito de cordura para que esa sobredosis de felicidad navideña no conduzca a lo mismo de casi siempre: la inundación del salón de casa el día 6 de enero por la tarde con bolsas y más bolsas de regalos abiertos a lo largo del día.
No es nada sencillo gestionar el exceso de regalos de Navidad. Y no lo es porque la tarea es doble: primero hay que hacer el ejercicio internamente, con vosotros mismos, en casa, para evitar el exceso de juguetes, y luego hay que hacer lo propio con el resto de la familia. Esto ultimo es, sin duda aluna, mas difícil.
Lo que esta claro es que un exceso de juguetes y regalos navideños genera una sobredosis de estímulos en los peques, a los que les cuesta centrarse en qué jugar. No hace falta que los especialistas alerten sobre ello, cosa que hacen por ejemplos los psicólogos mediante esa figura que utilizan para describir esta realidad que llaman “niño hiperregalado”. Lo vemos en cuanto hay niños pequeños en la familia. Y siempre pensamos lo mismo: el año que viene no puede pasar. ¡Estáis a tiempo de que así sea!
Para ello, os dejamos a continuación algunos consejos de distinta naturaleza que pueden serviros para completar ese proceso mediante el cual se evite el exceso de regalos navideños, tanto en casa como en la de vuestros familiares.
Cónclave familiar
Si algo favorece las nuevas tecnologías es la comunicación global. Podéis hablar con cada unidad familiar por separado o emitir una especie de comunicado familiar que podéis compartir vía WhatsApp con ellos en el que les expliquéis por qué consideráis oportuno y necesario limitar el número de regalos.
El resto, para sus respectivas casas
Habrá quien presente resistencia a vuestra decisión aunque la argumentéis bien. Podéis curaros en salud y explicar bien de viva voz o a través de la misma comunicación escrita que el exceso de regalos no entrarán en vuestra casa, sino que deberán quedarse allí donde Papá Noel y los Reyes Magos los dejen. Veréis cómo tiene su efecto…
No todo juguetes
En la variedad está la clave para que los regalos navideños se aprovechen al máximo. Si junto a los juguetes llegan juguetes de movilidad, experiencias, disfraces, libros o juegos de mesa, incluso ropa si la necesitan, por citar ejemplos distintos, los peques podrán hacer uso de todos los regalos. Así que intentad trabajar con previsión en el reparto de chivatazos familiares para que los regalos, además de limitados, sean variados.
Limitar la cantidad de artículos en la Carta
Esto es esencial, sobre todo porque es el momento más efectivo para que los peques reflexionen y razonen por sí mismos. Intentad hacerles ver que no necesitan tantas cosas: preguntadles por sus juguetes, si los usan todos, si saben dónde están guardados y si creen que es justo tenerlos olvidados. Además, podéis aplicar algún truco para que entiendan dicha limitación. Por ejemplo, una petición por rey mago o la regla de cuatro. Esta última incluye algo que deseen, algo que usar, algo que necesiten y algo para leer. Si son mayores, podéis poner en práctica el amigo invisible en Navidad.
Papá Noel o Reyes Magos
Este consejo es obvio pero no por ello debemos dejar de mencionarlo porque es el más efectivo de todos para limitar el exceso de juguetes. Además, así podréis mantener intacta la ilusión de los peques por una fecha especial. Si reciben regalos en ambas se pierde parte de la magia. Y si lo hacéis, aseguraros de que no se supera el límite de regalos establecidos para la Navidad.
Regalos compartidos
A nivel familiar es más difícil, pero en casa podéis pensar en una experiencia o en regalos que puedan ser disfrutados en familia, de manera que se entreguen para todo el grupo, no solo para uno de sus miembros. Juegos de mesa, un viaje, unas entradas para un espectáculo… Hay muchos ejemplos.
Dejar regalos para otra época del año
Tener siempre a mano una pequeña lista en la que apuntar cosas que creéis que les pueden hacer ilusión a los peques de la casa es una gran manera de poder sorprenderles en otras fechas del año. Seguro que disfrutan muchísimo más de un regalo en abril que de diez el 6 de enero.
Nada de publicidad al hacer la carta
No hay decisión más materialista que poner a los niños a hacer la Carta a los Reyes Magos con un catálogo de juguetes como fuente a su lado. ¡Lo van a querer todo, son niños! En cambio, si cada uno escribe su carta a partir de la reflexión personal, seguro que llegan a conclusiones mucho más certeras sobre lo que de verdad desean y quieren.