Nuestro cerebro es el órgano más complejo del cuerpo humano, y del que menos sabemos a día de hoy. Su manera de funcionar sigue siendo un misterio para los científicos, quienes conocen una porción demasiado pequeña para la importancia que tiene en nuestro organismo. Algo que sí sabemos es que está dividido en dos, hemisferio derecho y hemisferio izquierdo, y cada uno se encarga de diferentes misiones, además de la parte contraria del cuerpo, es decir, el hemisferio izquierdo se encarga de dar órdenes a la parte derecha de nuestro cuerpo, y viceversa. Esta función la denominamos lateralidad, y de ella proviene que nos denominemos zurdos o diestros: según el lado que mejor dominemos, seremos uno u otro, pero siendo uno u otro, esta funcionalidad debe ser homogénea, es decir, la misma para la mano, pierna y pie, ojos, oídos y cervicales. Cuando esto no se produce, hablamos de lateralidad cruzada.
Aunque es importante que los niños tenga destreza con ambos manos y pies, los niños deben construir bien su lateralidad para no crecer, y del aprendizaje, ya que será el doble de difícil que para quien tenga una lateralidad definida.
Son varios los contratiempos que la lateralidad cruzada acarrea:
- Dificultad para leer, escribir y en el cálculo
- Errores al leer
- No distinguen bien las letras, sustituyéndolas entre ellas.
- Desorientación en el tiempo y espacio.
- Torpeza y lentitud psicomotriz.
- Dificultad para resolver operaciones de matemáticas.
- Inversiones en la lectura y escritura tanto con números como con letras.
- Problemas para tomar decisiones.
- Poco equilibrio.
- No tienen buena orientación.
- Mejor comprensión de la información oída que escrita.
- También encontramos algún síntoma psicológico: desmotivación por la dificultad para diferentes ejercicios, irritabilidad, desesperanza, dificultades de atención…
Además, la lateralidad cruzada puede manifestarse en diferentes formas: encontramos a los ambidiestros (pueden usar por igual las dos partes del cuerpo), y a zurdos/diestros disarmónicos, quienes diferencian las tareas según con el lado de preferencia para realizarlas.
Muchos padres creen que sus hijos simplemente tienen la aptitud de utilizar indistintamente una mano u otra, o que ser ambidiestros es un rasgo de su carácter, sin embargo hay que educar al niño desde pequeño a que realice las actividades con una preferencia de lateralidad totalmente clara.
Tiene tratamiento
El proceso de lateralización en nuestro cuerpo finaliza a los cinco años, por lo que se recomienda realizar las pruebas, pero es aconsejable que un médico estudie el caso ya que puede ser perjudicial corregir la tendencia natural de esta persona.
Carolina Laguna, psicóloga de Psicólogos Pozuelo, nos da unas pautas para poder tratar al niño jugando en casa:
- Podemos jugar al juego de los piratas si el problema es en la vista, en el que se realiza alguna actividad (el pilla-pilla, o un puzzle) con un "parche pirata" en el ojo, luego la otra y luego las dos.
- Para el índice podal, podemos hacer una carrera a la pata coja, un ratito con la izquierda, otro con la derecha y luego saltando con los pies juntos.