Los niños de ahora no quieren ser bomberos, ni astronautas: quieren ser influencers. De hecho, buscan imitar a sus influencers favoritos, los que ejercen un gran impacto en ellos, especialmente si los menores están en pleno desarrollo. ¿De qué manera influyen en los niños y adolescentes estas figuras? Veamos algunos puntos.
Son jóvenes, guapos, con dinero y tienen “la vida perfecta”. Así son los influencers jóvenes que por una razón o por otra son figuras que los niños de hoy en día admiran. Pueden acumular millones de seguidores y su capacidad para capturar la atención de niños y jóvenes es enorme.
Esto no es necesariamente algo malo, el problema está cuando surgen algunos aspectos negativos provocados porque la influencia que ejercen en los menores es demasiado grande.
Hay que pensar que, a día de hoy, los niños y adolescentes pueden dedicar muchas horas del día a ese universo paralelo de las pantallas. De ahí que sea tan importante no solo saber el tiempo que dedican a ello, sino también conocer el tipo de contenido que consumen. Veamos en qué sentido pueden influir estas figuras públicas en niños y adolescentes.
Se convierten en sus figuras de referencia
Los influencers, y sobre todo aquellos que son jóvenes e incluso de la misma edad que tus hijos, se vuelven figuras de referencia absoluta para ellos. Todo aquello que dicen, opinan o promocionan está bien y es algo inspirador.
El problema también llega cuando lo que dicen u opinan no es tan correcto o adecuado del todo. Los menores, aún sin un sentido crítico desarrollado por completo, pueden integrarse en una forma de ver la vida casi sin darse cuenta.
Los menores creen que su vida es perfecta y la quieren igual
Los adolescentes se ven absorbidos por completo por esa vida perfecta que los influencers parecen tener. De hecho, quieren que la suya sea igual. Muchas veces, en este sentido, quieren vestir como ellos, tener su aspecto físico, ir a donde van, consumir lo que consumen… Esto es todo un gran caldo de cultivo para la publicidad y las marcas que quieran atraer la atención de la audiencia joven.
El problema con que los menores se comparen con ellos es que puede influir enormemente en su autoestima. Al verse tan alejados de “esa vida perfecta” pueden sentir frustración, ansiedad y otros problemas relacionados.
Les hace sentir parte de un grupo
Otra cosa que ocurre es que, al empezar a familiarizarse con creadores de contenido en redes como Instagram, Twitch, YouTube o TikTok, se dan cuenta de que forman parte de una comunidad. Es decir, que forman parte de un grupo de seguidores determinado y se fomenta así su sentimiento de pertenencia.
Normalmente, los influencers crean esas comunidades de seguidores y transmiten un estilo de vida concreto. Y como los jóvenes no ponen en duda las opiniones de sus figuras de referencia, se van adhiriendo a esa forma de vida junto al resto de personas, siendo esto beneficioso o no según el caso.
Les da una perspectiva poco real de la vida
Al ver que son jóvenes, que trabajan, que tienen éxito, y que hacen grandes cantidades de dinero sin muchos esfuerzos, los menores buscan lo mismo. Esto puede suponer un problema porque acaban teniendo una perspectiva poco realista de la vida, se crean unas expectativas no alcanzables al compararse con ellos y esto les puede causar decepciones y frustraciones.