Adopción: ¿Cuáles son las dificultades a superar?

La adopción de un niño es un paso importante que cambiará su vida (y la nuestra). Y, aunque siempre puede conllevar algunos problemas, en el caso de los niños mayores puede ser más difícil de gestionar.
Adopción y dificultades

Hay muchas formas diferentes de formar una familia. Y una familia de acogida es una de ellas. Esta forma de familia es el encuentro entre una pareja sin hijos, por lo general (que desea tenerlos), y un hijo que no tiene padres; o, aunque los tenga, no pueden proporcionarle la seguridad y el cuidado necesarios. 

El resultado de este encuentro es, para muchos, la satisfacción de cubrir necesidades personales muy profundas de integración, convivencia y cercanía. Y la adopción en sí misma también es otra manera de formar una familia.

Sin embargo, la adopción a veces puede tener una serie de dificultades particulares, debido a su naturaleza. Por un lado, la familia que ha adoptado a un niño es como cualquier otra familia que vive y pasa por las distintas etapas de la vida de su hijo hasta alcanzar la edad adulta.

Por otro lado, existen algunas características especiales en cada adopción que, además, podrían afectar positiva o negativamente el vínculo afectivo entre padres e hijos. Hay que recordar que el niño tendrá su propia historia. Y, en muchas ocasiones, esa historia es tan difícil como dura y complicada, lo que puede influir.

Tensiones en la relación de pareja

Muchas parejas deciden adoptar un hijo porque no han podido tener uno propio. Los abortos espontáneos y / o los intentos repetidos y fallidos de los tratamientos de fertilidad, que sobrecargan a la pareja de muchas formas, así como los lentos y complicados trámites que se siguen para el proceso de adopción, pueden afectar la relación, los sentimientos y la vida amorosa de la pareja.

Sin embargo, si tienen éxito y superan estas dificultades, pueden salir fortalecidos tanto como individuos y como pareja.

Dificultades a afrontar en caso de adopción - Foto: Istock

Debemos tener en cuenta que el deseo de tener un hijo es una necesidad humana muy importante para la mayoría. Aunque es cierto que la motivación consciente para tener un hijo varía de persona a persona y para muchas parejas es el resultado de su amor mutuo.

No obstante, el camino hacia la adopción suele ser muy largo, complicado, e implica muchos riesgos y tensiones para cualquier relación.

Necesidad de hacer frente a la crisis

Como en cualquier crisis emocional, es importante que la pareja evalúe toda la situación, las emociones difíciles que ha complicado, y poder hablar abiertamente de todo ello.

Muchos padres adoptivos ya están sufriendo una doble crisis. La primera se refiere al hecho de que no tienen hijos, contra su propia voluntad y deseo personal, y no tienen el “control” de su cuerpo, el cual debe someterse completamente a las exigencias de los tratamientos médicos.

La segunda crisis se refiere a la propia investigación acerca de su fertilidad, y al inicio de un tratamiento que da la sensación de un mayor descontrol, donde los detalles más personales son revelados y manejados por otros.

La adopción de un niño mayor

Adoptar un niño mayor es un desafío para construir un vínculo emocional tanto para el niño como para los padres adoptivos. Aunque es cierto que los niños adoptados suelen tener una capacidad increíble para adaptarse a su nuevo entorno, puede ser muy complicado para los padres comprender el trauma interno del niño.

Los padres que estén considerando adoptar a un niño de una institución, deben pensar y prepararse mucho para esta posibilidad. Y es que un niño de esta edad (a partir de los 4 años de edad) ha sido moldeado, en gran medida, por el entorno en el que creció hasta el momento de la adopción, ya sea una institución u otra familia. 

También se ha desarrollado verbalmente, puede expresar con mucha mayor claridad sus diferentes necesidades, comprende mejor su entorno y carga, en mayor medida, con las consecuencias de su larga permanencia en la institución. Y la situación puede complicarse aún más cuando, además, el niño ha pasado ya por varias familias.

Sea como fuere, hay que ser conscientes de que, en ocasiones, las adopciones pueden fallar. Y es importante atreverse a admitir que continúa siendo difícil. Son muchas las dificultades y problemas que se deben superar. Pero la adopción es un regalo de la vida tanto para los padres adoptivos como para el niño.

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