Qué importante es que los más pequeños crezcan explorando su entorno y el ambiente en el que viven. Sobre todo, durante los primeros años de vida. Y una forma de hacerlo es utilizando un objeto tan fácil de encontrar como un espejo. Aunque parezca algo sin más, lo cierto es que puede ser la herramienta perfecta para que el peque juegue aprendiendo a reconocerse a sí mismo. Mira estas actividades para jugar con tu bebé.
Sabemos que los espejos puede ser los aliados perfectos para jugar con los más pequeños de la casa, y es que, a todos les encantan. Además de entretenerse, resultan muy educativos. Por eso se dice que es beneficioso que un bebé juegue frente a ellos.
Para lograr que el bebé se divierta un rato, puedes poner en práctica algunos juegos, estos se pueden hacer en cualquier momento del día y de forma diaria.
Actividades con espejos para bebés
Jugar frente a un espejo puede ayudar al niño a tomar conciencia de sí mismo, pero para que sea efectivo también debemos tener en cuenta la edad del peque y su nivel de desarrollo; debemos recordar que muy al principio los niños aún no saben reconocerse. Veamos algunas actividades para bebés de distintas edades:
Para empezar, coloca al niño solito delante del espejo, deja que esté sentado un ratito sin que tú te veas reflejado. Observa como comienza a interactuar con él y como empieza a tener distintas sensaciones con su imagen (aunque él no sabe que se corresponde con su persona).
Después de que el pequeño haya estado por un tiempo observándose, colócate a su lado de forma que también vea tu reflejo. Como tu imagen sí que la ha memorizado y la reconoce, le llamará mucho la atención verte en “dos sitios a la vez”. Esto hará que te miré a su lado, pero también que te miré en el espejo con algo de sorpresa.
Tras esto, puedes probar a interactuar más con los reflejos. Para ello colócate delante del espejo y haz movimientos con los brazos para que así pueda seguir observando tus manos a su lado y tus manos reflejadas. Esto también le ayudará a ir distinguiendo. El siguiente paso que puedes probar es hacer lo mismo, pero con sus manitas. Haz que se “toque a sí mismo” llevando sus manos al espejo. Otra idea que es cogerlo en brazos mientras nos acercamos y nos alejamos.
Cuando el pequeñín sea un poquito más mayor y empiece a controlar más su cuerpo, puedes jugar a hacer gestos. Será una buena actividad para trabajar el lenguaje corporal. El objetivo es que tú hagas varias muecas y tu niño las intente imitar frente al espejo. Por ejemplo, puedes mover tus manos, abrirlas y cerrarlas; hacer lo mismo con la boca, sacar la lengua, mover de un lado a otro la cabeza… Las posibilidades son infinitas.
Además de los gestos, según vaya entendiendo más cosas, podrás también poner distintas caras que reflejen diferentes sentimientos. Esto le servirá para ir reconociendo los distintos tipos de emociones. Por ejemplo, poner una cara alegre, una triste, una enfadada, de susto, de sorpresa… Asimismo, puedes sumarle elementos como sombreros, gorros, gafas u otros objetos para jugar con ellos.
Poco a poco el niño irá comprendiendo que eso que ve se trata de un reflejo de sí mismo. Y será alrededor de los 18 meses cuando se dará cuenta. Una forma de comprobar que el peque lo ha asimilado puede ser utilizando pegatinas o con pintura para bebés. Para ello, coloca al peque frente al espejo y pégale una pegatina o pinta un círculo en su frente. Si el bebé se mira en el reflejo y busca la marca en su propio cuerpo habrá comprendido que se trata de su propia imagen.