Los mejores juegos de cartas para niños: ¿qué beneficios aportan?
Aunque los peques estén más que acostumbrados a divertirse con sus dispositivos electrónicos, por suerte, una opción con la que también suelen pasárselo en grande sin necesidad de requerir de pantallas es jugar a las cartas. Una alternativa perfecta para disfrutar en familia que les aporta muchos beneficios. Mira estos juegos.
Sabemos que vivimos una era en la que la tecnología está instaurada en nuestras vidas. Una era en la que los más pequeños están acostumbrados a entretenerse con las infinitas posibilidades que ofrecen losdispositivos electrónicos. Lo que resulta curioso es que, a pesar de ello, hay algo que parece perdurar año tras año, y pasar de generación en generación: los juegos de cartas.
Y es que, jugar a los naipes puede ser la perfecta opción para cuando estamos buscando algo que hacer con los más pequeños de la casa y no tenemos ni mucho material, ni queremos estar pegados a una pantalla. Asimismo, se trata de una alternativa que es muy fácil de llevar encima, por lo que podemos tener siempre a mano una baraja, la que seguramente pueda servir para sacar de un apuro a más de un adulto cuando no sabe ya qué hacer con los peques.
Los juegos de cartas además de ser divertidos, pueden ser muy educativos y al mismo tiempo aportar muchísimos beneficios a los pequeños de la casa. Lo primero, mejorar los vínculos sociales, ya sea con amigos o con familia, ya que sirve para mejorar la socialización y el trabajo en equipo. Además, es también una forma de que el peque adquiera confianza en sí mismo y de que, aunque el objetivo sea buscar la victoria, entienda que siempre puede hacerse sin rivalidad y con una actitud sana y positiva.
Por supuesto, la mejora de la capacidad de atención, recordemos que los niños deberán entender una serie de normas para poner en práctica. Así como aprenderán a respetar turnos y a manejar la frustración, pues una buena manera de comprender que no siempre se gana es jugando a juegos en los que no siempre se resulta ganador.
Asimismo, jugar a este tipo de juegos fomenta su agilidad mental, su memoria y estimula su pensamiento lógico. Así que, si después de leer esto sientes que no tienes excusa para no jugar con ellos a las cartas, a continuación encontrarás algunas propuestas de juegos clásicos que seguro que les encantarán y con lo que seguro disfrutarán. ¿Jugaréis a todos?
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Cada oveja con su pareja
Se trata de un juego muy sencillo que podremos desarrollar con cualquier baraja con la que podamos hacer parejas de iguales.Lo primero es colocar todas las cartas boca abajo en cuatro filas. Después, cada jugador tiene que levantar dos para intentar formar una pareja (dos ases, tres caballos...). Si no lo consigue, dará de nuevo la vuelta a esas cartas y el turno pasará al siguiente. No obstante, si sí que logra hacer una pareja, tendrá una nueva oportunidad para levantar dos naipes más. Gana quien obtenga más cartas al final de la partida.
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El cinquillo
Para jugar al cinquillo solo es necesario una baraja de cartas española. El objetivo es alinear los números de las cartas en orden hasta completar cada palo.Lo primero es repartir siete cartas a cada jugador y con el resto formar un mazo para robar. Empieza el jugador que tiene el cinco de oros, que lo pondrá en el centro de la mesa. Tras él, será el turno de la persona de su lado, que deberá colocar o el cuatro o seis de oros o bien otro cinco.Los demás deberán ir colocando las cartas que correspondan, ya sean números superiores o inferiores. En este juego no puedes pasar si tienes una carta que se puede colocar. En el caso de no tener opciones de cartas para poner hay que robar una del mazo, si no tiene suerte se pasará de turno. Gana el primer participante que se quede sin cartas.
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Relojito
Se necesita una baraja española y que la dinámica sea rápida para que sea más divertido. Para jugar hay que repartir todas las cartas entre todos los participantes, empezando la partida la persona que esté a la derecha de quién ha repartido.Por turnos los jugadores irán dejando una carta en centro para que todos la vean, y mientras se irá diciendo el orden de la baraja (As, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, sota, caballo y rey; aunque si la baraja también tiene ochos y nuevos habrá que incluirlos). Si cuando alguien deja su carta correspondiente le coincide con el nombre de la carta que ha dicho y el siguiente jugador se da cuenta, tendrá que coger todo el montón. Si el siguiente no se percata, será este quien se lo quede. Pierde el participante con más cartas al final de la partida.
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El mentiroso
Para este juego es necesario que haya al menos tres jugadores y tener una baraja de cartas española. El fin de la partida es quedarse sin cartas, y para ello está permitido mentir.Se reparten todos los naipes y comienza el juego en sentido de las agujas del reloj. Los jugadores por turnos deberán ir echando cartas al centro. Puede que sea solo una, o bien una pareja, un trío o cuatro cartas, pero después de poner hay que nombrar lo que se ha colocado. Es decir, se pueden poner tres cartas y decir “tres caballos”, y esto puede ser cierto o falso.El siguiente jugador deberá decidir si es verdad o mentira. Si dice que es falso, levanta las cartas y resulta que sí era cierto, se lleva todas las cartas del montón, pero si en realidad era mentira lo que había dicho el anterior, se las llevará él por “mentiroso”. En caso de pensar que alguien dice la verdad desde el principio se siguen poniendo cartas hasta que alguien decida que es mentira.
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